Cómo el fútbol compensa una guerra
Este deporte va más allá de su condición de juguete social; implica sentimientos de adhesión e identidad compartida y juega un papel de intermediario entre padres e hijos
Este deporte va más allá de su condición de juguete social; implica sentimientos de adhesión e identidad compartida y juega un papel de intermediario entre padres e hijos
No me habitúo al silencio de estos meses. No es su naturaleza
Cuando decimos que el fútbol sin gente es desabrido, nos quedamos cortos. Es otro fútbol. Distraído, irregular, menos heroico
Nunca pensé que lo diría: me encanta el juego diverso y atractivo de la Bundesliga
Este juego es lo que es gracias a su simplicidad y su estabilidad
No se volverá a competir por capricho de los futbolistas, sino porque es necesario mover la máquina de producir dinero que le da trabajo a tanta gente
Con su tono hipnótico y su inteligencia se las arreglaba para convertir las aventuras competitivas en auténticas epopeyas que te renovaban el amor por el deporte
Hay que confiar en que el deporte salga de esta especie de retiro espiritual con una lección aprendida. Encontrar talento y formarlo siempre resultó barato
Sin gente, el partido se desinfla sin remedio, el campeonato se desnaturaliza y la televisión quedará condicionada porque tendrá que hacer malabarismos
Como ocurre con tantos futbolistas brasileños, para él la vida siempre fue una fiesta, y el fútbol, juego que exagera la vida, una fiesta al cuadrado
Estamos acostumbrados a que los futbolistas un día sean buenos y otro día, malos; un día esforzados y otro, vagos. La realidad es que, cuando la sociedad lo reclama, no olvidan su origen
Los aplausos se mudaron de los estadios a los balcones. El juego, mal acostumbrado, se resiste a bajarse del escenario discutiendo sobre cómo y cuándo recomenzará la fiesta
Desaparecido el fútbol como espectáculo y la tabla de clasificación como escalera de nuestras ilusiones, solo queda una evidencia: la precariedad de la industria
La madre del árbitro no es la única agradecida al coronavirus: la ausencia de los hinchas demuestra su poder
El brasileño puso el voltaje más alto del clásico con el entusiasmo combativo propio del que asalta una y otra vez la trinchera. Provoca una agitación futbolística y ambiental que son como latidos en el corazón ahora titubeante del equipo y la afición
Las emociones tienen buena memoria y el entrenador del City en el Bernabéu no es poca cosa para recrear aún más el mito del retorno
Nunca dos partidos de fútbol le deberán tanto al ambiente porque, para el Atlético y el Liverpool, el aliento es el oxígeno que necesitan para exprimir su fútbol
No desconfío de la madurez del noruego, pero es mejor jugar 50 partidos con la Real que esperar sentado en el Madrid
El 10 sabe que sus silencios provocan inquietud y sus palabras desatan terremotos
Atacar al diferente es una vileza. Que el ataque sea colectivo es denigrante. Esconderse en la multitud es de cobardes. Y no sancionar con rigor semejante infamia, una irresponsabilidad
Se dirá que el técnico dio un paso adelante para ser un gran entrenador y es verdad. Pero si ya no hay jugadores como él será porque el fútbol dio un paso atrás
El club se limita a pedir a los jugadores que estén a la altura de la historia. La afición también, y sin ninguna amabilidad. El que soporta esa presión es apto
Se juegue donde se juegue, si el partido es bueno, surge el encanto. Basta con poner cinco centrocampistas de gran calidad y pedirles que se muevan y se pasen la pelota, como hizo el Madrid ante el Valencia
Ver los estadios ingleses llenos de padres acompañando a sus hijos para iniciarlos en el rito tribal de amar a un escudo y para ver a los ídolos que formarán parte de su santoral, es muy sano
Al revolucionario que entrena al Madrid le da más resultado quedarse quieto. Y llamarse como se llama
Es inevitable preguntarnos qué pensaría Manuel Vázquez Montalbán de esta semana en la que el fútbol estuvo metido de lleno en la agenda política de Tsunami Democràtic
Desde aquel tacón de Guti frente al Depor, no había vivido un sobresalto igual en un partido como con el gol de Luis Suárez al Mallorca
Cuando el Madrid no encuentra su juego la culpa es de Zidane, y cuando lo encuentra el responsable es cualquiera menos él, al que tendemos a subestimar
Desde algunos sectores al Atlético se le reclama un juego más atractivo, pero el pragmatismo es firme: el resultado es Dios
A un mundo de pasiones como el fútbol no le podemos exigir prudencia o paciencia, pero alrededor de la Federación empieza a haber demasiado alboroto
Somos tan entusiastas que, siempre con buena intención, con los jóvenes inflamos las expectativas hasta hacerlas insoportables
La obsesión por lo propio no les deja ver lo nuevo. Es el tiqui-taca revolucionando su ritmo e integrando una obsesión táctica que nos está cambiando hasta el lenguaje.
El fútbol siempre fue una comedia dramática, pero el sufrimiento le está ganando la partida al disfrute, así que es hora de espabilar. ¿Qué tal si le ponemos un poco de optimismo al fútbol?
Creo que el Madrid encontrará a su Guardiola, a su Simeone; esto es, la personificación del carácter institucional
Es oportuno el aplazamiento porque unir dos grandes pasiones inflamables puede producir un incendio que escape a todo control
Cuando salta, cuando corre, cuando disputa, cuando juega, hay algo abusivo en su misma figura que hace hasta obvia tanta seguridad
Nadie se llama Bonaventure porque sí. Dennis lo demostró marcando dos goles al portero belga que dejaron temblando al Bernabéu. Ambos tantos tuvieron la virtud de recordarnos la eficacia del amague
Al abrirnos tan generosamente la cabeza, vimos los estragos que hace la falta de confianza en un jugador tan joven
Al menos que el Madrid respete su condición de leyenda y honre los servicios prestados dándole tiempo
Todos aspiramos a ganar con grandeza. Rafa Nadal lo consigue hasta cuando pierde