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Agenda 2030: de las palabras al ‘artivismo’

El mundo animal protagoniza la primera exposición en Europa de Keya Tama, un artista sudafricano que utiliza el arte urbano como plataforma activista hacia el desarrollo sostenible

Keya Tama
'Found Again' (Hallado de nuevo), obra de Keya Tama de 2021 en Las Vegas, Nevada, en colaboración con Elléna Lourens y Joshua Martel. Imagen cedida por el artista.

Mientras los grandes gestos institucionales van lentamente contribuyendo a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que recoge la Agenda 2030 de la ONU, Keya Tama llama a la acción a base de brocha gorda. Especialmente en lo que se refiere al Objetivo 4 –garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad–, y al que el artista sudafricano se refiere como “la clave para la acción efectiva de las masas”. De ahí que utilice el artivismo, una combinación de activismo y arte, para sensibilizar sobre la importancia de contribuir a la sostenibilidad del planeta mediante sus llamativas pinturas.

El Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2021), elaborado por Naciones Unidas, hace un balance categórico: “Se avanzó en la reducción de la pobreza, en la salud materno-infantil, en el acceso a la energía eléctrica y en la igualdad de género, pero no lo suficiente como para alcanzar los Objetivos en 2030. En otras áreas vitales, como la reducción de la desigualdad, la disminución de las emisiones de carbono y la lucha contra el hambre, los avances se estancaron o retrocedieron”. Un panorama que necesita también de la implicación de la sociedad, tal y como advierte el documento Transversalización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo: “Sensibilizar al público y comprometer a los grupos de interés locales con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible es un primer paso fundamental y permanente para garantizar buenos resultados en su puesta en marcha”.

Veo el muralismo como una manera efectiva de inspirar el cambio y dar poder a la gente
Keya Tama, artista sudafricano

Para Keya Tama, la receta para avanzar en los ODS pasa por hacerlos accesibles desde el arte. “Pinto muchos murales en zonas rurales que abordan la importancia de la comunidad, la esperanza y la familia. De este modo espero alegrar el día a la gente, e inspirar a la juventud, que está creativamente más inclinada a ver las pinturas en muros”, afirma en una entrevista, con motivo de su primera muestra monográfica en Europa, que se expuso en el Museo de Historia y Antropología de Tenerife y comisariada por Javier Jiménez, director del Festival Boreal.

Se trataba de una exposición intimista, que se contrapone a sus pinturas en gran formato plasmadas principalmente en fachadas de Estados Unidos, pero también de México, Puerto Rico o de su Sudáfrica natal. Su esencia, en cualquier caso, sí permanece inalterable sobre lienzos y tablas de monopatín recicladas que dan protagonismo a los animales, para “inspirar a las personas a cuidar el medio ambiente y las comunidades donde viven a través de acciones creativas”, en palabras del propio artista.

'Without words' (sin palabras), obra del artista Keya Tama en Sacramento (California, EE UU) de 2020, cedida por el autor.
'Without words' (sin palabras), obra del artista Keya Tama en Sacramento (California, EE UU) de 2020, cedida por el autor.

Aunque, si hay un elemento diferenciador en esta muestra posibilitada por el Festival Boreal, es el de contar con la primera obra realizada mano a mano con Faith XLVII (o Faith 47), una de las referencias mundiales en el arte urbano actual, que precisamente es su progenitora. “Es el primer trabajo que hemos hecho y la primera obra de arte jamás exhibida públicamente que hemos realizado. Me gusta colaborar con la gente porque da una visión más profunda de cómo funciona alguien y se relaciona creativamente. Fue especialmente significativo compartir esta experiencia con mi madre”, revela Tama.

Y, si bien su estilo dista mucho de parecerse al de Faith 47, sí comparte con ella la presencia de elementos de la naturaleza como absolutos protagonistas de sus obras. En particular, Keya Tama dedica sus últimos trabajos a retratar curiosidades del mundo animal, para mostrar sus similitudes con las personas. De esta manera, pretende invitar a la empatía como ingrediente secreto para convivir en un mundo que no es sostenible si no se respeta a todos los seres vivos.

'A missing favourite' (Un favorito que falta), obra de Keya Tama en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en colaboración con Elléna Lourens y Tyler B Murphy (2021, cedida por el artista).
'A missing favourite' (Un favorito que falta), obra de Keya Tama en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en colaboración con Elléna Lourens y Tyler B Murphy (2021, cedida por el artista).

Para ello, este muralista recurre a lo más básico. Por ejemplo, dar a conocer cuánto duermen los animales. “Hice esto porque creo que todos somos únicos y al mismo tiempo iguales en lo que respecta al sueño, al amor y a la muerte. También los animales”, explica. Esta serie recuerda a sus primeros tiempos como artista, enfocados a un trazado más sencillo, estampado en blanco y negro, y que ya presenta los trazados geométricos que son característicos de su obra. Una reminiscencia pictórica del continente que, en la obra actual de Keya Tama, luce en todo su esplendor a través de colores cálidos y cierto estilo cubista, como si de una cuestión de justicia artística se tratara, al devolver el origen africano expoliado por Picasso en Las señoritas de Aviñón.

“Los animales de África me inspiran específicamente porque son parte del continente, de manera real, pero también simbólicamente son significativos. Mi trabajo se centra en querer un mundo mejor y he hecho estas creaciones, en parte, para animar a otros a pensar en cómo los animales y nosotros mismos no estamos tan separados como pensamos y tener empatía hacia ellos”, señala.

Una vuelta a poner en valor la interdependencia de los seres vivos, desprendiéndose de la superioridad humana, que está presente en sus narraciones visuales tanto en contenido como en forma. Es lo que él llama “minimalismo contemporáneo antiguo”, un término en el que basa su estilo: “Creo que existe una riqueza de conocimiento y emoción que tiene peso dentro de nuestras iconografías individuales y colectivas, pero que ha sido diluida y aplacada por la publicidad en los espacios públicos. Veo el muralismo como una manera efectiva de inspirar el cambio y dar poder a la gente”.

De este modo, en plena efervescencia de la publicidad en escaparates LED recorriendo las ciudades, Keya Tama prefiere “pintar algo nuevo sobre edificios viejos para rendir homenaje a la arquitectura y tratar de encontrar equilibrio en el entorno, mediante una creatividad que esté en sintonía con él”. Y así se gana la vida, usando el arte “para ayudarnos a vernos los unos a los otros y al mundo en sí mismo”.

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