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Hiam Abbass: “El aislamiento de un país lleva a la muerte espiritual de sus ciudadanos”

La actriz palestina se mete en 'Alma mater' en la piel de una madre que protege a su familia a toda costa en la guerra de Siria

Hiam Abbass, en un momento de la película 'Alma mater'.
Hiam Abbass, en un momento de la película 'Alma mater'.

Cuando el cineasta Philippe Van Leeuw estaba escribiendo el guion de la película Alma Mater ya había dibujado en su mente el rostro y la fuerte personalidad de Hiam Abbass (Nazaret, 1960) en el papel protagonista. Convirtió a la cabeza de familia de la película en la representación ficticia de la actriz palestina, por lo que ella se vio en la obligación y en la responsabilidad de aceptar el trabajo. No obstante, en su decisión también había otra razón: la conciencia política. “Nadie que lea o vea esta historia puede cerrar sus ojos o su corazón ante un retrato tan poderoso de la realidad”, confiesa Abbass. Insyriated, como se llama originalmente el filme, muestra las 24 horas de una familia que sufre en primera persona la guerra de Siria.

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“Estamos acostumbrados a ver imágenes de violencia constantemente, pero las entendemos en términos de masa, de números. Aquí les ponemos nombres, los humanizamos y eso es realmente cautivador”, sostiene la actriz, que entre sus últimos trabajos destaca el de Freysa en Blade Runner 2049. Siendo una de las pocas actrices árabes habituales en el reparto hollywoodiense, Abbas tiene también una trayectoria imparable tanto en el cine europeo como en Oriente Medio. Sin embargo, tiene un trasfondo muy concreto, “un viaje”, como ella le llama. Nació siendo ese 20% de palestinos que vive en territorio israelí, los cuales suelen sufrir discriminación y aislamiento por parte de sus conciudadanos. “He abrazado mi condición, mi background y lo he convertido en mí. Es la máquina que me ha hecho y, como muchas otras personas en el mundo del cine, ha sido un recorrido difícil hasta llegar aquí”.

En Alma Mater se mete en el papel de una madre que intenta proteger a sus tres hijos del asedio que sufre su hogar al estar en medio de una zona de bombardeos por la guerra en Siria. Escondidos en un piso, sobreviviendo como pueden sin poder salir a la calle, Oum Yazan, que además ha acogido a unos vecinos y a su suegro, se convierte en una valerosa mujer que no se deja amedrentar ni por las bombas, ni por los disparos, ni por las presiones de los oportunistas que quieren sacar provecho del conflicto armado. Durante las trepidantes 24 horas que muestra la película, que hacen plantearse qué más les podría pasar a los protagonistas, ella lucha por mantener la rutina, negándose a abandonar su hogar o a que sus hijos la vean flaquear. “Agarrarse a lo poco que uno tiene, en una situación como esa, y plantarle cara a los derroteros, es una forma de supervivencia”.

Aunque muestra la realidad del pueblo sirio, la película no tiene data concreta, ni espacio geográfico, solo el necesario para entender de qué guerra se trata. “Esto permite que el acercamiento sea mayor porque aunque se parte de una guerra concreta, la sensación que deja es que puede ser algo universal”, comenta Abbas. Además, la actriz explica que el conflicto se ha tratado con tal peso y tal fuerza que "mueve todas esas conciencias que han sido corroídas por las máquinas del capitalismo y la tecnocracia". "Lo más importante que se saca es la sensación de ‘esa podría ser yo”.

La película se estrena a pocas horas del último anuncio en Twitter de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, en el que avisa del comienzo de la ofensiva bélica contra el régimen de Bachar el Asad con “misiles bonitos, nuevos e inteligentes”. Esto reaviva el debate de la acogida de refugiados sirios en Europa pero, sobre todo, en EE UU, donde el republicano vetó el año pasado su entrada y la de inmigrantes de varios países musulmanes. “El aislamiento de un país no mejora las cosas”, apunta Abbas y, tras una breve pausa, añade: “Algunos líderes piensan que eso hará más fuerte al país, pero yo creo que solo lleva a una muerte lenta. Y esa muerte no es la muerte física, sino la espiritual”.

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