Tres vinos para carne y no son tintos
¿Se puede acompañar una chuleta con espumosos, blancos o rosados? No es lo habitual, pero la recompensa para quien tenga la mente abierta es la frescura.
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra y especializada en vino, es fundadora de la página web www.spanishwinelover.com. Ha sido redactora-jefe de la revista Sibaritas y miembro del equipo de cata de las guías Peñín y Todovino. Colabora con revistas nacionales e internacionales y participa como jurado en competiciones vinícolas.
¿Se puede acompañar una chuleta con espumosos, blancos o rosados? No es lo habitual, pero la recompensa para quien tenga la mente abierta es la frescura.
Con graduaciones más moderadas que los vinos finos y las manzanillas, pero con todo el sabor que dan los suelos calizos, son los grandes vinos del verano.
De Ibiza a Chipre, las históricas vides del Mediterráneo modernizaron a sus pueblos y hoy nos recuerdan el valor de la tradición.
Los ancestrales o ‘pét-nats’ son los espumosos más desenfadados del mercado. También pueden funcionar como grandes transmisores del terruño.
Es tiempo de elaboraciones sencillas y vibrantes. Los tintos jóvenes son perfectos para maridar todo tipo de elaboraciones culinarias en los días de calor.
Las etiquetas de las botellas españolas se llenan de nombres de pueblos, parajes y viñas. Procedencias específicas que aportan singularidad.
Nos acercamos a esta clásica región vinícola francesa con fama de cara a través de tres propuestas accesibles.
En plena era tecnológica, una parte del mundo del vino defiende los modos antiguos de elaboración, la recogida manual y los ritmos lentos.
Se multiplican las voces que piden preservar las viñas y el paisaje vitícola ibérico ante la creciente presión de parques eólicos y huertos solares.
El vino tiene una capacidad única de transportarnos a paisajes concretos. Y, debido al calentamiento global, la lista de países en los que se cultiva la vid no deja de crecer.
Este término que asoma en algunas etiquetas de vino alude a vides que no han sido injertadas, pero ¿hasta qué punto son especiales o merece la pena hacerse con una botella?