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Así será la cuarta temporada de ‘Narcos’

La serie de Netflix, con Diego Luna y Michael Peña, se adentrará en la creación del cártel de Guadalajara y el asesinato del agente de la DEA Kiki Camarena

Miguel Ángel Félix Gallardo, 'El jefe de jefes', en el penal de Almoloya, en enero de 2005. En vídeo, el 'teaser' de la cuarta temporada.Vídeo: Cuartoscuro
Luis Pablo Beauregard

Narcos no solo viajará al norte en su cuarta temporada. También al pasado. La exitosa ficción basada en hechos reales de Netflix saltará en 2018 de Colombia a México y de la década de los noventa a los enredados años 80. Esa fue la época fundacional de los grandes cárteles mexicanos, que han dominado durante décadas el trasiego de drogas de Sudamérica a Estados Unidos con ayuda de las estructuras de los gobiernos locales. La plataforma estadounidense ha confirmado este martes que los actores Diego Luna y Michael Peña se suman al elenco de la próxima temporada, que tendrá un marcado acento mexicano.

La tercera temporada de la serie ya había mostrado su aproximación a México. Amado Carrillo, El señor de los cielos, interpretado por José María Yazpik, hizo su debut en la trama en el tercer episodio. El jefe del Cártel de Juárez era el principal socio en México de los hermanos Rodríguez Orejuela, los capos de Cali (encarnados por Damián Alcázar y Francisco Denis), que se apoderaron del negocio de la exportación de cocaína colombiana tras la caída de Pablo Escobar.

Pero la serie, que está siendo filmada en varias locaciones de México, da un salto hacia atrás en lugar de continuar con esa trama. Diego Luna será Miguel Ángel Félix Gallardo, según personas familiares al rodaje. Conocido como El Padrino o El jefe de jefes, se convirtió en un pionero de la organización criminal al haber fundado el Cártel de Guadalajara junto a otros delincuentes de la vieja guardia como Ernesto Don Neto Fonseca Carrillo, quien será interpretado en Narcos por Joaquín Cosío (El infierno) y Rafael Caro Quintero, que será Tenoch Huerta (Güeros). Gallardo es originario de Bellavista, un pueblo cercano a Culiacán, la capital de Sinaloa. Antes de convertirse en delincuente fue policía federal y guardaespaldas de un gobernador de la entidad.

Rafael Caro Quintero, tras las rejas.
Rafael Caro Quintero, tras las rejas.Víctor Mendiola (Cuartoscuro)

Sinaloa, al norte de México, tiene el estigma de ser el semillero de los narcotraficantes mexicanos. Muchos campesinos dejaron la sierra durante la década de los setenta cuando el Gobierno mexicano, presionado por Washington, apretó la quema de cultivos de marihuana y amapola. El jefe de jefes aprovechó esta coyuntura para organizar un cuerpo delictivo para contrabandear drogas a Estados Unidos. Así nació el Cártel de Guadalajara, la primera organización que hizo contacto –y negocios—con los narcotraficantes colombianos.

Pero Luna necesita un antagonista. Y ese será Michael Peña, el actor estadounidense criado en Chicago de padres mexicanos. Peña, que trabajó con Luna en César Chávez, interpretará a Enrique Camarena Salazar. Este agente de la Drug Enforcement Administration (DEA), conocido como Kiki Camarena, se convirtió en 1984 en el tenaz enemigo del Cártel de Guadalajara. En noviembre de ese año, el ejército entró a un gigantesco rancho de 1.000 hectáreas en el Estado de Chihuahua. Los soldados aseguraron que allí trabajaban más de 7.000 campesinos cortando y empacando toneladas de marihuana. El sitio era propiedad de Caro Quintero.

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Ese operativo significó una pérdida de más de dos millones de dólares de aquella época para la organización. Félix Gallardo y Don Neto, encolerizados, comenzaron una cacería humana para dar con el responsable del operativo. Según testimonios de los juicios realizados años después, fue Camarena quien puso a sus jefes sobre la pista para hallar el enorme campo. “El Búfalo”, dijo Kiki, en referencia al remoto poblado perdido en la extensa tierra chihuahuense.

La cacería duró meses hasta que en febrero de 1985 Camarena fue secuestrado junto al piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar. Ambos fueron torturados hasta la muerte dos días después. Esto llevó a Washington a dar un puñetazo sobre la mesa y exigir al Gobierno del presidente Miguel de la Madrid que no quedara impune el asesinato de un ciudadano estadounidense en México. Félix Gallardo, El Padrino, fue detenido dos meses después. Desde entonces vive en prisión a pesar de haber sido sentenciado por el asesinato de Kiki en agosto de este año, 31 años después del crimen.

La reclusión de Félix Gallardo llevó a una reconfiguración de la delincuencia organizada en México. En un fenómeno similar al que se vivió años después durante el mandato de Felipe Calderón, el Cártel de Guadalajara se dividió en varios grupos. Así nacieron los cárteles de Tijuana, comandada por los Arellano Félix y el de Sinaloa, que comenzó encabezado por algunos lugartenientes de Félix Gallardo como Héctor El Güero Palma y Joaquín El Chapo Guzmán. Este tiene un brevísimo papel en la cuarta temporada de la serie de Netflix.

Dos de los tres capos que serán retratados en Narcos podrán ver la cuarta temporada de la serie en libertad. Don Neto Fonseca dejó la prisión de Puente Grande el pasado 27 de julio. Pasará el resto de sus nueve años de condena en prisión domiciliara dentro de una casa en el municipio de Atizapán, en el Estado de México. Rafael Caro Quintero fue liberado por un error procesal en agosto de 2013 después de pasar casi tres décadas en prisión. El Gobierno de México afirma que intenta recapturarlo. En el verano de 2016, el capo de 64 años, pidió que lo dejaran en paz. “Yo ya pagué”, dijo desde la clandestinidad. El jefe de jefes, en cambio, sigue en Puente Grande, donde su figura dista de ser aquella del poderoso narcotraficante. Félix Gallardo ha perdido el ojo derecho, la audición y los dientes frontales. Vive en una celda fría a la que apenas entra la luz. El mensaje es claro: Estados Unidos no olvida.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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