Nuevos secretos del Gaudí más desconocido: revelaciones en la torre Bellesguard de Barcelona diez años después de su reapertura
El edificio modernista celebra el aniversario con visitas en las que se explican los recientes descubrimientos sobre la forma de trabajar del arquitecto
En la falda de la sierra de Collserola, entre los grandes chalets del barrio de Sant Gervasi, al mirar hacia arriba se puede distinguir la estrella de ocho puntas que corona la Torre Bellesguard, una de las obras más desconocidas y enigmáticas del arquitecto Antoni Gaudí. Este mes de octubre, el edificio modernista está celebrando el décimo aniversario de su apertura al público con una experiencia creada expresamente para la ocasión: el centro ofrece visitas únicas (las próximas los días 28 de octubre y 5 de noviembre) en las que los asistentes pueden acceder a espacios nunca antes abiertos al público, guiados por Anna Mollet, actual gerente del centro. A continuación, Galdric Santana, de la cátedra Gaudí, descubre a los visitantes algunos de los hallazgos más recientes sobre el uso de la luz en el diseño de la torre. En este aniversario, Catalana Occidente (propietario del edificio) ofrece un pequeño adelanto de los trabajos del Grupo de Investigación Bellesguard que se desvelarán en 2026.
En septiembre de 2013, Barcelona ganaba un nuevo monumento visitable de Antoni Gaudí, la Torre Bellesguard, en la que el arquitecto trabajó entre 1904 y 1907. La orientación de la torre, con una vista de 360 grados de la ciudad y su escenografía reflejan la doble inspiración que Gaudí quiso dar al edificio: por un lado, conservar el espíritu medieval del terreno, que fue residencia del rey Martín I de Aragón y sede papal en los siglos XIV y XV; y por el otro, convertir una obra civil en otra muestra de su devoción mariana.
Bellesguard, destacan los estudiosos, se levanta en un terreno que ha sido testigo de grandes sucesos en los últimos dos mil años. Su estudio no solo aporta luz a la historia de Barcelona, sino a la de toda Cataluña.
En 2008, la aseguradora Catalana Occidente comenzó a trabajar en la torre por encargo de sus anteriores propietarios, la familia Guilera. Desde entonces, un equipo de investigación multidisciplinar formado por profesores e investigadores de diferentes universidades y especialidades desarrolla un ambicioso plan para redefinir el espacio visitable del edificio y descifrar los símbolos y mensajes vinculados a la historia catalana que el arquitecto no quiso dejar a simple vista.
Gaudí intervino en este terreno con la conciencia siempre presente de que se trataba de uno de los lugares de Cataluña con mayor significación para la Renaixença —movimiento surgido en la primera mitad del siglo XIX que reclamaba el resurgir de la cultura y literatura catalanas—, especialmente por su relevancia histórica medieval. Anna Mollet explica que por este motivo Gaudí quiso mantener la fachada neogótica de la torre, pero “hizo todo cuanto estuvo en su mano” para disimular el efecto de las líneas verticales propias de este estilo arquitectónico, como decorar el marco de la puerta con una combinación de octógonos irregulares y cuadrados “creando formas imperfectas más próximas a la naturaleza”. Y añade: “Pero su principal recurso fue, sin duda, la luz”.
Durante las visitas con motivo del aniversario, el actual ocupante de la cátedra Gaudí y director del Grupo de Investigación Bellesguard, Galdric Santana, está dando a conocer uno de los descubrimientos más recientes: las evidencias del uso de la gnomónica —ciencia que estudia la trayectoria del Sol y su uso para crear proyecciones específicas sobre superficies— en la construcción de Bellesguard, en su dimensión práctica y funcional, artística y ornamental, y muy especialmente en su dimensión simbólica, con múltiples significados y lecturas. Que Gaudí era conocedor de la gnomónica y la usaba en sus obras parece fuera de discusión, asegura Santana, pero hasta hace poco era un campo de estudio inexplorado, sobre todo en cuanto al simbolismo.
Gaudí proyectó la vidriera de la fachada principal con la precisa inclinación para proyectar un juego de luces y sombras, que dependiendo de la estación del año y de la hora del día, encaja con el óculo situado en una de las columnas. Recrea todo un ciclo lunar en la pared de detrás y alcanza su máximo brillo y nitidez el día de Navidad, lo que parece confirmar una de las teorías sobre el significado de la vidriera que el investigador defiende que se trata de una “recreación del pesebre, con la Virgen María, José, el niño, la mula y el buey”.
Esta revelación es solo un adelanto de otros nuevos descubrimientos que el Grupo de Investigación de Bellesguard planea desvelar en 2026, en el marco del centenario de la muerte de Gaudí, fecha en la que también habrán finalizado unas importantes obras de restauración y rehabilitación que harán posible visitar la Torre al completo.
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