China detiene a un abogado de derechos humanos y a su esposa cuando se dirigían a la delegación de la UE en Pekín
El servicio diplomático europeo denuncia un “trato inaceptable” y exige la “liberación inmediata” de los arrestados y de otros activistas retenidos en su casa tras haber participado en un encuentro con funcionarios comunitarios
Las autoridades de China han detenido este jueves a Yu Wensheng, un conocido abogado de derechos humanos, y a su esposa, Xu Yan, cuando se dirigían hacia una reunión en la delegación de la Unión Europea en China, ubicada en el barrio diplomático de Pekín. Ambos tenían previsto participar en un encuentro entre funcionarios europeos y la sociedad civil china, que siguió adelante sin ellos.
Este viernes, otros dos activistas chinos que sí llegaron a participar en la reunión, Wang Quanzhang, Wang Yu, además del esposo de esta última, Bao Longjun, han sido puestos bajo arresto domiciliario, según han denunciado a través de redes sociales varios de los implicados y la delegación de la UE, que ha exigido su “liberación inmediata e incondicional”. Además, ha elevado una protesta ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de China por lo que considera un “trato inaceptable”. Wang también ha confirmado a este diario su participación y la de su marido en el encuentro en la sede de la delegación europea en Pekín y su retención domiciliaria desde esta mañana. Hasta “ocho hombres fuertes” han impedido la salida de ambos de su domicilio de forma “ilegal”, según esta abogada.
“Nos llevan a la comisaría de Bajiao. Nos han obligado [unos policías] a subir al coche desde el metro. Han dicho que nos iban a procesar verbalmente. Es vergonzoso”, relata fugazmente Xu Yan en un vídeo colgado en Twitter en el que se la ve a ella y a Yu Wensheng sentados en la parte de atrás de un automóvil en marcha. En otras de las imágenes colgadas por Xu el jueves por la tarde, se ve cómo varias personas vestidas de paisano, presuntamente policías, los conducen fuera de los túneles del metro y aseguran que se les acusa de tratar de inducir al crimen y al caos. De momento no se tienen noticias del paradero de la pareja.
Los arrestados habían sido invitados por parte de la UE a un encuentro con una delegación europea que se encuentra de visita en Pekín. La cita había sido agendada en los márgenes del viaje oficial del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que debería haber aterrizado el jueves en China. Aunque Borrell no ha podido viajar tras dar positivo por covid, según fuentes diplomáticas, el equipo del Servicio Europeo de Acción Exterior decidió mantener la cita con el grupo de abogados y activistas de derechos humanos, todos ellos vinculados a una durísima redada llevada a cabo en China en 2015, en la que fueron detenidos más de 300 letrados.
El nuevo golpe llega apenas unos días después de que China condenara el lunes a Xu Zhiyong y Ding Jiaxi, dos destacados abogados defensores de los derechos civiles y políticos, a 14 y 12 años de prisión, respectivamente. A ambos se les acusaba de subversión por promover el Movimiento de Nuevos Ciudadanos, una agrupación que reclama mayor transparencia política y justicia social, y por participar en una reunión en Xiamen, en el sur del país, para debatir sobre la transición democrática en China. La UE había condenado las sentencias.
Yu Wensheng es un destacado abogado de derechos humanos muy crítico con el presidente del país, Xi Jinping. En marzo acababa de cumplir un año en libertad tras haber sido condenado a cuatro años de prisión y a tres adicionales de privación de derechos políticos por “incitar a la subversión del poder del Estado”. Yu fue detenido en 2018, un día después de publicar una carta abierta en la que reclamaba reformas democráticas en la Constitución del país. Previamente, había sido arrestado también en 2014 por su relación con en el movimiento democrático Occupy Hong Kong.
“No me arrepiento de lo que he hecho”, contaba Yu el pasado mes de octubre, frente a un té que servía su esposa en su domicilio, un pequeño apartamento impersonal situado en el extrarradio de Pekín, ya casi en las montañas. El abogado tenía profundas ojeras y se tocaba a menudo un brazo dolorido desde sus detenciones en 2014. Contó que pasaba la mayor parte del tiempo sin salir de casa, sentado o tumbado en el poyete del ventanal del salón, recibiendo el sol directo en el cuerpo, algo que tomaba como parte de su recuperación tras años encerrado y sin apenas luz natural. “Estoy básicamente recuperado”, dijo, “salvo en lo físico”.
En su relato, Yu aseguró haber sufrido un trato extremadamente duro durante su detención, con interrogatorios de hasta 18 horas diarias en una sala sin ventanas, sentado en una silla de acero. Y sobre el mandato de Xi, que esos días estaba a punto de revalidar el cargo al frente del Partido Comunista de China, aseguraba: “En estos 10 años ha habido una degeneración de los derechos humanos y del Estado de derecho. Solo espero que no vaya a peor”.
Antes de su encarcelamiento, Yu había intentado llevar a juicio al Gobierno chino por la grave contaminación ambiental y el riesgo para la salud ciudadana. También había ejercido la defensa de miembros del grupo religioso Falun Gong, prohibido en China, y había representado a varios de los abogados especialistas en derechos humanos arrestados durante la citada redada de 2015. Uno de sus clientes más prominentes era el letrado Wang Quanzhang, también retenido en estos momentos en su domicilio.
Bruselas y Pekín retomaron en febrero de este año el diálogo sobre derechos humanos, un canal oficial que había estado congelado desde 2019. Los dos golpes contra la disidencia de esta semana llegan poco después de la visita a Pekín del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Ambos líderes aseguraron haber sacado el siempre espinoso asunto de los derechos humanos en sus entrevistas con el Gobierno chino y celebraron la reanudación de las conversaciones.
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