_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Izquierda hundida

Nada sería tan legal y justo como que los ucranios se defendieran ante una invasión y que sus aliados y amigos les ayudaran

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, interviene este viernes en un acto electoral de Unidas Podemos en León.
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, interviene este viernes en un acto electoral de Unidas Podemos en León.J. CASARES (EFE)
Lluís Bassets

Fue Juan Goytisolo quien popularizó la expresión en estas mismas páginas en 1999, en un artículo que denunciaba la hipocresía de quienes criticaron la intervención de la OTAN para frenar el genocidio en marcha en Kosovo, pero fueron ciegos ante los crímenes del etnonacionalismo serbio. Goytisolo no estaba a favor de los bombardeos, por razones que dejaba entrever en la primera fase del artículo: “Por circunstancias personales, nadie puede detestar más que yo los bombardeos aéreos, aun aquellos que, como pretende el alto mando aliado, causan un mínimo de daños colaterales”. Su madre, Julia Gay, murió el 17 de marzo de 1938 en Barcelona bajo una bomba italiana lanzada por la aviación de Mussolini al servicio de Franco.

El escritor barcelonés ya no está por desgracia entre nosotros, pero habría sido interesante contar con su rigor moral y su pluma cortante para juzgar la actitud de estas mismas izquierdas ahora, cuando de nuevo se levantan voces contra la actitud de la OTAN ante una amenaza tan seria como la esgrimida por Vladímir Putin sobre Ucrania, que viene avalada por los 14.000 muertos provocados desde 2014, cuando las fuerzas rusas ocuparon Crimea y sus peones en la cuenca del Donbás encendieron el fuego de una guerra incivil.

¿Valen sus palabras de entonces para las circunstancias actuales, cuando la OTAN se ha limitado a reforzar su flanco oriental y a rechazar cualquier conminación del Kremlin a someterse a sus dictados?: “Resulta difícil comprender a quienes claman hoy contra la barbarie de la OTAN si se tiene en cuenta que mantuvieron sellados los labios durante el asedio medieval con armas modernas de Sarajevo por espacio de tres años y medio: sus proclamas pacifistas de fachada ponían en el mismo saco a verdugos y víctimas, asediadores y asediados. ¿Qué especie de virus se ha colado en el razonamiento político de esa izquierda hundida —bautizada así, con acierto, por el escritor albanés Bashkim Shehu—, izquierda que desfila con columbina inocencia o hipocresía odiosa al grito de paz, paz?”.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La de Kosovo fue la única guerra librada por la Alianza sin cobertura legal de Naciones Unidas. Si ahora llegara a estallar la guerra abierta por una invasión rusa, nada sería tan legal y justo como que los ucranios se defendieran. También lo sería que sus aliados y amigos les ayudaran si lo solicitaran. La única guerra ilegal e injusta es la que Putin viene librando en Ucrania desde 2014. Y, sin embargo, cierta izquierda sigue considerando a la Alianza como el peligroso brazo armado de los intereses de Estados Unidos y no como el único paraguas protector con que cuentan los europeos para guarecerse ante amenazas bien ciertas y comprobadas.

Para cierta izquierda, hundida todavía en el pozo de sus prejuicios y tópicos, sigue siendo un tabú el uso de la fuerza militar en cualquier caso, incluso en defensa propia ante una guerra de agresión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_