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¿Qué libros del ‘boom’ prohibió y alabó la dictadura?

Un censor coronó a Borges como “uno de los más grandes líricos” tras leer 'El Aleph'. La gran obra de Rulfo, 'Pedro Páramo', fue tachada por sus "descripciones inmorales"

Vargas Llosa, Carlos Fuentes, García Márquez y José Donoso, en los 70.
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Los nuestros, el libro de entrevistas que el escritor chileno Luis Harss escribió en 1966, trascendió por anunciar la revolución que vivieron las letras latinoamericanas en esas décadas. Más de medio siglo después del boom, escritores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Jorge Luis Borges —tres de los 10 entrevistados en la obra de Harss— se han convertido en iconos universales de la literatura. Cuando se cumplen 50 años de la publicación de Los nuestros, EL PAÍS cuenta qué dijo la dictadura franquista sobre las principales obras de estos autores. ¿Qué libros fueron alabados por los censores y cuáles fueron prohibidos?

García Márquez | ‘Cien años de soledad’: “Como novela, muy buena”

Cien años de soledad



  • “Políticamente, la obra no presenta problema ninguno. Ideológicamente tampoco, porque no defiende tesis si no que describe situaciones. Moralmente, presenta un ambiente en el que predomina la inmoralidad como cosa de todos los días y sin ulteriores preocupaciones éticas, aunque no falten personajes que se planteen problemas de conciencia. Sin embargo, no se incurre en descripciones escabrosas ni inmorales: simplemente se describen situaciones inconvenientes sin aprobarlas ni condenarlas, pero produciendo una impresión desfavorable hacia tales situaciones. La obra es AUTORIZABLE. Como novela, muy buena” (15 de febrero de 1969).


El coronel no tiene quien le escriba



  • “Novela latinoamericana, con la figura central de un coronel terco y obstinado en su dignidad y siempre esperando la correspondencia que le comunique la concesión de la pensión bien ganada, pero que nunca llega por los olvidos o las maquinaciones de la politiquilla imperante. Nada que objetar” (22 de mayo de 1969).

Julio Cortázar | “Es discursivo. Muy cerebral”

Rayuela



  • “No es fácil resumir el contenido de esta novela porque se trata de una narración poco narrativa. Es discursiva. Muy cerebral. No se cuenta casi nada y se dice y se habla mucho” (2 de junio de 1967).

  • “Nos hallamos ante una de las principales y más antológicas producciones de unos de los primeros escritores contemporáneos de Hispanoamérica...” (12 de junio de 1967).

  • “Aunque habría bastantes cosas que tachar en esta novela, su gran calidad literaria obliga a tratarla con todo respeto. Por ello, se deben pasar por alto ciertas palabras obscenas que no serían admisibles en otra novela” (25 de junio de 1969).


Ceremonias



  • “Muy personales como toda su literatura, medio real medio irreal, de gran finura psicológica y lenguaje a veces lírico, a veces chabacano a base de extranjerismos, argentinismos, etc. Moralmente no hay nada que objetar: las descripciones eróticas son escasas y discretas. Políticamente es inocuo” (18 de noviembre de 1968).

Jorge Luis Borges | “Uno de los más grandes líricos de la lengua”

El Aleph



  • “Este libro contiene una serie de pequeños relatos, imaginarios y profundos al mismo tiempo. Se trata de uno de los más grandes líricos de la lengua española. El gran poeta argentino pone en este libro lo imaginario y la profundidad filosófica” (27 de noviembre de 1969).


Ficciones



  • “Al pensar por cuenta propia el autor formula alegremente hipótesis las más paradójicas [sic], que presenta como tesis inconclusas, cultivando en la expresión (al menos en la traducción) un lenguaje hermético a tono con lo esotérico de los temas, lo que hace que estos sean, para los lectores no iniciados en las metafísicas agnósticas, el laberinto de los laberintos.” (4 de junio de 1956).

  • “Con alardes de ingenio el autor de ‘Ficciones’, Jorge Luis Borges, sutiliza bordando una serie de temas que se incorporan por derecho propio y legítimo dentro de la categoría de bellas y cultas digresiones más o menos fantásticas, pero acusan en último término la extensa cultura, la fertilidad de la imaginación y el humorismo, quizás exagerado” (8 de junio de 1956).

Vargas Llosa | Un ‘Buscón’ contemporáneo

La ciudad y los perros



  • “Un poco a lo ‘Buscón’ por el desenfado truculento del lenguaje, se aparta, sin embargo, del patrón quevedesco por una marcada complacencia con las descripciones obscenas, sobre todo en la de adulterio incestuoso...; en la de la visita al lupanar...; en la de los actos de sodomía...; en la de la escena de voluptuosa depravación...” (25 de febrero de 1963).

  • “Se ambienta el internado relatando la vida y costumbres de una juventud degenerada —reflejo ciertamente de unas extensas juventudes hispanoamericanas—, pero sustancialmente el nudo de la obra, entre tanto episodio y peripecia de la juventud que allí habita, consiste en hacer crítica áspera y dura de la pedagogía y reglamentos militares” (2 de mayo de 1963).

