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Narcos se mexicaniza en su tercera temporada

Damián Alcázar toma el testigo dejado por Wagner Moura tras la muerte de Pablo Escobar

Luis Pablo Beauregard
Damián Alcázar (i) como Gilberto Rodríguez Orejuela en 'Narcos'.
Damián Alcázar (i) como Gilberto Rodríguez Orejuela en 'Narcos'.Netflix

“Tranquilos, muchachos, que yo soy un hombre de paz”. Estas fueron las palabras con las que Gilberto Rodríguez Orejuela, el jefe del cartel de Cali, evitó ser cosido a tiros por el grupo de élite que lo detuvo en junio de 1995. El Ajedrecista, como era llamado el narcotraficante, estaba escondido en un gran armario de madera en la sala de televisión de su residencia de la ciudad colombiana. Su breve alocución a los policías también fue una forma de distinguirse de Pablo Escobar, el capo de Medellín que solo entendía un lenguaje: el de la violencia.

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La tercera temporada de Narcos, la serie panamericana de Netflix, se ha estrenado este primero de septiembre. Los creadores de la producción han insistido siempre de que no se trata de un retrato de Escobar o del Cartel de Medellín sino de la historia del tráfico de la cocaína en el continente. El foco en las primeras temporadas recayó en el capo colombiano protagonizado por el brasileño Wagner Moura. Los espectadores saben que el cuerpo del antihéroe quedó tendido sobre un tejado tras ser asesinado por la DEA en la segunda temporada.

Muerto el rey, es hora del ascenso de un nuevo monarca. En este caso dos: los hermanos Rodríguez Orejuela, que continuaron inundando las calles de Estados Unidos con droga y los campos latinoamericanos de sangre. “Nuestro enemigo está muerto y el negocio va viento en popa”, dice Gilberto Rodríguez, protagonizado por Demián Alcázar, en un momento del primer episodio de la tercera temporada.

Alcázar, uno de los actores mexicanos más reconocidos, interpreta al capo colombiano en lo que sigue siendo una visión estadounidense del narcotráfico. “Rompimos mucho la temporalidad en la serie”, dice el actor en una entrevista. Alcázar afirma que la nueva temporada está basada en un libro escrito por uno de los exjefes de seguridad del cartel que se convirtió en un sapo, un informante, para las autoridades de la DEA, encabezadas en la serie por el agente Peña (Pedro Pascal).

La tercera temporada se enfoca en los dos últimos años de operación de los capos caleños. Los guionistas han dejado fuera la estrecha colaboración que tuvieron los hermanos con el Cartel de Medellín y Escobar. En su lugar, la serie se concentra en el negocio consolidado por esta organización, que llegó a introducir 180 toneladas mensuales de droga a Estados Unidos.

“Son hombres de negocio que prefieren la paz. Corrompieron a toda la sociedad con bombazos de dólares y llevaron a un presidente. No había bombas ni la muerte de tantos policías. Estaban casi perdonados, pero entonces entra Bush y Álvaro Uribe se le cuadra y lo extradita a Estados Unidos”, cuenta Alcázar. La serie también muestra la disputa de los hermanos Miguel y Gilberto con sus rivales de la organización del Norte del Valle.

Rumbo al norte

Alcázar ya aparecía en la segunda temporada de la ficción de Netflix. Sin embargo, el semi protagónico dentro de un ensamble coral le exige una postura en torno a la narcoficción, un popular género que ha florecido en los países que han sufrido en carne propia la exacerbada violencia criminal, como México y Colombia. “Como boom en la historia de la ficción esto va a pasar. Como el auge de las películas de karate, va a pasar. Mucha gente admira las películas de guerra, pero son lo mismo: gente matando gente”, afirma el actor, que pasó ocho meses de rodaje en Colombia. “En la ficción hay que tomar todos los temas porque hay que descubrirlos todos”.

A lo largo de la tercera temporada de Narcos hay una organización que se nombra cada vez más y que cobrará importancia en la cuarta temporada de la serie: El Cartel de Juárez, de Chihuahua (México). Amado Carrillo, conocido como El señor de los cielos, era un personaje clave que ayudaba a los caleños a ingresar montañas de cocaína a Estados Unidos. El actor mexicano José María Yazpik será quien interprete a Carrillo en la próxima temporada de la ficción de Netflix. Narcos comenzó colombianizándose, pero se ha ido mexicanizando poco a poco. Justo como ha sucedido con la violencia del narco en la vida real.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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