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Ocho guarniciones multiuso para facilitar la vuelta a la realidad

Con legumbres, con arroz, con pasta, cereales, muchas verduras y salsas sabrosas: si tienes una buena cantidad de estos acompañamientos preparados en la nevera, tu cocina día a día será mucho más sencilla.

Guarniciones
Pasta corta con verduras, rematada con halloumiMònica Escudero

La vuelta al trabajo, el cole, el instituto o la universidad, superar que hace unos días todo esto era campo -o playa, o museos- y cumplir con esos planes para ser nuestra mejor versión que hacemos los que creemos que el año empieza realmente ahora. El “venga, que hoy comemos fuera” tampoco es compatible con el estado de las cuentas posvacacionales, pero hay que alimentarse y el día pasa volando mientras intentamos llegar a todo. ¿Escenario apocalíptico o simplemente un septiembre más? Ambas cosas son correctas, no hay que escoger. Para ayudarte a hacer la rentrée más fácil, desde El Comidista te proponemos ocho acompañamientos sencillos y saludables que puedes preparar en cantidad -ocho raciones- y aguantan bien dos o tres días en la nevera. Cada uno viene con una sugerencia para acompañarlos con una proteína preparada de manera simple, aunque son bastante intercambiables y se pueden adaptar a lo que te apetezca y tengas en la nevera. Bonus track: algunos pueden congelarse.

Boniato, lentejas, y sofrito de tomate con albahaca

Para ocho raciones, cocer cuatro boniatos medianos enteros -aproximadamente un kilo en total- en agua hirviendo durante unos 20 minutos o unos 10 al microondas en un estuche de silicona o un bol con un chorrito de agua en el fondo y tapado con un plato, pinchando previamente cada boniato con un palillo. Mientras, dorar a fuego medio cuatro dientes de ajo laminados un par de minutos en una cazuela con un fondo de aceite, cuando empiecen a tener color, añadir dos cebollas picadas y un poco de sal y pimienta. Cuando estén doradas, verter un bote grande de tomate troceado -unos 800 gramos- y dejar cocinar hasta que el tomate reduzca y huela bien y el aceite se separe de la salsa. Si la cazuela es honda y el tomate no va a salpicar, podemos dejarla destapada; si no, pondremos la tapa sin encajarla del todo para facilitar la evaporación. En ese momento, añadir unas 12-16 hojas de albahaca picada y remover bien. Ajustar de sal y pimienta. Pelar los boniatos cuando ya no quemen, cortarlos en dados y mezclarlos con un kilo de lentejas cocidas escurridas. Añadir sofrito al gusto -si sobra se puede usar como base para estofados, para saltear unos garbanzos o hacer unos huevos al plato o al nido-, mezclar bien y ajustar de aderezos. Para rematar: con dos huevos a la plancha encima tienes una comida apañadísima. ¿Se puede congelar? Sí.

Calabaza y cebolla asadas, quinua y chimichurri

Para ocho raciones, poner en una bandeja de horno una calabaza violín de aproximadamente un kilo abierta por la mitad a lo largo y cuatro cebollas amarillas enteras y hornear a 180 grados entre 45 minutos y una hora, hasta que la calabaza esté caramelizada y las cebollas blandas y con la piel tostada. Mientras, lavar y hervir 400 gramos de quinua y cocerla según las instrucciones del fabricante (suelen ser unos 17 minutos de cocción). Escurrir bien la quinua y, cuando las verduras ya no quemen pero aún estén calientes, pelarlas y cortarlas en dados de unos dos centímetros. Mezclar con la quinua y aliñar con chimichurri al gusto; si quieres hacerlo tú, aquí tienes una receta. Para rematar: le puedes poner igual unos dados de solomillo de cerdo que tofu ahumado. ¿Se puede congelar? Sí.

