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Italia acusa a una ONG alemana de favorecer la migración irregular

Las autoridades italianas dicen tener pruebas de que los trabajadores humanitarios han tenido contacto con traficantes de personas

La embarcación Iuventa, de la ONG Jugend Rettet, atracada en el puerto de Lampedusa, este miércoles
La embarcación Iuventa, de la ONG Jugend Rettet, atracada en el puerto de Lampedusa, este miércolesElio Desiderio (AP)

La Guardia Costera italiana detuvo este miércoles frente a las costas de Lampedusa a un barco de la ONG alemana Jugend Rettet, una de las organizaciones humanitarias que salva refugiados e inmigrantes en el Canal de Sicilia, acusada de favorecer la inmigración irregular. 

Esta organización es una de las que el lunes rehusó adherirse al código de conducta propuesto por Roma y Bruselas para coordinar y regular la labor de rescate en el Mediterráneo central. Los marineros escoltaron la nave Iuventa hasta el puerto de la pequeña isla siciliana, primer fortín de Europa llegando desde Libia.

En Lampedusa, las autoridades judiciales interrogaron los miembros de la tripulación, mientras los dos hombres sirios que iban a bordo fueron acompañados a un centro de acogida. La organización Jugend Rettet informó en su perfil de Twitter de que la embarcación "no ha sido confiscada y el equipo no está arrestado", calificando lo ocurrido como "procedimiento estándar".

Sin embargo, hay algo más. El fiscal de la ciudad siciliana de Trapani, Antonio Cartosio, confirmó haber ordenado esta operación policial en el marco de una investigación sobre la ONG “por haber favorecido la inmigración clandestina”. El magistrado parece convencido de que algunos de sus miembros “se coordinaron directamente con los traficantes de hombres en tres distintas ocasiones”, una en septiembre de 2016 y dos en junio de este año. Aún no se sabe qué cooperantes están siendo investigados, ya que la tripulación, formada sobre todo por voluntarios, cambia a menudo.

“Estamos averiguando y cruzando los graves indicios de los que disponemos”, dijo Cartosio en una rueda de prensa. El 31 de julio, la mayoría de las nueve ONG ocupadas en salvar personas entre Italia y Libia, decidieron no avalar el protocolo requerido por Italia y Unión europea con la intención de aumentar la coordinación entre guardacostas, patrullas fronterizas europeas y las 12 naves humanitarias que patrullan el Mediterráneo y que llevan a cabo el 40 por ciento de los salvamentos. Jugend Rettet, Médicos Sin Fronteras, Sea Watch y SOS Mediterranee rehusaron la presencia de agentes armados a bordo de sus naves, prevista en el texto.

El ministerio de Interior lo había advertido: “Las ONG que no firmaron el nuevo código de conducta quedan fuera del sistema organizado para el rescate en mar, con todas las consecuencias concretas que eso conlleva”, se leía en la nota difundida tras el desafortunado encuentro del lunes. Más allá de la investigación de la fiscalía, muchos medios y observadores han vinculado el rechazo del acuerdo y la incautación del buque alemán en Lampedusa. Como si este último fuera el primer ejemplo de lo que las autoridades italianas entendían con “consecuencias concretas”: un aviso a los navegantes.

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