Tomate con salsa de sardinas, picatostes y alcaparras

La experiencia estival más cruda y liberadora de todas es la de agarrar un tomate, caliente, bien por haberlo recogido directamente de la mata o por rescatarlo de la cesta de picnic después de un par de horas de caminata, pasarlo un poco por la tela de la camiseta y pegarle un buen bocado. Ese jugo chorreando por un la mano, el líquido dulce llenando tu boca… esa es la esencia del verano mediterráneo.

Es verdad, una ensalada de tomate no necesita nada más que tomate. Aceite de oliva virgen extra, sal en escamas y un poco de pimienta negra recién molida, si me pides afinar un poco más. Debe mantenerse sencilla, pudiendo prepararla sin la necesidad de tener una cocina cerca. Por eso –por requerir de turmix y sartén– hoy hablaríamos de un plato de tomate, que serviremos con una emulsión de sardina ahumada que hará las veces de salsa y aliño, cebollino fresco y un crujiente de pan y alcaparras por encima.

No se hace en dos minutos, pero el resultado merece bastante la pena. La emulsión recuerda un poco a la salsa del vitello tonnato, pero con un punto ahumado que funciona muy bien con el tomate. Una vez hecha podría también aliñar un plato de lacón, un carpaccio de calabacín o servirse como paté para untar regañás o crudités. Para que esté perfecto al momento de comer, es recomendable dejar la emulsión hecha, el cebollino picado y el crujiente en un recipiente seco, para montar el plato justo antes de sentarse a la mesa.

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