_
_
_
_

10 rincones del mundo para viajar despacio y relajarse, según Lonely Planet

Desde el lago Erne, en Irlanda del Norte, hasta el desierto de Atacama, en Chile, o la laguna Jöjusárlón, en Islandia, pasando por un ‘ecoresort’ en la República Dominicana o la isla mozambiqueña de Ibo

Excursión en barca por el Río Grande parque nacional de Big Bend en Texas EE UU
Una excursión en barca por el Río Grande, a su paso por el parque nacional de Big Bend, en Texas (EE UU).Alamy Stock Photo

“Viajar despacio”. Esta puede parecer una etiqueta de marketing, pero para muchos es una forma de vida y de conocer mundo que acerca a la naturaleza y vacía la mente del ruido de la vida moderna. Es cuando el viaje se convierte realmente en descanso, en vacaciones. Y cada año, la editorial Lonely Planet selecciona 10 destinos del planeta para viajar despacio y relajarse, disfrutando de cada momento. Los elegidos este 2024 van desde el lago Erne, en Irlanda del Norte, hasta el desierto de Atacama, en Chile, o el glaciar Jökusárlón, en Islandia, pasando por un ecoresort diferente en Tubagua, en la República Dominicana, y por la isla de Ibo, en Mozambique.

Hay miles de rincones alrededor del globo, desde parajes famosos o conocidos hasta escenarios por descubrir y explorar. Sin embargo, este decálogo de propuestas son lugares donde disfrutar de un descanso completo y desconectar de la rutina.

Monasterios medievales, caminatas y muchas aves en el lago Erne (Irlanda del Norte)

Dos lagos, unidos por un río, conforman el lago Erne, una fascinante mezcla de canales sinuosos y bahías ocultas. Las islas del lago, donde en otro tiempo hubo monasterios que fueron importantes centros de saber, ahora están ocupadas sobre todo por aves y ganado. Estamos en Fermanagh, uno de los seis condados de Irlanda del Norte, dominado por colinas redondeadas o drumlins —que hablan de su pasado glaciar—, pero, sobre todo, por bellos lagos bordeados de juncos. Si desplegamos un mapa de la zona, veremos que está cubierto de agua: los lugareños afirman que los lagos permanecen en Fermanagh medio año y, el otro medio, Fermanagh está en los lagos. Este laberinto acuático resulta un paraíso para los pescadores y piragüistas. Y, además, cuenta con buenas caminatas que los bordean.

Vista de las ruinas de una torre celta en la isla Devenish, en el Lower Lough Erne (Irlanda del Norte).
Vista de las ruinas de una torre celta en la isla Devenish, en el Lower Lough Erne (Irlanda del Norte).Alamy Stock Photo

Destaca el Upper Erne, puesto que es más que un lago. Cuenta con más de 150 islas, calas llenas de juntos y remansos sinuosos. Aquí abundan las aves: tiene la mayor colonia de garzas reales de Irlanda. Otro muy famoso es el Lower Lough, conocido como el lago gemelo, que alberga unas 90 islas, agrupadas sobre todo en el sur y que puede explorarse con un barco a motor.

Durante los primeros tiempos del cristianismo, los monjes construyeron a lo largo del territorio monumentos y enclaves religiosos, que formaban parte de una importante ruta de peregrinación. El más evocador de esos lugares monásticos es la isla de White, con las ruinas de una pequeña iglesia de siglo XII. Sin embargo, la mayor de las llamadas “islas sagradas” es Devenish, que alberga los restos de un monasterio agustino fundado en el siglo VI.

4.000 kilómetros de viaje en tren en el Indian Pacific contemplando Australia

Cruzar Australia por tierra es todo un reto: más de 4.000 kilómetros entre la costa este y la oeste, con desiertos infinitos por medio, en los que no hay nada de nada. Por tanto, el tren se convierte en una opción magnífica para cruzar el país de una forma relajada. Solo hay que dejarse llevar. La línea Indian Pacific es una alternativa perfecta para los amantes del ferrocarril (hay otros muchos trenes continentales). En cuatro días y tres noches, en su tramo completo desde Perth hasta Sídney, o en sentido contrario, se realizan paradas en pueblos hoy deshabitados y en ciudades como Broken Hill.