Juan Rulfo | ‘Pedro Páramo’ llegó 14 años después

Pedro Páramo



  • “En los lugares arriba señalados hay descripciones crudas de hechos y situaciones inmorales, que a juicio del lector que suscribe aconsejan que no se autorice la distribución de tal novela.” (4 de ocubre de 1955).


Pedro Páramo y El llano en llamas



  • “La literatura de Juan Rulfo, como es sabido, es bronca, alucinante, milagrera y de honda raíz popular. Lo mejor del volumen es ‘Pedro Páramo’. Los relatos son más desiguales. Aunque abundan los detalles eróticos en estas narraciones, están expuestos con sobriedad, por lo que son admisibles. En otros aspectos, al aludirse siempre a la realidad mexicana no hay motivos para objeciones” (18 de noviembre de 1969).

Carlos Fuentes | Tres obras prohibidas en cerca de 10 años

La muerte de Artemio Cruz



  • “Crítica de la sociedad mexicana. Inadmisible y no autorizable. Atea, alusiones políticas contrarias al régimen, descripciones fuertemente lascivas, etc., etc. Como no se puede suprimir nada por ser de importación, y por la misma importancia de estos inconvenientes, que no salga la tirada” (28 de julio de 1960).

  • “En la obra aparecen las personas religiosas como hipócritas, el cura como incomprensivo que llega a descubrir el secreto de confesión... y hay frases inconvenientes y escenas de burdel, por lo que creo que no se debe permitir su publicación” (2 de noviembre de 1960).


La región más transparente



  • “En la línea general de crudeza de la actual literatura hispanoamericana y con su peculiar, y muchas veces incomprensible lenguaje pleno de modismos, quiere ser un testimonio vivo del México de nuestro tiempo. Algunos pasajes, por su elevada carga de erotismo, deben de ser suprimidos... con las cuales su publicación puede ser autorizada” (21 de mayo de 1973).


Las buenas conciencias



  • “Algunos conceptos irreverentes o eróticos aconsejan la supresión de los párrafos marcados..., con lo que se considera que su publicación puede ser autorizada” (21 de febrero de 1975).

Juan Carlos Onetti | Seres torturados, vidas precarias y difíciles

Obras completas



  • “Novelas y cuentos. La temática general de la obra es la de seres torturados, su vida precaria y difícil, la desesperación por la supervivencia” (16 de enero de 1969).


El Pozo



  • El censor sugirió eliminar pasajes como este: “Y si uno se casa con una muchacha y al día siguiente se despierta al lado de una mujer, es posible que comprenda, sin asco, el alma de los violadores de niñas y el cariño baboso de los viejos que esperan con chocolatines en las esquinas de los liceos” (16 de enero de 1969).

Alejo Carpentier | ‘El siglo de las luces’ denigraba a la Iglesia

El siglo de las luces



  • “Se aprovecha toda oración para denigrar a la Iglesia con irreverencias y a España por su catolicismo. Como esto está repartido por toda la obra es difícil señalar páginas. Hay también descripciones obscenas. Por todo ello, nos parece que no es autorizable” (4 de noviembre de 1964).

  • “Estamos en plena eclosión de las ideas de la Revolución Francesa y de la Ilustración, y lo que en la novela se trata casi fundamentalmente o a caballo de las anécdotas bélicas, es la lucha por la implantación de estas ideas, muchas de ellas “apestosas ya”; pero otras, las ateas, volterianas, etc., tienen su negativa vigencia. A la pobre Iglesia se le vapulea bien. Hay algunas verdusconadas, etc. Yo creo que la novela no es publicable. No procede su autorización” (30 de diciembre de 1964).

Miguel Ángel Asturias | ‘El señor presidente’, novela racista

El señor presidente



  • Novela racista de tonos fuertes, sobre el tirano gobierno y atrocidades de un cruel e inmoral presidente de un estado de América del Norte y sus secuaces. No obstante, las crudezas señaladas..., se ha estimado que puede autorizarse dado el indiscutible valor literario del libro” (19 de julio de 1949).


João Guimarães Rosa | “Al final parece que no se ha leído nada”

Primeras historias



  • “Son como pinceladas nerviosas de un gran literato brasileño. Contiene observaciones seriamente filosóficas mezcladas con una poesía y una dialectología llenas de encanto. Al final parece que no se ha leído nada, pero deja buen gusto” (16 de junio de 1971).

A pesar de que muchas de estas obras fueron tachadas por la dictadura, las editoriales, distribuidores y libreros lograron que pequeñas y medianas cantidades de novelas censuradas por el franquismo llegasen igualmente a España. Xavier Ayén, autor de Aquellos años del boom, cuenta que tanto en los sesenta como en los setenta se daban algunas paradojas: "Llegaban novelas clandestinas y había situaciones extrañas. Podía ser que una obra estuviera parada en la censura y que, sin embargo, se pudiera conseguir como producto de importación. Así había muchos menos ejemplares de los que las editoriales querían publicar de manera legal. En Barcelona, por ejemplo, se podían conseguir en la librería francesa. Era un circuito muy minoritario y estos libros no llegaban al gran público".

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