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Los Presupuestos, pendientes de la batalla en el PDeCAT

La primera votación puede coincidir con el juicio del ‘procés’ y es, por tanto, imprevisible

Carlos E. Cué
Ferran Bel, a la derecha en primer plano, el 13 de septiembre en el Congreso.
Ferran Bel, a la derecha en primer plano, el 13 de septiembre en el Congreso.EL PAÍS

La agenda del cambio es el gran proyecto a largo plazo del Gobierno de Pedro Sánchez, si es que logra salir airoso de las próximas elecciones, pero a corto tiene otro muy relevante con el que también está intentando jugar fuerte para recuperar iniciativa y reactivar al electorado progresista. Son los Presupuestos, proyecto estrella del primer trimestre. El documento ya está listo en Hacienda, donde creen que no tendrían muchas dificultades para acordarlo con el PNV en la fase de enmiendas. Pero todo depende de la primera votación, la de las enmiendas de totalidad, que permiten que se tramiten las cuentas o sean devueltas antes de empezar.

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Es casi seguro que ERC no presentaría esa enmienda, pero la duda sigue en el PDeCAT, cuyos ocho votos son claves. La formación está dividida; entre los diputados, aparentemente un 6-2, aunque nadie lo sabe con precisión y la decisión clave se tomará en la cúpula en Barcelona. El cambio de panorama político tras las elecciones andaluzas y el temor a un Gobierno en manos de PP, Ciudadanos y Vox debería empujar a los independentistas a dejar que se tramiten los Presupuestos para no forzar un adelanto electoral, pero la división interna es muy fuerte, con Carles Puigdemont desde Bruselas como hombre clave a la hora de presionar hacia la solución más rupturista. La primera votación, que llegaría a finales de febrero, en función de cuándo entren las cuentas en el Congreso, coincidirá casi con seguridad con el juicio del procés, lo que hace todo mucho más imprevisible.

El Gobierno multiplica los contactos informales con ERC y PDeCAT a todos los niveles y con el empresariado y sindicatos catalanes para intentar que se pueda superar ese primer escollo, pero hasta el último minuto no se sabrá el resultado. Es un proceso similar —pero más lento— al que se vivió en la moción de censura, cuando Puigdemont también tenía muchas dudas y más bien estaba en el no, pero la presión conjunta de ERC, que apostó rápidamente por el sí, del PNV, que lo hizo tras las dudas iniciales, y de algunos dirigentes del PDeCAT, forzaron la balanza a favor de hacer presidente a Sánchez.

Ahora las cosas han cambiado dentro del PDeCAT, porque el grupo de Puigdemont ganó el último congreso, pero también el riesgo de la derechización de La Moncloa es mucho mayor. Si caen el primer día los Presupuestos, la opción menos probable, Sánchez aún podría adelantar a marzo los comicios, algo que no contempla casi nadie. Si caen después de la tramitación, en dos meses, le quedaría el superdomingo de mayo, que en su entorno algunos ven con buenos ojos para movilizar a todo el partido y a todos los votantes en un mismo día. Si no, octubre, la fecha que prefieren varios barones socialistas. Si logra aprobar los Presupuestos, no hay duda de que Sánchez buscará agotar la legislatura en 2020.

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