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Sánchez defiende ante Xi el plan de paz de Zelenski y pide diálogo para frenar “una guerra ilegal”

El líder chino ofrece al español “hacer contribuciones a la paz y el desarrollo del mundo” juntos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al mandatario chino, Xi Jinping, este viernes en Pekín. Foto: BORJA PUIG DE LA BELLACASA (EFE / MONCLOA) | Vídeo: EPV

Pedro Sánchez ha sido muy duro con Rusia ante el presidente chino, Xi Jinping, el aliado más importante de Vladímir Putin y ha defendido el plan de paz de 10 puntos del líder ucranio, Volodímir Zelenski. A la vez, nada más arrancar el encuentro de este viernes con el líder chino y aún con las cámaras delante, el presidente del Gobierno español ha pedido a Xi “diálogo” para acabar cuanto antes con “los horrores de una guerra ilegal e injusta”. Xi, mucho más ambiguo que el presidente español, ha evitado citar expresamente a Ucrania, al menos en la parte pública de la reunión, pero sí le ha dicho a Sánchez que China y España van a “compartir juntos las oportunidades y afrontar los retos para impulsar el desarrollo bilateral más a fondo, a enfrentar desafíos, promover el desarrollo y hacer contribuciones a la paz y el desarrollo del mundo”. Esa mención a la paz parece una evidente referencia a Ucrania, siempre en estilo elíptico chino.

Xi ha tenido buenas palabras para el español, el primer líder europeo que le visita tras su reciente viaje a Moscú. El presidente chino ha reconocido la labor de Sánchez para hacer frente a la pandemia, le ha dicho que “ha tenido mucho éxito con los efectos de las turbulencias internacionales” y ha rematado: “España ha sido uno de los mejores países en el crecimiento económico de la UE. En la actualidad, China se dedica a un desarrollo de alta calidad para conseguir modernización para poder ofrecer más mercado a los países, España incluida, más oportunidades de colaboración. Hemos establecido una relación estratégica integral”.

 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por el embajador de España en China, Rafael Dezcallar (izqda.), es recibido por las autoridades de China a su llegada este jueves a Pekín tras en el Foro de Boao para Asia.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por el embajador de España en China, Rafael Dezcallar (izqda.), es recibido por las autoridades de China a su llegada este jueves a Pekín tras en el Foro de Boao para Asia. Borja Puig de la Bellacasa (Moncloa/EFE)

Pero mientras Xi parecía querer concentrarse en cuestiones económicas, Sánchez apostaba por hablar de la guerra. Le ha dicho al mandatario chino todo lo que estaba previsto: “Presidente Xi, tengo mucho interés en conocer su visión sobre el actual contexto geoestratégico global. También la posición de China sobre una guerra que está afectando particularmente a Ucrania, especialmente tras su visita a Moscú. Sabe cuál es nuestra posición. Debemos seguir apostando por la paz: esa paz debe ser justa, duradera, conforme a la Carta de Naciones Unidas, y que respete los principios del orden internacional: la soberanía y la integridad territorial del país agredido, tal y como reclama el presidente Zelenski en su fórmula para la paz, que España apoya”, ha insistido Sánchez, dejando así claro su respaldo al plan de paz ucranio. “Debemos mantener los canales de comunicación abiertos, construir nuestra confianza a través de agendas positivas. Es muy importante que, pese a las diferencias, busquemos espacios de diálogo y también de concertación”, ha rematado Sánchez. Después del encuentro, en una rueda de prensa en solitario, no conjunta, el presidente explicó que le había pedido al líder chino que llame a Zelenski. Fuentes del Gobierno señalan que Xi no contestó con claridad a esa reclamación, aunque confían en que la cita haya servido para que el presidente chino escuche de primera mano los argumentos de un líder europeo para así hacer girar poco a poco su posición. “Esto no es un viaje definitivo, es un proceso”, explican fuentes del Ejecutivo.

Xi Jinping ha subrayado que la posición de China sobre Ucrania es “coherente y clara”, según las notas del encuentro recogidas por la agencia oficial Xinhua. Esa postura “consiste en promover las conversaciones de paz y el arreglo político”, y ha reclamado “abandonar la mentalidad de la Guerra Fría y la confrontación de bloques, así como las sanciones y presiones extremas”. Xi ha trasladado a su homólogo español que espera que las partes implicadas puedan construir “una arquitectura de seguridad europea equilibrada, eficaz y sostenible a través del diálogo y la consulta”. Y, siempre según Xinhua, Sánchez ha asegurado “que España evalúa positivamente el documento de posición de China sobre la solución política de la crisis ucraniana y aprecia el papel constructivo de China”.

