“Algunos políticos nos usaron durante la tramitación de la ‘ley Sinde”
El cantante presenta su último disco, 'La música no se toca', y habla sobre su carrera, el poder de las redes sociales y la actualidad
Alejandro Sanz pide una caña de esas que solo saben tirar en Madrid para sobrellevar la onerosa ceremonia de encontrarse con la prensa para hablar de su nuevo disco, La música no se toca, repleto de canciones sólidas y arreglos (produce Julio Reyes) alejados del infantilismo del que adolece hoy el pop comercial. Quizá la cerveza le ayude a dar con el raro equilibrio que ha perseguido durante todo el día: ha hecho un álbum sobre asuntos como sus 20 años de carrera y lo mucho que ha cambiado el modo de oír música, pero parece harto de ser confundido con un adalid de la industria.
Luce esa sonrisa oblicua que emplea en despejar preguntas incómodas y un rosario de cuentas negras que fue de su madre, fallecida en abril. “Hay heridas que aunque aprendas a vivir con ellas, no se cierran jamás”, dice. No es lo único que ha cambiado en la vida del chico de Moratalaz de los más de 25 millones de discos y los incontables números uno a ambas orillas del Atlántico. Este es el primer trabajo que publica con Universal tras veinte años en Warner y acaba de contraer matrimonio, porque, asegura, “hay sitios a los que no se llega si no se cruzan determinados puentes”. “Una boda es el único acontecimiento de la vida en el que se produce un clic. A mi generación le ha costado mucho tomar decisiones”.
Pregunta. ¿Está mimada la juventud?
Respuesta. Comparados con nuestros padres somos unos privilegiados, pero comparados con nuestros hijos a lo mejor resultaremos unos esclavos. Me preocupa que haya toda una generación de gente joven que sufre.
P. ¿Llegan las noticias económicas a su torre de marfil?
R. Sí, pero no las entiendo demasiado. Hay una prima de riesgo, que sube y que baja, como en una canción de Georgie Dann [risas]. Es una desgracia, sobre todo esas historias de familias expulsadas de sus casas. Además, para nada… para dejar esos pisos vacíos. Es terrible. Se les debería caer la cara de vergüenza.
No diré a quién voto, dejémoslo en que me siento de centro radical”
P. En la portada de su último disco aparece aferrado a un piano en medio de un mar embravecido, como el superviviente de un naufragio. ¿Se ve como el último hombre sobre la faz de la música?
R. Sí, claro, como el tipo del piano sobre aguas turbulentas… No diría tanto. Me parecía interesante trascender al típico primer plano y lanzar un cierto mensaje.
P. ¿Existe la fórmula Alejandro Sanz para lo bueno y en lo malo?
R. Estoy condenado a que lo que hago me tiene que gustar. Y luego tengo un filtro clarísimo: Paco de Lucía, que es quien me dice si funciona o es una mierda. Antes, también recurría a Morente.
P. ¿Se arrepintió de colocarse en el primer plano de la discusión sobre la ley Sinde?
R. Me arrepentí un poco porque fueron opiniones demasiado vehementes y apasionadas.
P. Pero aquel texto publicado en EL PAÍS que causó tanto revuelo lo escribió usted.
R. Sí, sí. También tú aquella noche te equivocaste, no sé si me entiendes. Eso no significa que no puedas arrepentirte. Me dejé llevar por la provocación. Hay gente que es profesional de la provocación…
P. ¿En Internet?
R. En Internet y fuera de ahí. La Red no es un mundo paralelo, somos nosotros. Hay gente que le encanta provocar. Al principio, los artistas no fuimos conscientes de la inmediatez y del poder de una red social. A muchísimos nos ha pasado… Ningún artista se ha librado de los problemas en las redes sociales.
P. ¿Ha dado con la fórmula para evitárselos?
R. No entro a ningún trapo. La frase que se ha hecho famosa entre nosotros es “no alimentes al troll”.
P. Colocarse en el ojo del huracán no sirvió de mucho… ¿Qué fue de la ley Sinde?
R. Pues nada, totalmente inútil. Yo no estoy de acuerdo en que se penalice o se le ponga una multa a quien se baja una canción. Pero las plataformas que permiten ese intercambio de archivos quizá tengan que hacerse cargo. Lo único que pretendía la ley era poner una línea roja... más que roja, rosita, si me apuras. Creo que algunos políticos nos utilizaron durante la tramitación. Los mismos que dejaron con el culo al aire a Sinde.
P. ¿Zapatero?
R. No, no. Zapatero no.
P. Fue él quien renunció a aprobarla...
R. En su propio partido, dejaron tirada a la ministra. Eso no se entiende mucho.
P. ¿Usted vota?
R. Sí, pero no te diré a quién, salvo que soy de centro radical.
P. ¿Y en la SGAE?
R. También. Apoyé a Anton Reixa, que me parecía honesto.
P. En sus planes está comenzar la gira en Latinoamérica y volver a España en mayo… ¿Se ha convertido el continente para las estrellas españolas en la clase de prioridad que urge a las empresas del Ibex 35?
R. Permíteme que me ponga un poco blandengue, pero en España empezó mi carrera. Toco más en México, simplemente porque ahora hay más oportunidades, pero pienso seguir haciendo los mismos directos en España que siempre, mientras me lo permita la situación, que es la que es.
Babelia
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