_
_
_
_
La imagen
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

No estamos por la labor

Una familia sin hogar a la puerta de un supermercado en Buenos Aires el pasado noviembre.
Una familia sin hogar a la puerta de un supermercado en Buenos Aires el pasado noviembre.Tomás Cuesta (Getty Images)
Juan José Millás

Observen el aspecto de trastos inservibles tanto de la madre como de los hijos. Ellos, tirados de cualquier manera, como muñecos rotos que han dejado de importar a sus dueños. Ella, sentada en el puro suelo, con la espalda apoyada en el escaparate de un supermercado en el que un cartel anuncia la existencia de “precios justos”. El precio justo era el nombre de un antiguo concurso televisivo que consistía en averiguar cuánto costaba exactamente un producto equis de consumo. Creo recordar que el concursante que acertaba se lo llevaba, ya fuera un microondas, un frigorífico o un automóvil. En el caso de la foto, el término “justo” debe de tener otro significado, quizá el de “ajustado a derecho”, el de “equitativo” o “imparcial”, no sé, pero contrasta esa proclama con la evidencia de que la mujer de los pies vendados no pueda acceder a ellos. Ya quisiera ofrecer a sus hijos ese aguacate partido en dos, cuya sola visión estimula las glándulas de debajo de la lengua.

Significa que pone “el precio justo” porque escribir lo contrario habría resultado algo chocante en cualquier sitio, pero sobre todo en Buenos Aires, de donde procede la imagen y donde los niveles de pobreza alcanzan cifras que nunca creeríais (el 60% de la población). El pie de foto se refería al grupo como “una mujer y sus dos hijos indigentes”, pero nosotros veíamos una familia rota en el sentido literal de la palabra, es decir, una familia descerrajada, quebrantada, reventada, exhausta. En Argentina abundan, pero aquí no nos faltan, de modo que deberíamos pensárnoslo, pero no estamos por la labor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_