Menú semanal de El Comidista (28 a 3 de junio)

Estrenamos la temporada de sopas frías con una que combina la frescura de la manzana ácida con el dulzor de la cebolla y la textura del calabacín. La cremosidad corre a cuenta del yogur.

Lacamos unos contramuslos jugosos con miel, salsa de chile y soja, y refrescamos el conjunto con una salsa de verduras.

Son dulces, carnosas y muy cómodas para irlas triscando directamente de la bolsa. Escoge las que tengan color más oscuro, piel tersa y aspecto turgente.

Marca la diferencia que el pan y las verduras sean buenos, y el tomate debe estar a temperatura ambiente.

Estos canelones sui generis no son más que una manera divertida y diferente de presentar una ensalada. El aliño no lleva aceite (ni lo necesita).

Una buena manera de beber fruta de temporada que puedes tunear con galletas, frutos secos, especias, otras frutas rojas o lo que más te apetezca. Y solo necesitas una batidora (y algo para infusionar la leche).

Nuestro último gran descubrimiento como pareja del tomate ha sido el mango. Es impresionante lo bien que funciona siempre que no te pases con la cantidad.

Es fresca, perfecta para táper y de lo más apañada para comer sola o acompañada de huevo duro, salmón ahumado y restos de pollo.

El chocolate amargo, el crujiente de los quicos y el dulzor de las pipas caramelizadas os harán ver con otros ojos las tiendas de chucherías.

¿Qué pasa cuando estás hasta el moño de comer tanta cosa fría y te apetece algo caliente? Esta receta calmará tus antojos.

Mandamos el steak tartar de viaje a Italia aliñándolo con aceitunas, tomate deshidratado, albahaca, limón y aceite.

Un postre injustamente relegado a los lineales de congelados más inmundos. Es fácil, rico y resultón a su manera.

Un aperitivo sano, sabroso y económico con el característico sabor de la zanahoria asada, que también puede servir para alegrar una tostada mañanera o unas verduras a la plancha.

Esta receta es perfecta para debutantes, y tiene lo reconfortante de una sopa y lo sabroso de un arroz seco de marisco.

Debe tener una mancha amarillenta en la zona que ha estado en contacto con la tierra, y al darle golpecitos con los dedos se debe "sentir hueca".

La gracia de este plato está en sus especias: el comino, el pimentón y la guindilla dan personalidad a esta prima hermana del pisto. Prepara el pan.

La horchata hecha en casa tiene un sabor mucho más complejo y sabroso que la comprada y se puede hacer cómodamente con una batidora potente.

Es fisiológicamente imposible no derretirse como un ídem ante el invento inglés más lujurioso de todas las eras: el bocadillo de queso fundido.

100% viejuna y 100% casera, la estrella de la cocina ochentera vuelve siempre con el calor, igual que Verano Azul, El equipo A o El coche fantástico.

Desvelamos cómo se hace un buen mojito y por qué no te lo servirán en las fiestas de tu barrio.