Arroz, cebolla, zanahoria y garbanzos con garam masala

Para ocho raciones, cocer 400 g de arroz blanco o integral según las instrucciones del fabricante y escurrirlo bien (si es blanco, también puedes prepararlo graneado). Dorar dos cebollas picadas en grueso en una cazuela a fuego medio con un poco de aceite y sal; mientras, rallar entre cuatro y seis zanahorias (unos 500 gramos). Cuando la cebolla esté dorada, añadir las zanahorias y una cucharadita de garam masala, cocinar a fuego medio removiendo de vez en cuando durante unos cinco minutos. Pasado este tiempo, añadir 800 gramos de garbanzos bien escurridos, remover para mezclar, ajustar de sal y garam masala y añadir un chorrito más de aceite en crudo si fuera necesario. Para rematar: prueba con un par de contramuslos de pollo cortados en tiras y salteados. ¿Se puede congelar? Sí.

Las especias le dan el punto.
Las especias le dan el punto.Mònica Escudero

Guisantes y maíz con mantequilla de ajo, chile y menta

Sencillísimo pero muy efectivo: para cuatro raciones -este no aguanta tan bien, después de un día y medio en la nevera los guisantes pierden tersura, pero a cambio se prepara en un momento- descongelar 600 gramos de guisantes y otros 600 de maíz dulce cocido. Poner 60 gramos de mantequilla en una cazuela a fuego suave y añadir entre cuatro y seis dientes de ajo laminados, y un poco de sal. Cuando el ajo tenga un poco de color y huela bien, añadir los guisantes, un chorrito de agua y tapar tres minutos. Destapar y añadir el maíz bien escurrido, chile al gusto y entre ocho y 12 hojas de menta picadas, dependiendo del tamaño que tengan. Remover, tapar un minuto más y listo. Es bastante satisfactorio, pero si tienes hambre y crees que vas a necesitar algo más contundente, puedes añadir unos fideos de arroz o de trigo, que se cocinan en muy poco tiempo y quedan muy bien con la salsa de mantequilla, menta y ajo. Para rematar: está buenísimo con un filete de pescado blanco al vapor o a la plancha o unas tiras de salmón ahumado. ¿Se puede congelar? Mejor no, quedan pochos (pero puedes volver a prepararlos en muy poco tiempo).

Pasta corta con verduras asadas, hierbas y salsa de cacahuete y lima

Corta en trozos de bocado, tirando a grandes porque al asarse encogerán, alrededor de 1,25 kilos de hortalizas que queden bien asadas. Berenjena, calabacín, cebolla, zanahorias, la parte blanca del puerro, calabaza o pimiento: las posibilidades son casi infinitas, lo que hace de esta receta un perfecto limpianeveras. Asarlos a 180 grados en el horno o la airfryer, untados con un poco de aceite suave y aliñados con sal y pimienta durante entre 30 y 45 minutos, removiendo de vez en cuando para que el calor se distribuya bien. Mientras cocinar 400 gramos de pasta corta -pistones, orzo o pepita de melón, fregola sarda o ´ptitim o cualquiera que tengamos por casa- según las instrucciones del fabricante, escurrirla bien y extenderla en una bandeja con un poco de aceite para que se enfríe. Mientras, preparar una vinagreta triturando un puñado generoso de cacahuetes con sal, entre 60 y 90 mililitros de zumo de lima y 45 de aceite suave. Mezclar la pasta ya tibia o fría con las verduras y la salsa, añadir las aromáticas que tengamos a mano -también va genial para dar salida a ese medio manojo de cilantro, perejil, albahaca o eneldo que compramos para usar seis hojas en una receta concreta- y mezclar bien. Rectificar de sal, acidez o añadir más aceite si fuera necesario y lista para comer. Con el reposo las hierbas se ablandarán, pero el sabor de la pasta y las verduras será más intenso, así que será como comer dos platos diferentes (lo ideal es consumirla a temperatura ambiente, así que mejor sacarla de la nevera un rato antes). Para rematar: halloumi a la plancha o unos dados de queso fresco. ¿Se puede congelar? La pasta no queda tan bien como recién hecha, pero sí, aunque sin el aliño ni las hierbas.