El tren Indian Pacific, parado en Rawlinna, en su ruta entre Perth y Sídney (Australia).
El tren Indian Pacific, parado en Rawlinna, en su ruta entre Perth y Sídney (Australia).Alamy Stock Photo

Y si bien el viaje puede comenzar en Sídney, el trayecto entre las ciudades de Adelaida —parada de la línea— y Perth es más que suficiente para disfrutar de la experiencia de un tren de lujo y de los paisajes más auténticamente australianos. En el recorrido de dos noches entre estas ciudades destaca el día en el que se atraviesa el desierto, sobre todo la fascinante llanura de Nullarbor, con su total ausencia de árboles. A bordo del vagón se puede disfrutar de un cóctel mientras se contempla por la ventana el espacio vacío.

En Nagaland, el salvaje este de la India

Vista de Khonoma, una aldea angami naga occidental a unos 20 kilómetros de Kohima, la capital del Estado indio de Nagaland.
Vista de Khonoma, una aldea angami naga occidental a unos 20 kilómetros de Kohima, la capital del Estado indio de Nagaland.Alamy Stock Photo

Se pueden pasar semanas en el Estado indio de Nagaland sin ver a ningún otro turista. Considerado durante mucho tiempo como el “salvaje este”, es un territorio de belleza primigenia y cultura tribal. Nagaland es una India diferente, escondida al noroeste del país, entre Bangladesh, Myanmar, Bután y el Tíbet. La geografía aquí es tan variada como la cultura, y en sus deslumbrantes valles y colinas, que se extienden hasta la frontera con Myanmar, hay lugares místicos donde, hasta no hace mucho, las tribus nagas, cazadoras de cabezas, luchaban contra los intrusos y entre ellas. Ya no es así, pero muchas tradiciones sobreviven y también sus distintas lenguas y su fuerte sentido identitario.

La capital de Nagaland es Kohima, una ciudad monótona y aséptica a primera vista, pero acogedora y el mejor punto de partida para visitar la región. Al sur, está el valle de Dzükou, un paraje, escondido en las montañas, maravilloso para ir de excursión y con un ambiente mágico y místico. Y, al norte, la parte más intacta de este Estado indio, con una belleza casi mística, sobreviven los pueblos tribales con todas sus costumbres.

Un ‘ecoresort’ diferente en Tubagua (República Dominicana)

Totalmente opuesto a los populares resorts playeros, en el interior de la turística República Dominicana Tubagua resulta perfecto para captar los matices de la auténtica vida dominicana en proyectos de turismo comunitario. Además, alberga uno de los mejores alojamientos ecológicos del Caribe: el Tubagua Ecolodge. Este hotel, situado en la ruta panorámica entre Santiago y Puerto Plata, es un proyecto dirigido a prácticas de ecoturismo, exploración, senderismo y experiencias.

Vista aérea de algunas de las cabañas del Tubagua Ecolodge, en la República Dominicana.
Vista aérea de algunas de las cabañas del Tubagua Ecolodge, en la República Dominicana.Alamy Stock Photo

Lejos del sol y la playa de otros complejos, apuesta por experiencias en la naturaleza, baños de barro o avistamiento de aves. Además, desde Tubagua las vistas panorámicas de la región son espectaculares y, sobre todo, reina el aire fresco y la tranquilidad. El Tubagua Ecolodge es una iniciativa que demuestra que, incluso dentro de los destinos más turísticos, de los de pulserita y todo incluido, se pueden encontrar refugios de paz y de conexión con la naturaleza.

El Big Bend, un parque nacional diferente junto al Río Grande (EE UU)

Hay pocos lugares que permitan tanto un viaje sin prisas, disfrutando de la naturaleza, como los grandes parques nacionales de Estados Unidos, enormes y llenos de rincones extraordinarios. Algunos, como el Cañón del Colorado o Yellowstone, son extremadamente populares. Pero también hay otros mucho menos conocidos, donde todo será más sencillo y solitario. Este es el caso del Big Bend National Park. La mayoría lo ve desde la carretera o el tren, pero hay agencias que organizan visitas por la zona, descensos de rafting por el río o rutas en canoa por los cañones.

