Pedro Sánchez aleja la posibilidad de elecciones en marzo: “Seguiremos gobernando”
El presidente confirma que la subida del salario mínimo a 900 euros se aprobará en diciembre por decreto
La decisión de Pedro Sánchez de presentar finalmente los Presupuestos en enero ha desatado la especulación sobre un adelanto electoral inminente si las cuentas no salen, algo que en este momento sigue siendo la opción más probable. El presidente, sin embargo, ha querido despejar la posibilidad de que sean en marzo, algo difícil por los tiempos pero no imposible. "En marzo estaremos trabajando y gobernando", ha comentado en una conversación informal con periodistas en la recepción por el día de la Constitución, en la que los informadores se apretujan con reyes, ministros, expresidentes, diputados, jueces y empresarios de todo tipo en un salón de Pasos Perdidos especialmente desbordado.
Sánchez ha insistido en que la caída de los Presupuestos no implicaría necesariamente un adelanto electoral, pero en el mundo político cercano al Gobierno y al PSOE ya se trabaja con el superdomingo de mayo (elecciones autonómicas, municipales, europeas y generales) como el escenario más probable si no salen las cuentas.
El presidente no quiere especular con la posibilidad de que la irrupción de Vox y el ascenso de la derecha en Andalucía pueda alterar la estrategia de los independentistas. La teoría que se está instalando en la clase política es que PDeCAT y ERC ahora tendrán que girar si no quieren provocar un adelanto electoral que pueda abrir paso a la llegada a La Moncloa de un centroderecha mucho más radicalizado, con PP y Ciudadanos en posiciones muy duras sobre Cataluña y Vox presionando para ir aún más al extremo.
El presidente está convencido de que PP y Ciudadanos se van a radicalizar a partir de ahora. Sánchez, sin embargo, cree que los partidos independentistas "tienen su propia hoja de ruta" y no se dejarán llevar por la irrupción de la extrema derecha. El Gobierno confía aún en que el PDeCAT no presente enmienda a la totalidad. Si lo hiciera, los Presupuestos caerían en tres semanas. Si no lo hace, esto permitiría que empiece un largo trámite que permita intentar negociar con enmiendas. Aún así, el escenario de una aprobación de los Presupuestos en pleno juicio del procés (los tiempos parlamentarios llevan a febrero o marzo) es considerado altamente improbable (aunque nunca imposible) incluso por los más optimistas en el Ejecutivo.
Sánchez sí avanzó que piensa seguir sacando adelante algunos decretos clave. El que supone la estrella del acuerdo con Unidos Podemos, la subida a 900 euros del salario mínimo interprofesional, se aprobará a finales de diciembre para que entre en vigor el 1 de enero. Es una decisión clave que tendrá efecto en millones de personas, las que cobran el salario mínimo y las que tienen sueldos de alguna manera vinculados a él.
Si fracasan los Presupuestos, el presidente usará esa decisión para responsabilizar a los partidos independentistas de que no se aprueben unas cuentas que son "muy buenas para esta comunidad" en un momento de protestas sociales y también para decirle al electorado socialista tradicional, que en buena parte se fue a la abstención en las elecciones andaluzas, que no es real esa dependencia de PDeCAT y ERC de la que hablan PP y Ciudadanos. Pero de momento Sánchez sigue trabajando como hasta ahora e intenta buscar puentes con el independentismo. El presidente ha insistido en que el 21 de diciembre intentará reunirse con Quim Torra en Barcelona. "Si no me quiere ver es su problema. Yo estoy a su disposición. En el Consejo de Ministros en Barcelona aprobaremos cosas importantes"; sentenció Sánchez, que viajará a esta ciudad con todo su Gobierno.
Las elecciones andaluzas han cambiado por completo el panorama y estaban presentes en todos los corrillos. Sánchez, que mantiene un largo enfrentamiento con Susana Díaz y el lunes envió señales claras de que está dispuesto a moverse para tomar el control de la federación andaluza en cuanto ella pierda del poder de la Junta, se concentró ante los periodistas en defenderla. Insistió en varias ocasiones en que ella es la candidata del PSOE para intentar la investidura y no habrá ninguna otra opción. "Susana o Susana", llegó a decir. El presidente mantuvo así la tregua que ambos han acordado hasta la formación de Gobierno, pero todo indica que las hostilidades de una batalla histórica no resuelta entre estos dos sectores se reanudarán al día siguiente.
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