Cuscús integral, champiñones, calabacín y aceitunas con salsa de perejil y limón

Para ocho raciones, medir 400 gramos de cuscús integral con una taza o vaso, ponerlos en un bol y añadir el mismo volumen en agua hirviendo, sal y un poco de aceite. Triturar con ayuda de la batidora un buen puñado de hojas de perejil, un diente pequeño de ajo sin el germen -o al gusto-, la ralladura de un limón y entre dos y seis cucharadas de su zumo, seis de aceite de oliva, sal y pimienta al gusto. Triturar y reservar. Mientras, quitar las puntas a tres calabacines medianos -unos 750 gramos-, cortarlos por la mitad a lo largo, después a cuartos y después en trozos de aproximadamente un centímetro de grosor. Empezar a saltearlo a fuego alegre con un poco de aceite, removiendo a menudo; mientras, limpiar y cortar en cuartos 400 gramos de champiñones. Cuando esté listo, pasar el calabacín al bol y aliñar con la mitad de la salsa. Saltear también los champiñones, y cuando estén listos, llevarlos también al bol, añadiendo el resto del aliño y un puñado de aceitunas al gusto. Puede tomarse a temperatura ambiente, como una ensalada, o caliente. Para rematar: queda genial con una lata de sardinas en aceite o caballa, ideal cuando tienes la nevera, la energía o ambas cosas bajo mínimos. ¿Se puede congelar? Sí, pero sin aliñar.

El cuscús da mucho juego en guarniciones y ensaladas
El cuscús da mucho juego en guarniciones y ensaladasJulia Laich

Gachas cremosas de avena con espinacas, nueces y queso curado

Poner en una olla 400 gramos de hojuelas de avena fina con un litro de leche o bebida vegetal sin azucarar al gusto y otro de caldo de verduras o pollo. Llevar a ebullición durante ocho minutos a fuego suave, removiendo de vez en cuando para que no se pegue, y a la mitad de la cocción añadir 400 gramos de espinacas baby, un puñado de nueces rotas -unas 18 mitades- y 100 gramos de queso curado al gusto, rallado o en escamas. Para rematar: siento repetirme, pero nada le va mejor que dos huevos pasados por agua, a baja temperatura o cocidos cinco minutos y medio: el caso es que la yema esté bien blandita. ¿Se puede congelar? No.

Coliflor y patata con refrito de ajo y pimentón

Pelar y cortar un kilo de patatas -la que más te gusten, pero que sean de una variedad adecuada para cocer-, y llevar a ebullición una olla de agua con sal. Mientras, cortar en arbolitos un brócoli grande -1,2 kilos aproximadamente- y los tallos y el tronco en rodajas. Cuando el agua hierva, poner las patatas; pasados nueve o 10 minutos añadir el brócoli y cinco minutos después todo estará listo. Escurrir y reservar. Mientras, poner un chorro generoso de aceite en una cazuela y dorar en él entre cuatro y 12 dientes de ajo laminados (depende de lo ajeros que seáis, para mí cada trocito de ajo frito es un bocadito de cielo así que voto por la abundancia). Apartarlo del fuego y añadir una cucharadita colmada de pimentón dulce, picante, ahumado o en la combinación que más os guste. Remover y añadir un chorro de vinagre, de manzana o vino blanco si se busca un sabor suave o de vino tinto o Jerez si se quiere que esté más alegre. Devolver al fuego 30 segundos, remover y mezclar con las verduras. Probar y rectificar el sazón si es necesario. Para rematar: el refrito queda muy bien con cualquier pescado azul. ¿Se puede congelar? No, desgraciadamente la patata y la congelación no se llevan nada bien.

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