Caín no podrá esconderse
Vladímir Putin ya es el mayor criminal del siglo XXI, émulo de las barbaridades genocidas de Hitler y Stalin en el siglo XX
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).
Vladímir Putin ya es el mayor criminal del siglo XXI, émulo de las barbaridades genocidas de Hitler y Stalin en el siglo XX
El propósito del presidente ruso se limita ahora a hacerse con la región de Donbás, hasta hoy solo parcialmente en sus manos. Tiene mejores cartas para el nuevo envite, pero no es seguro que se salga con la suya
Putin quiere ocupar un territorio donde declarar cumplidos los objetivos y proclamarse vencedor de su ofensiva
Nada es igual entre la guerra de Bush en Irak y la de Putin en Ucrania, pero el eco es trágico y profundamente significativo
Las victorias electorales de Viktor Orbán en Hungría y de Aleksandar Vucic en Serbia suponen una ligera bocanada de oxígeno para el presidente ruso
No es aquí, sino en Ucrania, donde nos jugamos la existencia, tal como dijo literalmente Ponsatí. Como europeos y como catalanes
Putin busca una guerra de desgaste, también económica, para que nos cansemos de Ucrania y luego nos rindamos
El comandante en jefe no debería permitirse errores de puntería cuando dispara la munición que le es propia, la palabra
El aislamiento de Putin es, sobre todo, occidental. Los antiguos países No Alineados están por esperar y ver quién gana
No es la primera ocasión en la que el mundo camina por el alambre sobre el abismo de una guerra atómica, pero constituye una novedad que se libre una contienda entera y desde el primer día bajo tal amenaza
Dilucidar el papel del ‘putinismo’ en el ‘procés’ es imprescindible al menos para mostrar las exactas intenciones de parte del independentismo
A Putin y Xi les unen el odio, los intereses y sobre todo el principio maoísta que sitúa el poder en la punta del fusil
Europa no puede permitirse una crisis en el flanco meridional de la Península mientras hay guerra en Ucrania. Marruecos ha sabido jugar muy bien
Muere a los 83 años el que fue uno de los fundadores de EL PAÍS y uno de sus más destacados editorialistas
Un nuevo telón de acero ha caído sobre Europa. Incluso las iliberales Polonia y Hungría aparecen como paraísos de la libertad al lado de la autocrática Rusia de Putin
Putin quiere aplicar la versión rusa de la Doctrina Monroe: Europa para los europeos, es decir, para el Kremlin
Rusia se ha convertido en una potencia en retroceso y desprestigiada, mientras que China se halla en pleno ascenso e incluso en posición de actuar como árbitro del orden internacional que surgirá del actual caos
En el balcón histórico de la plaza de Sant Jaume está la pancarta que suscriben la gran mayoría de los catalanes decentes, al igual que el resto de españoles y europeos
Putin apuesta por una escalada sin límites. Tras la destrucción de las ciudades ucranias por medios convencionales, acecha el arma de disuasión. Llevando al paroxismo la guerra preventiva de Bush, el líder ruso busca sentar un precedente
No hay disparo sin retroceso, ni guerra que no transforme a quien la declara. Para invadir Ucrania, hay que ser como Stalin
Gracias al heroísmo de los ucranios, la frontera de la Unión Europea y también de la Alianza Atlántica se situará algún día, más pronto que tarde, en los límites internacionales reconocidos entre Rusia y Ucrania
El redactor de EL PAÍS Lluís Bassets analiza las posibilidades de Occidente de llegar a un acuerdo con Rusia
Putin ya ha desenfundado el arsenal atómico con una desenvoltura insólita respecto a los tiempos de la Guerra Fría
No es seguro que Putin consiga controlar el desarrollo de la guerra una vez desencadenada. No hay que olvidar que hay armas nucleares de por medio
Putin cree en la sagrada y eterna nación rusa como solo se cree en Dios todopoderoso. Ucrania, en cambio, es una perversa creación artificial del bolchevismo
Es un fracaso el mientras tanto, tiempo de transición para recuperar lo que nunca existió, la unidad independentista; ampliar la base; y hacer algo consistente con el autogobierno
Someterse al chantaje inicial de un mafioso, uno solo por pequeño que parezca, es someterse a él para siempre
Es raro que un nuevo orden internacional surja pacíficamente. La historia nos demuestra que antes van a medirse las fuerzas, en competencia hasta alcanzar un nuevo equilibrio
Por si alguien lo había olvidado, Vladímir Putin exhibe un ejército preparado para regresar al peor pasado de Europa
Hay numerosas puertas giratorias europeas, que dan directamente al Kremlin y son quizás el arma más poderosa en manos de Putin
Es probable que el futuro del catalán dependa mucho más de los esfuerzos de despolitización que de la propaganda del independentismo
Las prisas presidieron la ampliación de la OTAN, pero ha sido Putin quien ha vulnerado los tratados multilaterales
Aunque no está en la Casa Blanca desde enero de 2021, sin el expresidente nada se puede entender de las actuales crisis
Nada sería tan legal y justo como que los ucranios se defendieran ante una invasión y que sus aliados y amigos les ayudaran
Nadie sabe qué va a hacer Putin, ni hasta dónde puede llegar su apuesta. Si quiere solo unas migajas y salvar la cara, o va a por todas. No lo saben ni los suyos
El catalanismo reformista y pragmático es el único que ha obtenido resultados tangibles en toda la historia del autogobierno
Putin amenaza a Ucrania con una guerra preventiva como la que suscitó las protestas de 2003 contra la invasión de Irak
De nuevo la OTAN tiene ante sí una misión clara: defender a cada uno de sus socios, sus principios, la soberanía nacional y el derecho a ingresar en la alianza que a cada uno le convenga
China y Rusia, cada una a su manera, están sembrando las semillas de una disputa sucesoria como la de Kazajistán
La última esperanza de un comunismo democrático murió con el político italiano en 1984. Pero sus ideas tienen plena vigencia en los confines europeos del imperio ruso y tuvieron ayer un eco en Bruselas, en las contundentes palabras del secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg