El evangelio del vino griego

De Grecia, el consumidor español medio conoce el yogur y el queso feta. Alguno más avezado quizá habrá oído hablar, de entre las bebidas, del ouzo y, por aquello de que es un país mediterráneo, podrá sospechar que en Grecia hay vino, aunque sólo sea por la canción que el canario José Vélez popularizó en los setenta . Para evangelizar España y abrir un poco las miras del país, ayer realizó una cata en el espacio Monvínic de Barcelona , el Master of Wine Konstantinos Lazarakis , autor de la obra de referencia The Wines of Greece (editorial Mitchell Beazley)

"Una característica básica de la belleza del vino es su variedad. Dentro de un solo vino puedes ver no sólo diferentes sabores, sino también filosofías, lugares y persona. El vino griego proviene del corazón del pueblo heleno", señala Lazarakis por vía telefónica. "Por eso pienso que quien de verdad ame el vino tiene mucho que descubrir en el vino griego", añade.

Este experto, que fue sommelier permanente del ateniense restaurante Jajazzo (el primero en Grecia que recibió una estrella Michelin), considera que uno de los grandes peligros que existe en el mundo del vino es la uniformización. "Los vinos griegos, tanto en variedades como en sabores se ciñen a la idiosincrasia griega. Esto hace 20 años se vía como algo malo, que iba a impedir a nuestros vinos venderse fuera. Ahora, de golpe, en la época de la producción uniformizada, los vinos nacionales, con una cultura profunda, con unos sabores marcados se han hecho más interesantes en los mercados mundiales", agrega.

El pueblo mucho ama su cultura, y el vino es uno de los grandes orgullos helenos, quizá sólo igualado por la música: "El 98% del consumo en Grecia es vino griego. xportamos sólo el 0,3% de nuestra producción, pero es una producción pensada para el modo de vida griego". Lazarakis es crítico con la industrialización masiva y con la dictadura de los mercados internacionales. "Muchos países como Francia, por necesidad de exportar, a veces elaboran vinos pensando en qué pueden vender fuera, no en lo que de verdad les gustaría crear. Toda Grecia produce al año mucho menos vinos del que produce sólo la región de Burdeos", indica con cierto orgullo.

En cuanto a los precios, precisamente por la poca y cuidada producción, el consumidor tendrá que rascarse un poco el bolsillo: "Grecia nunca podrá producir vino muy barato, y si lo hace, no será vino bueno. Algunos precios que veo en España, con botellas a un euro y medio, compiten en un mercado en el que nunca veremos a Grecia. Tenemos poca producción y costes demasiado elevados como para competir en ese mercado. El vino griego tiene mejor relación calidad-precio. Hay vinos griegos con una calidad que, si se vendieran en la Toscana, tendrían un precio dos o tres veces que aquel que tienen en Grecia".