Los libros en Perú mantienen el salvavidas

Si el Congreso no aprobaba la prórroga de la exención a los libros del pago del impuesto general a las ventas (IGV), el 12 de octubre el precio de los textos nacionales se hubiera incrementado en 18% y los importados en un 30%. La decisión tomada el jueves 1º por 80 parlamentarios, de extender por tres años el beneficio tributario, coincide con la realización de la 1ra. Feria del Libro de Lima Norte (Felino), zona donde viven tres millones de personas pero escasean las bibliotecas y librerías. El presidente Ollanta Humala debe promulgar la norma.

El sector ha contado con la exoneración del pago del IGV desde 2003, y con un reintegro tributario por adquisiciones e importaciones de bienes de capital, materia prima e insumos para proyectos editoriales, pero los editores ven aún una industria débil, en particular por la falta de lectores, librerías y bibliotecas. Los tres años pueden quedar cortos para la mejora del panorama.

“Lo ideal es una renovación por un plazo más largo, y algún mecanismo más rápido”, comenta a EL PAÍS José Carlos Alvariño, director de ferias nacionales de la Cámara Peruana del Libro (CPL).

El asesor de la CPL, Pedro Villa, explicó a este diario que el Código Tributario de 2013, –correspondiente a la gestión del ministro de Economía Luis Castilla, durante el actual Gobierno– indica que las exoneraciones pueden renovarse por solo una vez y por tres años.

Los representantes de la Cámara indicaron que trabajan en una nueva norma o modificaciones a la ley del democratización del libro. “Hay vacíos como el libro electrónico que no está exonerado del IGV”, detalla Alvariño. Y Villa señala otros aspectos no contemplados, como “las compras públicas de libros, la instalación de bibliotecas y el fomento a la creación. Un estudio reciente de la Biblioteca Nacional indica que hay un déficit de 1.000 bibliotecas municipales en el país”.

La década de beneficios tributarios ha tenido más impacto en el sector de la oferta, por ejemplo, el valor agregado de la impresión y edición de libros creció a una tasa promedio de 8.3 % en el período, superior al promedio de crecimiento de la economía (3.5 % anual), indicó el congresista Modesto Jara en una nota de prensa.

Al encuentro del lector

“La Feria del Libro del Norte es el primer paso de la nueva estrategia de la CPL, de llevarlos a lugares de poco acceso a la cultura del libro. Los distritos de Lima Norte tienen casi 3 millones de habitantes, como el total de Uruguay, y hay solo cuatro librerías”, sostiene Alvariño.

Para la editora de Intermezzo Tropical y poeta Victoria Guerrero, el problema no solo es el precio sino el lector: “Tengo la impresión de que las personas no entran a las librerías pero luego compra mucho en la Feria Internacional del Libro. Por otro lado, estamos inundados de libros importados muy caros, aunque las editoriales independientes estamos un poco haciendo la pelea”.

Guerrero destaca que para las editoriales independientes todo proyecto es un riesgo, “porque no hay ayudas desde el Estado ni fondos para la publicación. Incluso, el hecho de que la exoneración se haya extendido solo por tres años, demuestra que no hay una visión comprensiva”.

Así como la poeta, también Pedro Villa cree que la ley vigente del libro no incluye acciones de fomento de la lectura y de la producción. “Debería contener la obligatoriedad de bibliotecas en los gobiernos locales (municipalidades) y bases para las compras públicas de libros que permitan abastecer las bibliotecas, pues las pocas que lo hacen no tienen fondos para ello. Además, tampoco existen becas para autores o fondos para que los escritores viajen al extranjero”.

Y el escritor y editor Víctor Ruiz, de Lustra Editores y Santuario Editorial, agrega un aspecto adicional: “La distribución es cara, pero nadie está robando. Se debe apuntar a que los gobiernos locales creen incentivos para que un empresario en vez de abrir un chifa (restaurante de comida peruano-china) invierta en una librería”.