Ensalada de guisantes, tirabeques y fresas

Llega la primavera y con ella algunos de esos productos que vuelven a desaparecer antes de que puedas darte cuenta. Espárragos frescos, verdes y blancos, tirabeques, guisantes, alcachofas, habas: breve, pero intenso. Como si durante todo el año estuvieran trabajando para salir en marzo y abril con su mejor sabor. No voy a negar que estas preciadas verduras y leguminosas pueden ser algo caras: quién les iba a decir a nuestras abuelas que ahora la comida de campo se cotiza como si fuera caviar y que comer buenos guisantes es casi un privilegio.

Con todo esto, que si el breve periodo que las tenemos disponibles, la dificultad de encontrarlas y el precio a veces desorbitado, parece que voy a plantear la receta imposible. Pero si en algún momento puedes hacerte con medio kilo de guisantes y tirabeques frescos económicos es ahora; así que aquí te dejo todo lo que necesitas para prepararte una ensalada de emperador millenial.

Como hemos ido adoctrinando en esta biblia del apaño culinario, alguno ya sabrá que hay una cosa importantísima a la hora de preparar este tipo de productos: la cocción debe de ser breve e inmediatamente cortada con agua fría y hielo para mantener su textura, color y sabor dulce. Luego vale con saltearlos a fuego fuerte con un buen sofrito, cada cual a su gusto y parecer. Sin embargo, esta receta los deja fríos para combinarlos con fresas, algo de hidrato de carbono y una vinagreta cremosa. Un dato curioso, donde vivo; en Aragón, a los tirabeques se les llama bisaltos o miracielos: así que para mirar al cielo esta receta facilísima que os dejo.

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