Integrar la discapacidad física

Hace 30 años, me visitó con estrépito una trombosis cerebral por la que estuve hospitalizado durante cinco meses. Luego, gracias a una larga rehabilitación, logré recuperarme hasta donde fue posible. Los servicios sociales me concedieron la discapacidad, pero Sanidad no me consideró inválido porque mi trabajo era compatible con las limitaciones que padecía. Con la ayuda de muchas personas he conseguido llevar una vida normal hasta la jubilación. El pasado enero, celebré la reforma del artículo 49 de la Constitución —la sustitución del término “disminuidos” por el de “personas con discapacidad”—, y se me saltaron las lágrimas cuando vi que el acto oficial del Día de la Constitución estaba focalizado en las personas con discapacidad. Aunque con la edad percibo que las secuelas físicas se van acentuando, creo que he podido llevar una vida integrada, adaptada humanamente y laboralmente fecunda. Con la discapacidad no se acaba la vida.

Leandro Sequeiros. Granada

Reconstrucción y prevención

Soy una de las vecinas de Alfafar que estaba allí el 29 de octubre. Después de casi mes y medio, hay algo de las imágenes que vi aquel día que no he podido olvidar. Tengo pesadillas recurrentes con la virulencia de las riadas que se llevaron todo. ¿Cuántas veces podría volver a ocurrir algo así? Ahora necesitamos reparación, sí, pero también acción preventiva y contundente contra el cambio climático. Cada día en el que nuestros representantes políticos permanecen estáticos frente al problema, este crece como un monstruo que algún día nos devorará.

Julia Salas. Alfafar (Valencia)

Necesitamos acción

Me parecen admirables las iniciativas y sanciones que contempla el ministro de Consumo para evitar los abusos de las grandes corporaciones. Sin embargo, echo en falta que no mencione las prácticas abusivas de las entidades bancarias. He sido víctima de unos delincuentes que utilizaron mis datos bancarios para obtener un préstamo exprés de 8.000 euros. Mi banco no verificó la identidad del solicitante y no se puso en contacto conmigo para confirmar dicha solicitud y desde el primer momento me cobró las cuotas del préstamo y sus intereses. Presenté denuncias policiales, reclamaciones y alegaciones, pero la respuesta del banco fue que acuda a los tribunales. El Estado debería exigir que los bancos, custodios de los datos de sus clientes, establezcan sistemas para impedir los fraudes tecnológicos.

Rosario Balbuena Antonietty. Sevilla

Minas antipersona, otra vez

El Premio Nobel de la Paz fue concedido en 1997 a los movimientos que luchaban por la erradicación de las minas antipersona. Más de 20 años después, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a pocas semanas de abandonar la Casa Blanca, ha autorizado el suministro de minas antipersona a Ucrania en su guerra contra la invasión de Rusia. Qué triste que en pleno siglo XXI sigamos manteniendo la idea de que “en la guerra todo vale”.

María del Carmen Ortega Navasa. Soria