Un excursionista recorriendo uno de los cañones del parque nacional Big Bend (Texas, EE UU).
Un excursionista recorriendo uno de los cañones del parque nacional Big Bend (Texas, EE UU).Alamy Stock Photo

El parque nacional Big Bend está en un rincón remoro en el oeste de Texas, junto al Río Grande, en medio de uno de esos paisajes que son el sueño de los realizadores de Hollywood: arbustos rodantes sobre un suelo polvoriento, cactus que florecen sobre arenas del desierto y cielos interminables. Este lugar recibe menos del 10% de los visitantes del Gran Cañón, por lo que resulta más fácil reservar aventuras y excursiones de varios días como hacer rafting en el Río Grande.

Las montañas Chisos se levantan justo en el centro del parque, con las espectaculares mesetas y formaciones volcánicas al oeste, y el desierto al este. Aquí viven pumas y osos negros, aunque será más fácil toparse con algunas de las muchas especies de reptiles y pájaros. Además, hay todo tipo de senderos, de todo grado de dificultad. Y, al noreste, se pueden explorar pueblecitos y ciudades fantasma en medio de montones de polvo y, en verano, un bochornoso calor. Si uno no puede relajarse aquí es que no puede relajarse.

Descubriendo el archipiélago de las Quirimbas (Mozambique)

El archipiélago de las Quirimbas, con un nombre evocador y escondido como un tesoro pirata, espera en la costa de Mozambique. Al margen todavía del turismo masivo, estas desconocidas islas guardan secretos como los maravillosos arrecifes de coral de Medjumbe. Este archipiélago, situado al norte del país, incluye también las Quirimbas del sur, entre las que se incluyen las islas de Medjumbe y Matemo, además de una gran extensión de manglares y bosques costeros. También se pueden visitar playas preciosas e islas de coral y alojarse en un resort ecológico.

Un barco llegando a una isla desierta cerca de la isla de Ibo (Mozambique).
Un barco llegando a una isla desierta cerca de la isla de Ibo (Mozambique).Alamy Stock Photo

Sin embargo, ninguna isla puede compararse con la misteriosa Ibo, capital oficial del archipiélago. De agitada historia, es hoy una interesante mezcla de cultura africana, india, suajili y portuguesa, que parece detenida en el siglo XIX. Está tan aislada que hay que alquilar un avión para llegar. Con villas destartaladas, ruinosos edificios y calles sin tráfico, Ibo no tiene muchas playas pero, a cambio, ofrece preciosas puestas de sol sobre las marismas. Aunque lo mejor es visitarla una noche de luna llena, cuando las viejas casas coloniales adquieren un aspecto casi irreal.

Ver cómo se desprenden los icebergs en la laguna glaciar de Jökulsárlón (Islandia)

Varios turistas visitando la laguna glaciar de Jökulsárlón, en Islandia.
Varios turistas visitando la laguna glaciar de Jökulsárlón, en Islandia.Alamy Stock Photo

En la costa sur de Islandia se puede contemplar el desprendimiento de icebergs del glaciar más grande de Europa, el Eyjafjallajökull. Tras romperse, los enormes bloques de hielo flotan hacia el mar y quedan varados en los bancos de arena de la enorme laguna glaciar de Jökulsárlón. Los espectaculares icebergs se pueden ver justo al lado de la carretera de circunvalación de la isla, entre Höfn y Skaftafell. Y aunque un millón de personas al año visita esta maravilla natural, es un lugar que respira paz y silencio. Solo contemplar estos bloques helados, que pueden pasarse hasta cinco años flotando en el lago, ya relaja y hace pensar en la grandiosidad de la naturaleza islandesa. Se derriten, se vuelven a congelar y, a veces, se vienen abajo con gran estruendo. Luego pasan al Jökulsa, el río más corto de Islandia, y al mar. Aunque parece que lleve aquí toda la vida, la laguna solo tiene 80 años y va creciendo.

