Marfany: “El nacionalismo español fue creado por catalanes”
El historiador estudia en un libro las contradicciones de la Renaixença
Lo que a muchos les parecerá una obviedad, que la Renaixença de la primera mitad del siglo XIX supuso el resurgimiento de la cultura y la lengua catalanas silenciadas desde el final de la Guerra de Sucesión, el historiador y crítico literario Joan-Lluís Marfany lo pone en duda. Ayer presentó su libro Nacionalisme espanyol i catalanitat. Cap a una revisió de la Renaixença (Edicions 62), donde defiende que la burguesía catalana tuvo un papel protagonista en la construcción del nacionalismo español, y que fueron estos mismos catalanes los que impulsaron la Renaixença, "que estranguló a la pequeña tradición literaria en catalán: ellos mismos dijeron que la habían embalsamado".
A lo largo de 950 páginas, Marfany rebusca entre los artículos y cartas de los intelectuales y hombres de negocios catalanes que tuvieron un papel importante en la época conocida como Renaixença, entre 1789 y 1859, año en el que se reinstauran los Jocs Florals en Barcelona. En el libro, una continuación de otros ensayos anteriores (La cultura del catalanisme, 1995; La llengua maltractada, 2001), el autor trata de demostrar que la supuesta época de dignificación lingüística catalana coincide con la incontestable consolidación de la diglosia. La incipiente burguesía catalana, que después impulsaría el regionalismo y la Renaixença, abrazó el castellano como lengua seria y culta, e inició la construcción de una ideología nacionalista española que le permitiría afianzarse como clase y defender sus intereses.
Diglosia ‘catalana’
Desde el conocimiento que le han dado diez años de rigurosa preparación del libro, Marfany escribe y habla con familiaridad sobre intelectuales como Manuel Milà i Fontanals, Bonaventura Carles Aribau o Víctor Balaguer, y empresarios como la familia Gironella o los Amat. Fueron los burgueses los que comenzaron la labor de construcción de la "nación España", con la aspiración de crear, desde Cataluña, una industria nacional española para fomentar el comercio catalán.
Una muestra de este afán llegó en 1847, cuando una familia de Igualada constituyó la España Industrial en Madrid y regaló acciones a empresarios de otras zonas para implicarlas en el proyecto. "Diez años después tuvieron que volver a Barcelona porque no funcionó", explica Marfany. Acompañando esta aspiración, los hombres de letras elevaron el castellano a la lengua de uso y contribuyeron a la idea de España. "Milà i Fontanals fue el padre del nacionalismo español, y Aribau era un escritor muy respetado en Madrid por sus escritos en castellano", exclamó, recordando que muchos historiadores "ignoran" los textos castellanos de los impulsores de la Renaixença y se centran solo en sus escritos en catalán.
"Cuanto más nacionalistas españoles eran los catalanes, más se acordaban de su origen", añade Marfany para explicar el nacimiento del regionalismo y el amor por la tradición propia de los burgueses e intelectuales, que no por ello dejaron de hablar en castellano. "Es evidente que más tarde hubo una Renaixença, porque si no, no hablaríamos catalán", admite el historiador, "pero se llegó por caminos más complicados". Aunque reconoce que solo son "sospechas", Marfany cree que la reversión de la diglosia se debió a los intelectuales nacidos a partir de 1840, entre ellos Frederic Soler Pitarra o Jacint Verdaguer. Al no dominar el castellano hablado, Marfany cree que tenían dificultades para aprobar oposiciones y entrar en Madrid: "Fueron los primeros en escribirse en catalán, pensaron que ya no tenía sentido hacerlo en una lengua extraña".
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