El Govern recurre a sindicatos y entidades para ampliar mil plazas de C2 de catalán, pero sin plazo concreto
El acuerdo replica el firmado con las universidades, que en dos años han aumentado un 40% la oferta
La falta de plazas en los cursos de catalán es el principal quebradero de cabeza del recién creado Departamento de Política Lingüística, que trabaja intensamente en una reforma del Consorcio para la Normalización Lingüística (CPNL) y en una inyección de recursos -ahora limitada por la falta de presupuestos- que le permita dar respuesta a la demanda. En esta línea, el Departamento ha anunciado este martes un acuerdo con sindicatos y entidades de docentes para que estos amplíen la oferta de cursos de C2 de catalán, uno de los más necesarios, ya que Educación quiere que, en breve, sea obligatorio para los futuros maestros. “Las nuevas medidas permiten que los docentes y futuros docentes lleguen a las aulas con la garantía de un conocimiento sólido de la lengua”, ha defendido el consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila.
En 2022, el Departamento de Educación anunció, como una medida para mejorar el catalán que se enseña en las aulas, que exigiría el nivel del C2 (superior) para los nuevos maestros. Y así quedó plasmado en el decreto del régimen lingüístico del sistema educativo -que fijaba la obligatoriedad para el curso 2025-26-, pero que fue suspendido poco después por el TSJC. De momento, la acreditación de catalán ha dado puntos a los profesores que se han presentado a las oposiciones de estos dos últimos años, pero la idea es que sea un requisito imprescindible en las próximas.
Mientras tanto, los profesores se preparan para lo que pueda venir y ha habido un gran incremento de la demanda de estos cursos desde hace tres años. Y es que actualmente solo el 25% de maestros de primaria y el 29% de secundaria acredita el C2 de catalán. Una de las vías principales para obtener la titulación son los cursos del CPNL, que fue incrementando las plazas -de 1610 en 2019 al máximo de 2049 en 2022-, hasta que el Consorcio decidió que no podía hacerlo solo y se empezó a buscar otras instituciones que pudieran asumir la demanda.
Una de ellas han sido las universidades, con las que se llegó a un acuerdo hace dos años, según admite el Departamento de Política Lingüística. Desde entonces, los campus han incrementado su oferta un 40%, pasando de las 800 plazas en el curso 2021-22 a las 1115 dos cursos después (y de 700 a 1049 alumnos, respectivamente), según los datos facilitados por las seis universidades públicas (excepto la UPC, que no los ofrece por falta de demanda). Aquí se apuntan profesores de las mismas universidades, pero la mayoría de inscritos son personas ajenas a los campus, y muchos de ellos, docentes de profesión.
Estrella, maestra de primaria en una escuela de Sant Feliu de Llobregat, ha optado por el curso en la Pompeu Fabra. “Lo hago principalmente porque me lo pide la escuela, pero también porque es mi lengua, soy maestra y lo que tengo que hacer es enseñar en las mejores condiciones”. Asegura que hace tiempo que iba detrás de hacer el curso, pero las otras alternativas no le gustaban y optó por este, aunque ha tenido que pagar 395 euros. “Aquí se aprende muchísimo. He notado mucho el cambio y la evolución”. Juliana, una compañera suya en las clases presenciales que imparte la UPF, optó por esta opción por el horario. Llegó de Argentina el 2007 y ejerce de profesora de secundaria en Barcelona, y ahora se ha apuntado al C2 para adquirir “fluidez y confianza, para hablar bien el catalán y poder utilizarlo en el instituto”, informa Pedro Pinos.
Paralelamente, el CPNL ha recortado plazas un 14%, pasando de las 2.429 en 2022 a las 2.095 del año pasado. Política Lingüística asegura que esta cifra crecerá este año, aunque no concreta. Pero sí anuncia otro acuerdo, esta vez con sindicatos y entidades, para crear mil nuevas plazas del C2 de catalán. En abril se abrirán los nuevos cursos, y se irán aumentando progresivamente, según la demanda, pero lo que el Departamento no concreta en cuándo se alcanzará esta cifra de mil plazas.
En esta ocasión el acuerdo se ha cerrado con los sindicatos CC OO y UGT, así como la asociación de maestros Rosa Sensat o el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras. Cada una de ellas organizará, como mínimo, 10 cursos. Desde las entidades, celebran la colaboración iniciada con la Generalitat. “Está bien que nos pidan ayudan y nos reconozcan como agentes que podemos contribuir en algo tan importante como la mejora del catalán”, apunta Mar Hurtado, presidenta de Rosa Sensat. Con todo, admiten que todavía solo ha habido una primera toma de contacto con la Generalitat y que falta acordar muchos detalles. “Hasta ahora solo nos han preguntado cuántas plazas podemos asumir, pero todavía nos tenemos que reunir para concretar detalles, falta mucha concreción”, admite Lalo Plata, presidente de la Fundación Paco Puerto, vinculada a CC OO.
De hecho, son entidades que ya ofrecían cursos de catalán, pero que ahora verán ampliada su oferta. Rosa Montané, profesora de ESO, obtuvo el título del C2 de catalán este verano a través de esta fundación de CC OO, ya que es afiliada al sindicato. Intentó hacer el examen por libre, pero no lo aprobó, así que se apuntó a un curso. “Pero acceder a los del departamento es imposible, te tienes que buscar la vida”, lamenta. La docente asegura que quería mejorar su nivel de catalán, pero también influyeron otros beneficios, como el hecho de que obtiene puntos adicionales en el concurso de traslados.
Uno de estos detalles a perfilar es dónde harán los exámenes oficiales. CC OO los organiza en su fundación desde el curso pasado, pero Rosa Sensat no cuenta actualmente con esta opción, así que los alumnos deben presentarse posteriormente a las convocatorias del CPNL o de otras instituciones, como las escuelas oficiales de idiomas.
Impulso de los cursos virtuales
Los cursos virtuales o semipresenciales también están siendo un buen recurso para absorber la alta demanda. El Institut Obert de Catalunya es una de las opciones, pero también las escuelas oficiales de idiomas, que ofrecen el C2 de forma semipresencial, y han incremento notoriamente los alumnos matriculados, hasta los 1.758 del curso pasado, más del doble que en el anterior, según las estadísticas de Educación.
El Departamento que dirige Esther Niubó también ha aumentado la oferta de cursos de autoaprendizaje que ofrece a través de su plataforma xtec, pero que hasta ahora eran presenciales y han pasado a ser virtuales, algo que no convence a algunos de sus inscritos. Marina es una de ellas y asegura que está “decepcionada” y ha perdido la motivación. “El contenido está bien, pero el feedback es frío, haces una tarea y solo te dicen si es correcto o no, pero no dónde puedes mejorar, yo me esperaba algún comentario más”.
Mientras, otros docentes esperan su oportunidad, como Marta, profesora de matemáticas de secundario, quien admite no tener “fluidez a la hora de hacer una redacción”. Cuando se anunció que el C2 sería obligatorio, se presentó por libre al examen, pero obtuvo un 4,9. Ha intentado apuntarse varias veces, pero no lo ha logrado. Además, el año pasado tuvo que estudiar para las oposiciones, que suspendió. Ha descartado apuntarse a una universidad “porque es de pago” y también los cursos virtuales. “No hay color, en el online no hay nadie que te diga qué mejorar, no es comparable con tener un curso guiado y personalizado”, añade.
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