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Las conversaciones abordan cómo combatir el narcotráfico

En 14 meses de diálogo ambas partes han llegado a acuerdos en desarrollo rural y participación política

Negociadores de las FARC, en La Habana.
Negociadores de las FARC, en La Habana.Franklin Reyes (AP)

Han pasado 14 meses desde que el Gobierno de Juan Manuel Santos empezó a negociar el fin del conflicto armado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba, donde han llegado a acuerdos parciales en dos de los seis temas que pactaron negociar y que se centran en el desarrollo rural y en la participación política, algo que los propios negociadores han calificado como una apertura democrática que allana el camino de la paz. Sin embargo, este proceso de paz se rige bajo la premisa de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.

Desde el pasado diciembre, los dos equipos negociadores se concentran en el tercer punto, que tiene que ver con el problema de las drogas y el narcotráfico. Este capítulo incluye asuntos como la implementación de programas de sustitución de cultivos y recuperación ambiental de zonas afectadas, así como planes de prevención del consumo y salud pública.

Aunque las conversaciones son secretas y solo se conocen los avances cuando las dos partes, de manera conjunta, expiden un comunicado —lo que ha sucedido ya con los dos puntos acordados—, las FARC suelen tomar los micrófonos para presentar sus propuestas, sin que esto quiera decir que serán incluidas en el acuerdo final.

En el caso del tema de las drogas han dicho, por ejemplo, que se cree una oficina internacional que vigile la sustitución de cultivos ilícitos y que estaría integrada por Naciones Unidas, Unasur y representantes de la comunidad académica. Para las FARC, esta sustitución debería depender de “planes alternativos de desarrollo”. La guerrilla considera que “más que combatir la producción, de lo que se trata es de regularla o sustituirla”, y se distancia de “políticas prohibicionistas o de interdicción”.

El presidente Juan Manuel Santos espera que este año se concrete un acuerdo final con las FARC, pero en la agenda aún quedan puntos difíciles como la desmovilización de los guerrilleros, la aplicación de justicia, cómo se resarcirá a las víctimas del conflicto y el mecanismo de refrendación, ya que serán los colombianos los que tendrán la última palabra en el proceso de paz.

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