Las llamaradas solares de la soja
El fotógrafo japonés Taisuke Koyama ha captado un mundo inquietante en el líquido de la salsa más famosa de la comida asiática
Podrían parecer imágenes de llamaradas solares, de un viaje a través de lo más profundo del astro rey sin quemarse las pestañas pero con el cerebro en incandescencia. Pero no. Se trata de un trampantojo visual. Nada nuevo en el mundo del arte. Lo novedoso es que esas capturas, como cuadros de Rothko con pinceladas de un día en el desierto, son de un universo vegetal.
La salsa de soja, ese ingrediente omnipresente en la comida asiática, es también materia prima fotográfica para Taisuke Koyama (Tokio, 1978). El artista japonés ha creado con su cámara un mundo visual inquietante. Fascinado por los micromundos y por las fronteras (mejor, la falta de ellas) entre lo real y lo irreal, entre lo orgánico y lo artificial, ha encontrado en la esencia de la soja un universo abstracto y seductor. Las imágenes que retratan esta seducción líquida de la soja -más allá de lo gastronómico- en tonos amarillos, rojos, naranjas y tostados, con el título Circulación (Cristalizado. Fundido), se exhibe desde el 20 de marzo en Tokio, en Solae Art Gallery Project.
La exploración de Koyama de este Sojart o arte de la soja, surgió en el verano de 2013, como parte de un proyecto artístico en la Trienal de Setouchi. Con participación de creadores internacionales, las islas del mar interior japonés de Sato eran el escenario inspirador. Sodoshima fue la isla-territorio creativo de Koyama y allí, junto a otros artistas, tuvo el reto de realizar obras en una antigua factoría de soja del siglo XIX. Cada creador debía centrarse en una estación del año y a Koyama le tocó el verano, mientras que Akira Kamo tuvo que interpretar la primavera y Motomasa Suzuki el otoño.
Esas imágenes de la vida microscópica de la salsa de soja (líquida y cristalizada) capturadas por una macro lente se convirtieron en el eje del interés actual del autor. Pero Koyama -autor de media docena de libros y de otras tantas exposiciones individuales, así como de colectivas en su país, Londres, París o Singapur- ha capturado más imágenes “con vida”, como los reflejos de arcoíris en los carteles y soportes publicitarios de las calles. Así, Rainbow waves (2013) y Melting Rainbows fueron series anteriores a la colección de 15 imágenes de la soja Crystalized, Melted, y denotan una similar viveza. Como lo hacen las burbujas (comestibles y bebibles a golpe de vista) de su serie Sandwich textures.
“Estoy interesado en el pálpito orgánico de la ciudad, en lo natural que se esconde en lo artificial, en cómo cambia y evoluciona una ciudad”, asegura Koyama, nacido y ubicado en una ciudad, Tokyo, donde esa artificialidad y esa naturaleza de las que habla el artista conviven en cada rincón y donde los planos de realidad e irrealidad se entrecruzan. Algo que en literatura o en arte da mucho juego.
Babelia
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