Una casa tan expansiva y flexible como la pareja de creativos que vive y trabaja en ella
La artista multidisciplinar Julia de Castro y el arquitecto Pablo Ferreira viven en un espacio sin fronteras entre lo personal y lo profesional, porque así es su estilo de vida


Vivían en un pequeño y ruidoso apartamento en el barrio madrileño de Lavapiés cuando Pablo encontró este espacio abierto y con un carácter muy industrial que, con pequeñas intervenciones, les podría funcionar no solo para vivir sino también para trabajar, aun teniendo profesiones tan distintas. “Sentíamos que necesitábamos un espacio que nos acompañase en la manera de crear que tenemos, que no es muy organizada… Es muy expansiva y volátil. A veces tenemos momentos de muchísima creación, otras veces estamos más introspectivos. Durante más de un año, estuve buscando un lugar en el que pudiéramos hacer una mezcla de vida y trabajo de este tipo. Una vida híbrida, porque así es nuestro día a día. Necesitábamos un espacio que fuera capaz de acoger todos los tipos de creación que hacemos. Un espacio flexible y experimental, en el que estamos explorando cómo queremos vivir”, explica Pablo Ferreira (Madrid, 34 años).
Tras sus primeros años trabajando como arquitecto, decidió alejarse de la disciplina y montó, con su hermano gemelo Álvaro y el artista Andrés Izquierdo, el Colectivo La Cosa, a través del cual organizaban exposiciones. Le apetecía más investigar otros mundos que construir, así que más tarde, en 2020, fue uno de los fundadores del Instituto de Estudios Postnaturales, un centro de experimentación artística y de pensamiento crítico en torno a la crisis ecológica global.

“He hecho mucha producción artística y de investigación, pero en el último año he reconectado con la arquitectura. Después de haber pendoneado, he vuelto a construir”, dice con un tono pícaro. Aunque continúa ligado al Instituto de Estudios Postnaturales, acaba de fundar el estudio Jomuro Arquitectura con Santiago Vázquez Abascal.
Julia de Castro (Ávila, 40 años) lleva inmersa varios años en la producción y promoción de su primera película como codirectora, On the Go, proyecto que ha hecho junto con María Gisèle Royo en torno al límite biológico de la maternidad y la amistad incondicional. Tiene formación como músico y en interpretación, y durante casi 10 años lideró el proyecto musical y performativo De la Purissima. Entre 2017 y 2018 fue becada por la Real Academia de España en Roma, donde conoció a Royo —y también a Pablo, que esos mismos años tenía allí a un amigo becado (su historia comenzaría más tarde)—.

La idea de esta vivienda es que en ella pudieran desarrollar todas sus actividades, que son muy variadas y acumulativas. “Este espacio ha sido pensado a partir de las profesiones que tenemos, que son tan cambiantes y tan poco estables que requieren de un espacio muy flexible que se adapte a lo que vamos necesitando. Julia ha pasado de ensayar mucho y estar muy centrada en música a hacer un trabajo más de producción y de formación, mientras que yo he pasado de la producción artística y la investigación a volver a trabajar como arquitecto”, explica Ferreira. “No tenemos patrones ni rutinas predefinidas, las generamos en función de los trabajos que nos van saliendo. Ni un día en mi vida es igual al otro. Y a Pablo le pasa lo mismo”, añade De Castro.

Esta flexibilidad, volatilidad y fluidez en lo laboral los llevó a plantear un espacio casi sin particiones. Un baño de invitados y un pequeño taller son los únicos espacios separados. El resto de las funciones están dispersas y su actividad queda completamente expuesta a lo que pueda estar ocurriendo en cualquier otra zona de la vivienda. Si uno de los dos está durmiendo, se le ve desde la cocina. Si se duchan y se van a vestir, lo hacen al lado de la zona que funciona como oficina y comedor, donde quizá alguno de los dos podría estar teniendo una reunión. Y lo que es más importante: la vivienda tiene casi 40 metros lineales de ventanas, así que también les pueden ver desde fuera, como si fuera un reality.

La pareja está trabajando las desinhibiciones en el espacio doméstico en dos direcciones, entre ellos y hacia fuera, y la pública es la que menos les importa. ¿Supongo que no os preocupa que os puedan ver, fotografiar o grabar desde los edificios cercanos? “Ahora mismo es un tema incontrolable, con una IA podrían generarse imágenes de nosotros de cualquier tipo”, sentencia De Castro. “Nos ven ducharnos, pero con la suerte que es tener 40 metros de ventanas, ¿qué puedes hacer? No vamos a poner cortinas…”, añade él.
Las desinhibiciones entre ellos son, sin embargo, el capítulo más exigente y no tienen nada que ver con el cuerpo. “He hecho un ejercicio brutal que me ha llevado a evolucionar bastante en la convivencia”, admite ella. “Soy una persona muy solitaria, me molesta mucho el ruido, y siempre me ha costado compartir mi espacio. Aquí estoy aprendiendo a estar más concentrada sin necesidad de estar sola. En pareja, sobre todo cuando se lleva poco tiempo, es importante revisar donde se está y no estancarse. En esta casa está ocurriendo esto tanto con la pareja como con el espacio”. Es como si el diseño de la vivienda, con su propia fluidez pero, al mismo tiempo, con facilidad para las fricciones, los ayudara a construirse como pareja.





Este espíritu introspectivo y evolutivo vuelve a salir en la conversación más tarde cuando le preguntamos si se siente cómoda cuando la califican como artista transgresora o provocadora. “Yo me hago preguntas y trato de encontrarles una respuesta. Es orgánico en mí ir hacia las cosas que no entiendo. Por ejemplo, con De la Purissima hice un ejercicio personal de ir hacia una herida que tenía sobre mi cuerpo. Usaba el escenario para dialogar con todo aquello que se me había impuesto por educación con respecto al sexo. Estaba bloqueada. Así que no era tanto provocar hacia fuera sino provocarme a mí: ¿qué pasa si yo dejo de tener tanto límite con mi cuerpo? Tenía la necesidad de ponerme en ese lugar para poder entender, porque estaba muy disgustada con el género masculino y mi sexualidad”.
Desde este ángulo de la autorrevisión consciente se entienden todas las dinámicas espaciales y de pareja que tienen. Más allá del diseño hecho por Ferreira, cuya principal intervención fue mejorar el rendimiento y el confort energético, en este otro sentido se puede decir también que esta es una vivienda muy saludable.
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