Música, patadas y 600 calorías por sesión: así es el nuevo entrenamiento de Zumba
El nuevo programa de alta intensidad se apoya en una banda sonora creada específicamente para marcar cada movimiento
Los gimnasios son las discotecas del siglo XXI. Allí no solo se va a sudar, también se hace vida social, se pasa un buen rato y se escucha música pegadiza. Esto último puede parecer poco relevante, pero no lo es. ¿Quién no ha tarareado en el coche ese tema que sonaba en el gimnasio mientras hacía flexiones? La música cuenta, pero aún más los resultados.
En la era del 'aquí y ahora', se buscan efectos visibles y rápidos, que se alcancen con pocas clases aunque haya que dejarse el pellejo en cada minuto. Así surgió el entrenamiento de alta intensidad a intervalos (HIIT, por sus siglas en inglés), sesiones frenéticas donde se intercalan ejercicios aeróbicos con trabajo de fuerza muscular, lo que asegura quemar muchas calorías durante y después del ejercicio.
Si el HIIT funciona y la música también, ¿por qué no unir coreografías específicas con una banda sonora creada ex profeso para ellas? Dicho y hecho: así nace Strong by Zumba, un cóctel explosivo que picotea en el entrenamiento funcional, el boxeo, las artes marciales y el puro ejercicio cardiovascular. Todo con banda sonora original de EDM, hip-hop y géneros de fusión como el moombahton.
La música te secuestra la mente, para ponerte en forma
A diferencia de otras clases, en las que se configura una coreografía y luego se le busca una música para ambientar en su ejecución, en Strong by Zumba se aplica el proceso inverso: la banda sonora se articula milimétricamente sobre cada movimiento. "Cada beat se crea visualizando una patada, un salto, un puñetazo. El alumno no tiene que ir contando mentalmente repeticiones, solo dejarse llevar por la música. Esa es su originalidad. Nada de lo que escuches en este programa te va a sonar de antes, porque todo lo que suena aquí se crea para él, no para sonar en un club", explica la venezolana Michelle Lewin, profesora de fitness, embajadora de esta disciplina y estrella en las redes sociales. Y añade: "Tenemos a productores súper potentes, incluidos Timbaland y Steve Aoki. Al salir de clase, se te queda en la cabeza y te hace querer más. Eso es un aliciente para volver de nuevo al día siguiente, aunque tengas el cuerpo adolorido".
El emporio de Michelle Lewin Lewin incluye desde una marca de ropa para fitness y casual wear, One0one, hasta recetas saludables en la app Mealplan. Pasando, cómo no, por su propio libro, titulado sin ambages La dieta del Cuerpazo. La idea de apostar por la música es un valor seguro. Y original. De hecho, los creadores de este programa se abrieron paso en el mercado del fitness a golpe de melodías pegadizas pero diferentes de lo que imperaba en aquellas épocas en el resto de gimnasios. Corrían los años 90 y en los centros deportivos no sonaba otra cosa que chunda chunda comercial (música electrónica de baile para todos los públicos). Desde Miami, al colombiano Alberto 'Beto' Pérez se le ocurrió cambiar la banda sonora. Le añadió ritmos latinoamericanos y ambiente de fiesta. Una mezcla entre el aeróbic de toda la vida con sones de salsa, merengue, reggaetón o samba. Así nacía el zumba. Solo faltaba un inversor para comerse el mundo, y ahí entró Alberto Perlman, actual CEO de Zumba Fitness LLC.
Con la maquinaria bien engrasada en el nicho de las clases de baile, se propusieron lanzar otro programa de entrenamiento basado en ejercicios duros. La sorpresa, una vez más, estaría en la banda sonora. "Crear música para Strong by Zumba no es fácil. En el estudio de grabación el compositor visualiza el ejercicio en un monitor y ha de clavar cada beat con los movimientos. De ahí que hayamos recurrido a los mejores productores musicales, como Timbaland", explica Perlman en un vídeo corporativo.
"La música mueve el mundo. Yo solo pongo mi talento para que tú muevas tu cuerpo hasta extremos que no te creerías capaz", replica el músico, famoso por haber trabajado junto a Madonna, Justin Timberlake o Katy Perry, entre otros. Ambos coinciden en que la partitura original logra "hackear" el cerebro. "Hay un momento en que el cuerpo te pide parar, pero la música te dice que sigas moviéndote. Es como cuando vas a un club y puedes tirarte horas bailando porque te has enganchado a un ritmo. La motivación la llevas dentro", recalcan. No, esta no es música para irte a dormir.
Objetivo: quemar hasta 600 calorías por sesión
Adiós al profesor-sargento, ese que motiva a base de órdenes a voz en grito. Se acabó lo del monitor desgañitándose mientras entona una cuenta atrás, eso de "una más", "más fuerte"…. O lo de ir contando sentadillas mentalmente. Y, por supuesto, adiós al concepto de sufrimiento y sacrificio que tanto gusta a los monitores de la vieja escuela.
Cada sesión se estructura en cuatro cuadrantes, más el consabido calentamiento y enfriamiento (con estiramientos dinámicos). Lewin explica que "la actividad va in crescendo para adecuarnos al progreso del cuerpo y evitar lesiones. Los cuatro cuadrantes centrales – llamados Actívate, Enciéndete, Desafía tus límites y Todo al suelo - van de menos a más. En el último, incluimos las planchas y flexiones. En los anteriores se incluyen las sentadillas convencionales, búlgaras, lunges, jump backs, burpees… aliñadas con patadas y puñetazos tomados del boxeo y de las artes marciales". El resultado: un chute de energía cardiovascular y una ración generosa de machaque muscular de los trenes superior e inferior y el core.
En la guerra entre gimnasios y programas de entrenamiento la quema de calorías se usa como munición habitual. Muchas veces, con cifras sobredimensionadas que auguran hasta un consumo de 1.000 calorías por clase. Lewin hace gala de su preocupación por la vida saludable y suaviza las cifras. "Se pueden llegar a quemar hasta 600 calorías en una sesión, pero si eres principiante y no marcas bien todos los movimientos, puede que no pases de 300". Tampoco promete resultados despampanantes sin esfuerzo, una pieza imprescindible también para mantener la salud. "El ejercicio es solo un 30% en la pérdida de peso. El 70% depende de la dieta. Si vienes a Strong by Zumba a diario, pero no vigilas lo que comes, no notarás resultados. Si te cuidas, en 2-3 meses empezarás a verte más fibroso".
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