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Columna
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El respiro en medio de la telenovela

La captura de Aida Merlano se convertirá en un arma del Gobierno de Maduro, que la utilizará de forma dosificada contra el de Iván Duque

Ariel Ávila
Aida Merlano en una audiencia en Caracas, en 2020.
La exsenadora colombiana Aida Merlano en una audiencia en Caracas.

Dos realidades políticas han chocado en Colombia en los últimos días. Por un lado, el presidente Iván Duque tuvo importantes victorias políticas en medio de la crisis de su Gobierno. La elección de un fiscal general de su confianza fue tal vez el principal triunfo. Igualmente, el ingreso formal de Cambio Radical y el Partido de la U al Gobierno le garantizará, en teoría, la estabilidad legislativa en el Congreso que comenzará sesiones en las próximas semanas. A todo ello se le sumó el respaldo del Gobierno norteamericano a Guaidó durante el discurso del estado de la Unión, lo cual le daba un espaldarazo a la política exterior colombiana. Si bien estos hechos no mejoraron la imagen del Gobierno en términos de popularidad y tampoco lo sacan de la crisis, también es cierto que le daban un respiro político.

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Sin embargo, esta realidad chocó con otra que parece una telenovela. La excongresista Aida Merlano, condenada hace algunos meses por formar parte de una estructura criminal bastante sofisticada de compraventa de votos, fue capturada en Venezuela. El régimen de Maduro se había ganado la lotería, pues Merlano formaba parte de una estructura política bastante influyente en Colombia y que había liderado las negociaciones con el uribismo para el ingreso al Gobierno de Iván Duque del partido Cambio Radical. Además, la familia Char es fuerte competidor para la campaña presidencial del 2022.

Como era de esperarse, días después de su captura en Venezuela Aída Merlano apareció en una comparecencia jurídica. Allí, en un vídeo de poco más de 40 minutos, dio unas declaraciones que si bien han causado un gran debate, y en alguna de ellas se contradice, en gran parte de la información entregada la sociedad colombiana no tiene duda de su veracidad. Esta excongresista llegó a la política de la mano de la familia Gerlein, un emporio económico que fue salpicado en el escándalo de Odebrecht y también un emporio político en la costa norte del país. Para las elecciones nacionales de 2018 hizo una alianza con la familia Char que actualmente controla nueve congresistas, varias alcaldías y gobernaciones del país, así como instituciones del orden nacional. Alex Char, el exalcalde de Barranquilla hasta el 31 de diciembre pasado, es hoy uno de los candidatos más fuertes a las presidenciales.

La captura de Merlano se convertirá en un arma del gobierno de Maduro que utilizará de forma dosificada contra el de Duque. No debe olvidarse que la familia Char estaba en negociaciones con el uribismo para lograr una alianza en el 2022 y con ello aglutinar desde el centro derecha hasta la extrema derecha en una sola candidatura presidencial. Si bien en la primera declaración Merlano exagera en algunos hechos, cae en contradicciones en otros y hasta hay evidentes mentiras, en otros temas ha dicho verdades. Nadie duda que gran parte de la candidatura Char está en sus manos.

La telenovela podría tener dos posibles finales. El primero podría ser un gran escándalo mediático de varias semanas que afecte a los Char, pero no al Gobierno Nacional, y en medio de ese escándalo el uribismo logre estabilizar al legislativo, mejorar en las encuestas y desvirtuar mediáticamente el paro nacional. El otro es que al final las declaraciones de Merlano terminen creando una imagen de corrupción en todo el establecimiento político colombiano, elevando la indignación nacional y afectado la imagen del Gobierno.

Lo cierto es que la telenovela no terminará pronto. Por el momento, en algunas semanas sabremos si Arturo Char logra la presidencia del Senado, si su hermano Alex se mantiene como candidato presidencial y si al final la alianza entre el uribismo y Cambio Radical le da estabilidad legislativa en un año 2020 que promete mucho en política.

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