En la rueda de prensa celebrada inmediatamente después del encuentro, Sánchez ha destacado “el esfuerzo” del Gobierno chino a la hora de presentar una hoja de ruta para un posible alto el fuego en Ucrania, y ha subrayado que en ese plan hay “puntos importantes”, como el “rechazo total y rotundo” al uso y la amenaza de uso de las armas nucleares, y el “respeto de la integridad territorial”, que “está violentando [el presidente ruso, Vladímir] Putin”.

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El presidente ha reiterado la unidad de la UE frente a la agresión rusa y las condiciones para una eventual paz. Y ha asegurado que estos últimos días ha mantenido una “conversación fluida” con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que en la jornada anterior, en un durísimo discurso desde Bruselas, arremetió contra la creciente asertividad de China y tachó de “inviable” el plan de Pekín para la solución de la guerra. La jefa del Ejecutivo comunitario, que viaja la semana que viene a la capital china, acusó al gigante asiático de querer cambiar el orden mundial para imponer su dominio, y de manejar sus herramientas “de coerción económica comercial” y políticas de desinformación para ello. Sánchez ha asegurado que “conocía el contenido” de la charla y ha destacado su sintonía con Von der Leyen en el hecho de que la relación con China es “compleja, pero también muy importante”, que se debe profundizar en aspectos como la reciprocidad, el equilibrio en las relaciones comerciales y la transparencia.

Visita delicada

La visita era muy delicada, incluso con un cierto riesgo porque China está en una posición sobre la guerra de Ucrania muy alejada de la europea y muy cercana a Moscú. Y la diferencia de tamaño e influencia entre China y España es enorme, por lo que siempre existe la tentación de que el grande use al pequeño. Pero Sánchez estaba seguro de que el encuentro con Xi, el todopoderoso presidente del gigante asiático, es una gran oportunidad para tratar de arrastrarlo hacia posiciones más cercanas a las europeas y sobre todo para convencerle de un elemento clave: que cualquier plan de paz que se promueva para Ucrania ―los chinos han puesto uno encima de la mesa en el reciente viaje de Xi a Moscú― debe contar con el respaldo expreso de Volodímir Zelenski y los ucranios o no servirá para nada.

“Hay mucha expectación, creemos que es muy importante esta cita con Xi. La relevancia internacional de España no cae del cielo, la hemos trabajado mucho”, señalaba en el avión camino de China el propio Sánchez. Otras fuentes del Gobierno se mostraron también esperanzadas porque aunque creen que parece evidente que Xi fue a Moscú para respaldar a Vladímir Putin y dejar claro que China no permitirá que caiga, también consideran que la decisión de Pekín de abandonar el aislamiento de la etapa de covid cero para invitar a líderes como Sánchez y otros europeos prueba que el gigante asiático está incómodo con la guerra de Ucrania y quiere volver a un mundo más estable donde poder hacer negocios y a una relación mejor con la UE.

En este contexto, España siempre va a estar más cerca de EE UU que de China, y de hecho Washington fue informada por los españoles del viaje a Pekín, pero en La Moncloa consideran muy importante que España tenga su propia voz y Sánchez escuche directamente de Xi cuál es su plan y el líder chino pueda recibir de primera mano las propuestas europeas. “España es un país muy alineado con las posiciones de la UE, no vamos a tener ningún problema ahí”, señalaba Sánchez después de las críticas a viajes anteriores, en especial el del alemán Olaf Scholz, a quien se le reprochó tibieza hacia Pekín. España ve a Rusia ya casi como un “vasallo” de China, y por eso en La Moncloa creen que la posición de Xi es decisiva para buscar una salida a la guerra. Fuentes de esta institución consideran que en los 12 puntos del plan de Pekín hay “elementos interesantes” que coinciden con la propuesta para la paz de Zelenski.

Sánchez llegó el jueves por la noche a Pekín tras su paso fugaz por el Foro Económico de Boao, el llamado Davos chino, para encontrarse este viernes no solo con Xi, momento cumbre de la visita, sino también con el primer ministro, Li Qiang, y el presidente de la Asamblea Popular Nacional china, Zhao Leji. El epicentro de toda esta actividad política es el Gran Salón del Pueblo, un enorme edificio reservado para las grandes ceremonias políticas y los encuentros de alto nivel ubicado en un lateral de la histórica plaza de Tiananmén.

