Francesc Xavier Vila: “En el activismo lingüístico se entiende el bilingüismo como el mal”
El consejero de Política Lingüística asegura que buscar extender los cursos de catalán a través de las empresas y en los municipios pequeños
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Desde el pasado verano, Francesc Xavier Vila (Esplugues de Llobregat, 1966) es el primer consejero de Política Lingüística de Cataluña, pero desde 2021 es responsable de esta área, que entonces dependía de Cultura, y como sociolingüista lleva tres décadas analizando datos. Los últimos que le ha tocado gestionar es la Encuesta de Usos Lingüísticos, que revela que el catalán va ganando hablantes, pero pierde peso respecto a otras lenguas. Para fomentar el conocimiento de la lengua entre la población inmigrante, el Govern anunció ayer la inyección de 8,8 millones de euros para crear 30.000 nuevas plazas y llegar a las 140.000 en 2026.
Pregunta. ¿Se esperaba los resultados de la encuesta? ¿Está decepcionado o se esperaba algo peor?
Respuesta. Me hubiera gustado que todos los resultados hubieran sido mejores, pero la situación de la lengua es diversa y delicada, pero al mismo tiempo, reversible. No nos sirve un análisis simplista porque tenemos una dinámica para los valores absolutos, otro para los porcentajes, otro para la lengua inicial, otro para la lengua habitual... Asimismo, hemos añadido la variable de porcentaje de uso de la lengua y vemos el comportamiento de los hablantes secundarios, los llegados de fuera y que empiezan a usar el catalán.
P. ¿El hecho de que los jóvenes sean los que más saben catalán, pero menos lo usan, es preocupante o una moda?
R. Es que realmente no son los jóvenes los que menos usan el catalán, son los adultos jóvenes, entre 30 y 44 años. Pero sí es verdad que es la única franja de edad en que los catalanohablantes reducen su uso habitual o la identificación con la lengua. Pero hay fijarse también que en los castellanohablantes también hay una pérdida de identificación con la lengua, y mucho más pronunciada.
P. Hay quien dice que por debajo del 30% de uso se considera que una lengua está en riesgo.
R. Cuando Italia se creó como Estado, solo el 10% sabía hablar italiano, y ahora es la lengua oficial. El hecho de estar al 29% lo único que te dice es que es más difícil de remontar que estando en el 30% o 31%, pero no hay límites mágicos.
P. ¿Cree que algunas críticas sobre los resultados provienen de los sectores catalanistas de ultraderecha que ven como una amenaza la reducción de ‘los catalanes de toda la vida’?
R. Hay un sector de la población que es así, como en todos lados. Pero también, en el movimiento del activismo lingüístico hay algunas palabras tabúes, y se entiende el bilingüismo como el mal, especialmente en Cataluña; en otras zonas, como la Cataluña Norte, no pasa.
P. Según la encuesta, el catalán es minoritario en los comercios, la restauración u otros ámbitos laborales. ¿Cómo están las conversaciones con las patronales para fomentar su uso?
R. Los centros de trabajo tienen que volver a ser lugares de integración social y lingüística. La empresa también tiene que hacer esfuerzos para integrar lingüísticamente a sus trabajadores. Pero esto lo detallaremos cuando se presente el Pacto Nacional por la Lengua.
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P. ¿Y cuándo será eso?
R. Antes de verano. Ya está redactado, estamos ultimando detalles.
P. ¿Y qué esperamos del Pacto?
R. Ver cómo se puede llegar a una normalidad de la lengua en todos los ámbitos. En esta línea, y en cumplimiento del pacto de investidura con ERC, también hemos puesto en marcha el plan de choque para crear 30.000 plazas, ampliando la capacidad del Consorcio, y coordinaremos los cursos que se harán en colaboración con diferentes sindicatos y entidades pedagógicas o culturales. Ahora también queremos incluir las entidades que trabajan en el ámbito de la acogida de inmigrantes.
P. ¿Y acuerdos con los ayuntamientos?
R. Abriremos una línea de subvención destinados a aquellos ayuntamientos pequeños donde el Consorcio no llega para que puedan contratar formadores y ofrecer cursos de catalán.
P. ¿Hay suficientes filólogos catalanes para ampliar los cursos?
R. Vamos a hacer una campaña de captación de estudiantes, pero los departamentos de las universidades deberían ser más proactivos. El problema de Filología Catalana es que no atrae gente que no tenga el catalán como primera lengua y deberíamos poder llenar las aulas de Filología Catalana de otro tipo de alumnos.
P. ¿La escuela lo está haciendo bien?
R. La escuela hace muchas cosas bien, pero tiene que mejorar en muchas cosas, igual que las universidades que forman a los docentes.
P. ¿En qué sentido?
R. En dar una formación más actualizada para que se conviertan en transmisores de la lengua, porque esto no se está produciendo de la forma que sería deseable.
P. ¿Es partidario de hacer obligatorio el C2 de catalán para todo el profesorado?
R. Sí, creo que todos los docentes deberían tener el C2, pero entiendo que es complicado aplicarlo y que hay cosas que se pueden hacer y otras que no.
P. En los últimos años, la lengua ha sido demasiado politizada?
R. A lo mejor en algunos sectores ha habido esta impresión, pero las encuestas no lo reflejan.
P. ¿Y cómo se puede lograr que la lengua sea más amable y dejarla de politizar?
R. Tratarla con normalidad. Casi todo el mundo que ha nacido aquí dice que sabe catalán, y eso hacía tiempo que no nos pasaba, para estas personas el catalán forma parte de sus vidas.
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