Mozambique, el país de las playas infinitas
Es el gran desconocido del África austral, en parte porque arrastra aún las secuelas de una guerra civil que se hizo eterna. Pero para el viajero independiente es un territorio casi virgen y con una costa de ensueño
Ubicado en el sureste de África, a orillas del océano Índico, Mozambique no es un país muy turístico. Las combinaciones aéreas con Europa son pocas y caras. La movilidad interior es complicada. Y tampoco es que las autoridades hayan puesto mucho empeño en el desarrollo de una industria turística, aunque esta haya crecido exponencialmente desde el fin de la guerra civil, en 1992. Los recursos naturales, como el gas, siguen siendo su principal fuente de divisas.
Estos inconvenientes para muchos viajeros son en realidad, acicates. Alicientes para lanzarse a descubrir un país todavía bastante puro, donde no hay grandes infraestructuras turísticas ni resorts con miles de habitaciones y que tiene 2.400 kilómetros de costas jalonados de playas de ensueño, islas tropicales, aldeas de pescadores y bahías donde ninguna construcción levanta más de dos pisos.
Mozambique es, sobre todo, eso: playa. Un destino para disfrutar de la costa, del mar, del buceo. Hay buenos recursos para viajeros independientes en Tofo —el mejor lugar para la práctica del submarinismo—, en el lago Chidenguele, en Vilanculos o en la isla de Bazaruto —la joya de la naturaleza costera mozambiqueña—. El país cuenta también con algunas reservas de animales, como el parque nacional Gorongosa o la Reserva Especial de Maputo. Pero sinceramente: la densidad de animales es tan baja que posiblemente te defraude si ya has estado antes en otros parques nacionales africanos. Y luego está Ilha de Moçambique, la visita inexcusable, antigua capital del país y patrimonio mundial desde 1991.
Estuve hace poco en Mozambique, y este es el vídeo que grabé de mi experiencia. Sensaciones del viaje a un África que para mí era hasta ese momento una auténtica desconocida.
Nota: en marzo de 2021 hubo unos graves atentados en Cabo Delgado, la provincia del norte. Varias decenas de personas, entre ellas muchos extranjeros, fueron asesinadas durante una serie de ataques de un grupo islamista. Desde entonces es altamente desaconsejable viajar hasta allí. La zona vedada incluye dos destinos tradicionales del turismo en Mozambique, como son Pemba y las islas Quirimbas.
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