El Gobierno y la Generalitat plantean una mesa de diálogo estable con los partidos

El Gobierno y la parte del independentismo más favorable a un pacto para los Presupuestos  empiezan a mover sus cartas para buscar un punto de encuentro que pueda facilitar ese acuerdo. La parte más fácil es la negociación presupuestaria en sí, que arranca con un fuerte aumento de las inversiones en Cataluña. Pero los independentistas quieren avances también en política. Y ahí se ha logrado un primer paso tras una reunión entre la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo y el vicepresident catalán Pere Aragonès. En un comunicado conjunto, algo que implica ya un acuerdo que hasta ahora parecía muy difícil, el Gobierno y la Generalitat abren la puerta a establecer una mesa de diálogo estable entre ambas partes, y con participación de "los partidos", en la que se debata “el futuro de Cataluña”. Se pactó que haya dos espacios: uno entre los partidos y otro entre los dos gobiernos, en el marco de la Comisión Bilateral.

El Ejecutivo se quedó muy satisfecho con esta reunión, que implica separar la negociación presupuestaria de esta mesas políticas. Sin embargo, el escrito redactado es lo suficientemente ambiguo como para satisfacer a ambas partes. Desde la Generalitat entienden que “el futuro de Cataluña” pasa por el reconocimiento al derecho de autodeterminación mientras que para el Gobierno central es su propuesta de un nuevo Estatuto, refrendado por los catalanes en una nueva votación.

Poco después del comunicado, desde La Moncloa matizaron que la mesa de diálogo sería "entre los partidos catalanes", esto es, sin la participación directa del PSOE sino del PSC. Ese añadido, que no estaba en el texto, hace que se parezca mucho a la iniciativa que ya está en marcha en Cataluña, que promovió el PSC y tomó el president Quim Torra, esto es una cumbre de todos los partidos en Cataluña. Ni Ciudadanos ni PP ni la CUP participaron.

Este matiz es clave. Desde la Generalitat, tras el apunte de La Moncloa, señalaron que esa mesa entre partidos catalanes "ya se intentó y fracasó", por tanto ellos están hablando de un diálogo directo entre el PSOE, ERC y PDeCAT. Este tipo de cuestiones quedaron en el aire y se rematarán en una segunda cita en Barcelona a finales de la semana que viene.

El acuerdo por tanto no está cerrado, y las dificultades son evidentes, pero las señales que se lanzan desde la reunión que ambos presidentes mantuvieron en Barcelona el pasado 21 de diciembre son de un claro acercamiento. Los independentistas siguen en el no a los Presupuestos pero el Gobierno confía en convencerlos con la idea de que son unas Cuentas buenas para Cataluña y sobre todo con el riesgo de que un fracaso forzaría al Ejecutivo a adelantar las elecciones y podría abrir paso a un Gobierno de PP y Ciudadanos apoyado por Vox que apostaría por la aplicación del artículo 155 de forma permanente.

La portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi, que también ha participado en la reunión en Madrid, defendió el pasado martes esta mesa de diálogo como una manera de formalizar más la relación entre ambas partes e incluso aseguró que su creación era una de las pruebas de fuego para medir “la voluntad de diálogo” del Gobierno de Pedro Sánchez.

Artadi, el pasado martes, también dejó entrever que la puesta en marcha de esa mesa sería un gesto de cara a facilitar la tramitación de los Presupuestos por parte de los grupos independentistas en el Congreso de los Diputados. La portavoz también puso como línea roja que en esa mesa participaran “mediadores o testigos” que certificaran los acuerdos alcanzados. La nota enviada por el Gobierno y la Generalitat no hace referencia a esa condición, que el Gobierno no se ha planteado en ningún momento.