En los alrededores de Jökulsárlón hay más lagos y glaciares maravillosos, como el Fjallsárlón, conformado por lenguas y cuevas de hielo que emergen en sorprendentes lagunas. Además, este lugar cuenta con espectaculares cordilleras con montones de actividades, como visitar cuevas de hielo en invierno, pasear por lenguas de glaciares, montar en motonieve, remar en kayak por lagunas glaciares o montar a caballo.

Navegar por el río Tatai entre los sonidos de la selva tropical (Camboya)

El río Tatai, a su paso por la provincia de Koh Kong (Camboya).
El río Tatai, a su paso por la provincia de Koh Kong (Camboya).Alamy Stock Photo

Serpenteando por una selva tropical remota, que alberga todo tipo de aves y fauna, el viaje por el río Tatai, en la costa meridional de Camboya, supone una experiencia de una tranquilidad única y también es prueba de que siempre quedan rincones en el mundo ajenos al trasiego turístico y que garantizan momentos para olvidarse del mundo. Recorrer el Tatai en barco o kayak es garantía de tranquilidad, pero también se pueden hacer paseos por la jungla. Pero el discurrir del río lleva a rincones como las cascadas Tatai, un atronador conjunto de rápidos en los que es posible darse un chapuzón.

Al río Tatai se accede desde Koh Kong, que hasta hace poco era la región más remota del país pero en la actualidad se está convirtiendo en punto de partida para emprender aventuras por la jungla y visitar el Corredor de Conservación de Koh Kong, integrado por diversos parques nacionales y reservas de selvas tropicales, ríos, montañas y cascadas que conforman un paisaje diverso con rica fauna.

Con los gorilas de montaña en Bwindi (Uganda)

Dos gorilas en el parque nacional Bosque impenetrable Bwindi (Uganda).
Dos gorilas en el parque nacional Bosque impenetrable Bwindi (Uganda).Alamy Stock Photo

Pasar un tiempo con los gorilas de montaña en las selvas tropicales de Uganda es algo mágico. Nada prepara al viajero para su belleza y fuerza, sus conmovedores ojos marrones, sus expresiones sorprendentemente humanas y su comportamiento extraordinariamente dulce. El senderismo para ver gorilas en Uganda es una de las actividades más gratificantes y conmovedoras para cualquier viajero sensible con la naturaleza.

El parque nacional Bosque impenetrable Bwindi es uno de los tres lugares en el mundo donde se puede rastrear al amenazado gorila de montaña. En la esquina sudoeste de Uganda, el dosel del bosque esconde al esquivo animal en peligro de extinción. Sin embargo, la biodiversidad de este lugar no se limita a los gorilas: hay más de 1.000 especies de flores, 310 de mariposas, 350 de aves y 120 de mamíferos. Aunque la atracción estrella son sus gorilas, también se pueden ver monos colobos y chimpancés balanceándose entre los árboles.

Observar las estrellas en el desierto de Atacama, el más seco del mundo (Chile)

Excursionistas recorriendo el Valle de la Muerte, en el desierto de Atacama (Chile).
Excursionistas recorriendo el Valle de la Muerte, en el desierto de Atacama (Chile).Alamy Stock Photo

El cielo nocturno de Atacama, increíblemente claro, es el mayor atractivo de un desierto que se extiende por el norte de Chile entre salinas, áridas sierras, playas vacías y zonas espinosas de coloridos cactus. Y observar las estrellas desde un paisaje más parecido a la Luna que a la Tierra es algo único. Atacama es el desierto no polar más seco del mundo. Para conocerlo, se suele empezar en el popular municipio chileno de San Pedro de Atacama, antes de salir en busca de antiguos petroglifos, aldeas con casas de adobe, géiseres, volcanes y lagunas de altura salpicadas de flamencos rosas. Atacama es también para muchos un lugar mágico donde no faltan los fenómenos extraños, entre otros paisajes lunares que se tiñen al atardecer de tonos púrpuras, rosados o dorados.

En San Pedro abundan las experiencias espirituales y ligadas al bienestar, pero también otras más terrenales, como hacer surf sobre arena por las dunas del desolado y alucinante Valle de la Muerte; explorar a caballo las dunas y los cañones del desierto; sobrevolar Atacama en globo aerostático al amanecer o dedicar la noche a observar las estrellas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_