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Identificada la 97ª nieta recuperada de las Abuelas de Plaza de Mayo

Se calcula que quedan alrededor de otros 400 casos por dilucidar

Alejandro Rebossio

Otra joven hija de desaparecidos de la última dictadura de Argentina (1976-1983) ha podido conocer sus orígenes, según determinó el pasado viernes la justicia de ese país. Ya son 97 los hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio y entregados a militares, policías y personas con vínculos con las fuerzas de seguridad que recuperan su identidad. Se calcula que quedan alrededor de otros 400 casos por dilucidar.

Ahora, el nuevo hallazgo ha envuelto de alegría a Juliana García Recchia, hermana de la nueva hija de desaparecidos recuperada y secretaria privada de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto. "Soy la persona más feliz del mundo", dijo el viernes Juliana, de 35 años, en una conferencia de prensa en la sede de Abuelas. "Los mejores momentos de mi vida tienen que ver con los nacimientos, los de mis hijas y el de mi hermana. Mi hermana nació hoy [por el viernes], porque hoy supo que era hija de Beatriz Recchia y Antonio Gómez. Mi vieja tuvo un embarazo de 32 años, pero hoy nació", añadió Juliana, que recordaba que tocaba el vientre de su madre cuando estaba embarazada de su hermana. El nombre de la 97ª nieta recuperada por las Abuelas no ha sido difundido a petición de la víctima.

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Prueba de ADN

Beatriz Recchia y Antonio Gómez, militantes de la guerrilla peronista Montoneros, y su hija Juliana fueron secuestrados por las fuerzas de seguridad en Villa Adelina, un suburbio bonaerense, en 1977. Él fue asesinado en el operativo y ella fue vista por última vez aquel año en el regimiento de Campo de Mayo, también cercano a Buenos Aires. Juliana fue devuelta a su abuela materna, pero la niña que nació en cautiverio fue entregada a un militar.

La hermana de Juliana se había negado dos veces a hacerse la prueba de ADN, solicitada por la juez Sandra Arroyo Salgado. Ante la advertencia de la magistrada de que requisaría su casa para obtener una muestra de sangre del cepillo de dientes o de ropa interior, la joven accedió a someterse a la prueba. Tras confirmarse su identidad, las dos hermanas se encontraron y después Juliana habló a la prensa. "Hubo una generación, entre el 75 y el 80, cuya identidad está en duda", dijo, en alusión al plan sistemático del régimen de no restituir los hijos de desaparecidos a sus abuelos para evitar que volviesen a educar a "subversivos", según la macabra mente de los dictadores.

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Las Madres de la Plaza de Mayo, durante una de sus marchas.
Las Madres de la Plaza de Mayo, durante una de sus marchas.EFE

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