Afrotopía: miradas y sueños de un continente pleno de futuro
El fotógrafo Héctor Mediavilla dirige un proyecto en el que participan 35 jóvenes africanos de Senegal, Níger y Mali y que estos días se exhibe en el Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT)
Afrotopía significa muchas cosas. Es, por ejemplo, el término acuñado por el pensador senegalés Felwine Sarr en un ensayo con el mismo título, publicado dentro de la Colección de Ensayos de Casa África, que propone una nueva manera de mirar al continente africano. Afrotopia es también un proyecto expositivo, visitable en Pamplona y Tarifa en estos días. En primer lugar, dentro de África Imprescindible, donde se estrenó el mes pasado con 58 imágenes expuestas en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela, accesibles todavía los martes y sábados de 11:30 a 13:30 y de 18 a 20.30 horas y los domingos, de 11:30 a 13.30 horas. En segundo lugar y desde el pasado viernes, en el Castillo de Guzmán el Bueno de Tarifa, dentro del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), que arrancó la semana pasada, contra viento, marea y pandemias, prometiendo una edición única y anclada a la esperanza.
"Los espectadores se van a encontrar con una selección del trabajo de 35 jóvenes africanos de tres países distintos, que participaron en un taller ACERCA que yo facilité y diseñé", precisa su curador y alma vehiculante, el fotógrafo Héctor Mediavilla, en un audio por WhatsApp. "El primero fue en Dakar, el segundo en Niamey y el tercero en Bamako. La propuesta era que reflexionasen sobre la utopía africana, una utopía que consiste, sobre todo, en descolonizar el pensamiento, descolonizar la historia y que los africanos, en vez de importar o que les impongan un modelo desde Occidente, puedan ellos mismos visionar y proponer cuál debe ser su futuro, teniendo en cuenta sus realidades propias".
El resultado... Modelos en un vertedero. Una jinete y una pianista posando elegantemente, en blanco y negro. Timelapses de una playa. Jóvenes en escorzos extraños, flotantes al modo de un superhéroe. Cabezas trenzadas. La revancha africana frente a las multinacionales a través del reciclaje. El embate furioso del mar contra las casas de los pescadores de Saint Louis, víctima del cambio climático. Albinos. Lagos azules con la forma del continente africano. Pastores peul. Más mujeres, esta vez fotógrafas, albañiles o informáticas. Niños talibés. Y mucho más.
Mediavilla es un narrador de historias, fotógrafo, realizador, formador, comisario y gestor de proyectos de fotografía participativa, publicado en medios como Colors, Geo, New York Times, El País, Time, Esquire, Gatopardo o XXI y expuesto por todo el mundo, desde el museo Guggenheim de Bilbao hasta el High Museum of Art de Atlanta o el Instituto Francés de Kinshasa. Participa en distintos talleres de reflexión fotográfica y estudios decoloniales y estrenó esta exposición concreta en Casa África, en unos tiempos distintos, en los que viajar y tocarse aun era posible. ACERCA es un programa de capacitación para el desarrollo en el sector cultural de la Cooperación Española, creado en el año 2005 para implementar la primera línea de la Estrategia de Cultura y Desarrollo: la formación de capital humano en el ámbito de la Cultura. Gracias a él, hemos podido disfrutar de proyectos como la recreación del Quijote del Níger a manos de ilustradores de los países que bordean este singular río.
El concepto detrás de Afrotopia es sencillo y, al tiempo, extraordinariamente complejo. El taller senegalés resultó en una iniciativa marcada por la juventud y la frescura de la mayoría de los participantes, jóvenes entre 22 y 35 años, con perfiles, experiencias e inquietudes diversas. La excepción fue Assane Sow, de 45 años, fotoreportero con más de dos décadas de carrera en los principales diarios senegaleses, interesado en desarrollar un trabajo más personal yartístico, con una voz propia nacida de sus inquietudes personales y de su visión del mundo en el que vive.
Apsatou Bagaya, gran fotógrafa nigerina, fue la responsable de elegir a los participantes en el taller de Niamey, ciudad en la que no existen escuelas de fotografía, cine o comunicación visual. Se seleccionaron catorce talleristas, tres de ellos mujeres, algo reseñable porque apenas existen fotógrafas en Níger, donde Apsatou persiste como una maravillosa excepción, referente y fuente de inspiración para las nuevas generaciones. Níger asumió, en el marco de este proyecto, el "enaltecimiento de las tradiciones representadas en la defensa de las trenzas, aunque sin abstraerse al fenómeno de la globalización ni la "modernidad", según Mediavilla.
En vez de importar o que les impongan un modelo desde Occidente, quería que ellos mismos puedan visionar y proponer cuál debe ser su futuro, teniendo en cuenta sus realidades propias" Héctor Mediavilla, fotógrafo y comisario de 'Afrotopía'
El grupo de alumnos de Bamako, todos menores de 25 años, estaba conformado por estudiantes del segundo curso de multimedia en el Conservatorio de Artes y Oficios Multimedia Balla Fasseké Kouyaté CAMM/BFK. El nombre de esta institución, de referencia en África Occidental y el mundo, ha llegado hasta nuestras salas expositivas gracias a proyectos como Singularidades, que se expuso en Casa África hace una década, y el más reciente Welcome Her, de Yapci Ramos. La fotografía no era la prioridad de un grupo que, en su mayoría, se decantaba por contenidos multimedia, grafismo o vídeo. Ampliaron sus conocimientos en el ámbito fotográfico y aprovecharon esta iniciativa con ese entusiasmo de la primera juventud, las ganas de experimentar y de arriesgar sin tener miedo a la crítica o al fracaso.
En todos los casos, en las tres capitales africanas, los mensajes de esperanza y protesta, la pasión y las ganas de aprender impregnan las imágenes y el proyecto. Tarifa y Pamplona nos permiten, en estos días, una panorámica de lujo a los posibles relevos de una tradición gloriosa, encabezada por firmas como Malick Sidibé, James Barnor, Adama Sylla, Samuel Fosso, Mama Casset o Seydu Keita, en la que se insertan valores más recientes como Aida Muluneh en nuestros días. Y sobre todo, echar un vistazo curioso y maravillado a los sueños, los deseos y las expectativas de una juventud y un continente que viene a comerse el mundo en tres bocados. También a través de la fotografía.
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