El filme de Méndez Esparza narra la odisea laboral y sentimental de una mujer que pierde su trabajo como informática, y que de buenas a primeras se reinventa como conductora de taxis
Al poco de comenzar el concurso, me pareció distinguir a mis hijos muy lejos, al otro lado de las cámaras, al otro lado de la vida, y tuve la certeza de que estaba muerto
A la mitad del parque decido volver a casa con el mismo espíritu de derrota con el que abandono el periódico apenas abierto. Me falta fondo o me sobra espanto
La sombra que no me pertenecía se acomodó debajo de la cama del dormitorio mientras yo me preparaba para darme una ducha. Luego, mientras me vestía, salió de su escondite y pareció entablar algún tipo de negociación con la mía
Lo que está en juego no es la conveniencia de meter mano al relato, sino la necesidad de Feijóo de que nos indignemos porque el mal rollo suele dar votos al PP
Me puse el reloj que encontré en la calle en la muñeca derecha con la fantasía de que contrarrestara el movimiento hacia adelante del que llevaba en la izquierda y dejara yo de envejecer
Jamás había pagado por dormir, pero al pensar en la cantidad de trabajo que me esperaba al día siguiente, decidí rendirme y pagué por entrar en la región del sueño
De esto va el discurso del PP: de que nos creamos que las sociedades pueden progresar retrocediendo o de que el narcotráfico se puede combatir alternando con narcotraficantes
Pasó por delante de mi gato una mosca que atrapó al vuelo con una pata llevándosela a la boca. Increíblemente, mientras se la tragaba, sentí pasar por mi garganta algo que no podía ser otra cosa que la mosca, como si nuestros aparatos digestivos estuvieran conectados
Encontré en mi jardín el cadáver de un mirlo con una pata anillada. En el anillo, muy ligero, de plástico, venía impreso un número y un ruego: “Llame a este teléfono”
Cuando me meto en la cama, siento que, a miles de kilómetros, en una cama semejante a la mía, se acaba de acostar un tipo como yo con el que intento, sin lograrlo, mantener una charla telepática
No perdemos de vista el horizonte, por si de verdad esta vez vinieran a salvarnos con las numerosas promesas electorales (y electoralistas) que empiezan a arrojarnos
Comprendí, de súbito, que no era un ser humano, sino un robot de una perfección extraordinaria, pues poseía identidad y memoria y sentimientos, todo ello, supuse, como parte de un programa informático que alguien había logrado implantarme. ¿Pero quién?
Si nos pusiéramos a razonar en serio, tendríamos que estar de acuerdo con el reparto de la riqueza y todo lo demás. Pero constituiría un atentado contra el orden establecido
Había quien estaba a favor de que telefoneara y quien le aconsejaba que no. Dado que el número, según nos informó, empezaba por 666 (como el de mi móvil, por cierto), alguien sugirió que podría ser el del diablo
Esa monja que está a punto de morirse no se muere. Me ocurre a mí lo mismo, quizá también a usted. Todos estamos a punto de morirnos, pero continuamos misteriosamente en pie
Cuando pienso en Endesa me llama Endesa y cuando pienso en Legalitas me llama Legalitas, pero es gente que llama mucho. Lo que yo buscaba era una corazonada
Mi amigo falleció el miércoles de la enfermedad que me diagnosticaron a mí cuando me hice pasar por él. Yo, en cambio, me curé a base de agua y de verduras