En el primer encuentro, con el primer ministro Li, Sánchez ha sido recibido con palabras entusiastas. “España es un gran país de la UE y juega un papel muy importante en asuntos internacionales. Usted es un político con mucha experiencia que ha promovido la cooperación entre España y China. La situación económica es de mucha incertidumbre. Compartimos su idea de promover la cooperación internacional”, le ha dicho Li a Sánchez en la parte de la cita en la que los chinos dejan entrar a la prensa.

Desde que llegó a China, el jueves, el presidente español ha hecho un discurso contra el proteccionismo de este país. Sánchez contestó a estas alabanzas de Li con palabras muy amables de defensa de la cooperación entre China y España, aunque sí aclaró que es importante buscar “una relación entre la Unión Europea y China más equilibrada”.

Sánchez y Li también hablaron de temas comerciales y de turismo, algo que ambos países pretenden reactivar. De hecho, el presidente español ha aprovechado la visita para verse también con empresarios españoles afincados en China y con un grupo de turoperadores locales con el que intentará reactivar el turismo chino en España, antes muy activo y en los últimos años paralizado por la pandemia. Sánchez y Li se centraron en cuestiones comerciales y dejaron el delicado asunto de la guerra de Ucrania, para la reunión con Xi. Durante la estancia del presidente español en el gigante asiático, Pekín ha dado luz verde a la apertura de un centro del Instituto Cervantes en Shanghái, el segundo en el país tras el de la capital china.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (cuarto por la derecha) y el presidente chino, Xi Jinping (quinto por la izquierda) durante su encuentro de este viernes en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (cuarto por la derecha) y el presidente chino, Xi Jinping (quinto por la izquierda) durante su encuentro de este viernes en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.BORJA PUIG DE LA BELLACASA (AFP)

Este mismo jueves, el día en que Sánchez aterrizó en Pekín, el Ministerio de Defensa chino anunció su intención de intensificar la cooperación militar con Rusia con el objetivo de “aplicar el importante consenso alcanzado por los dos jefes de Estado, mejorar la comunicación y la coordinación estratégicas, y aplicar conjuntamente la Iniciativa de Seguridad Global y salvaguardar la equidad y la justicia internacionales”, según dijo un portavoz de Defensa citado por la agencia oficial Xinhua. Un recordatorio del calculado equilibrio escorado a Moscú que defiende Pekín desde el inicio de la guerra.

Aunque Washington y Bruselas han acogido con escepticismo un documento que no distingue entre agresor y agredido, y elaborado por un país (China) que tampoco ha condenado la invasión, Sánchez buscaba escuchar de primera mano las ideas de Xi y discutirlas, aunque siempre con la idea de defender la posición de Zelenski, al que Sánchez apoya de manera rotunda, como los demás líderes europeos.

Tras el viaje de Sánchez arranca un carrusel de visitas de líderes europeos a Pekín, en una ofensiva de acercamiento del Viejo Continente a la República Popular: la próxima semana aterrizarán el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Poco después tiene previsto hacerlo Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. Desde el Gobierno aseguran que la posición española se mueve al compás de la europea.

El jefe del Ejecutivo español ha sacado también en sus conversaciones con las autoridades chinas el siempre espinoso tema de los derechos humanos en el gigante asiático, y ha calificado de “positivo” haber reanudado en febrero el foro de diálogo de la UE y China sobre el tema.

Para España, la cita ha sido relevante en clave interna para limar asperezas que tienen que ver con el acceso de las empresas españolas al gran mercado potencial del gigante asiático y la regulación de aspectos fitosanitarios que ejercen de barrera para las exportaciones españolas. Sánchez también buscaba posibles acuerdos de inversión de empresas chinas en España para sectores como el del vehículo eléctrico, en el que China se ha convertido en una potencia, y tratar el tema de las tierras raras, recurso necesario en la producción de baterías. En su discurso en Hainan, Sánchez lo dejó claro: pedirá a Xi que abra China a las inversiones europeas si no quiere que la UE se cierre a las inversiones chinas como reacción al proteccionismo de Pekín. “Debemos abrir el Este [China] para que el Oeste [la UE] no tenga que cerrarse en sí mismo”, resumió.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro chino, Li Qiang, se saludan este jueves en Boao, China, durante la celebración del Foro Económico de BoaoFoto: EFE/ Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa | Vídeo: EPV

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