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La sartén de hierro fundido que viene engrasada y te sobrevivirá a ti y a tu descendencia

Este material tradicional, que planta cara a los revestimientos supersónicos, es ideal para asar, hacer pizzas y hasta tartas, pero olvídate de freír patatas con él

En los alimentos, el cast iron (así se llama en inglés) favorece una deliciosa costra que guarda jugos y sabor, y es único para poder ir directamente del fuego al horno a terminar un suculento trozo de carne. Estas sartenes se lavan a mano, sí, y con jabón (por si ha leído lo contrario), pero se guardan con una pátina grasienta que, según cuentan, hará que le sobrevivan a usted y a su descendencia.

No quieras comparar su poder antiadherente con el del teflón: jamás le llegará a la suela de la sartén… Nunca podrás poner un huevo cuando aún esté fría y pretender que se deslice una vez listo (por si tienes el capricho de hacerlo, vaya). Para que no se pegue nada tiene que haber grasa, exigencias del guion en el teatro del menaje de cocina.

Lo bueno es que muchas sartenes de hierro fundido la llevan de serie gracias a un proceso que se llama sazonado (en inglés, seasoning, por si quieres buscar un vídeo en Internet). Durante el sazonado se polimeriza un aceite, que se convierte en algo parecido a un plástico y que se incrusta de manera casi permanente en la superficie. Lo explica el autor de The Food Lab: Better Home Cooking Through Science (El laboratorio de la comida: cocinar mejor a través de la ciencia, en español), J. Kenji López-Alt, quien aconseja repetir el procedimiento en casa nada más comprarla, y cada cierto tiempo, para garantizar un idilio sin fin. "Calienta la sartén hasta que esté humeante, frota media cucharada de aceite vegetal, deja enfriar y vuelve a empezar", detalla.

Y no las uses para hacer frituras. Puedes asar, hacer pizzas y hasta tartas. Pero nada de freír patatas: el aceite de oliva se empieza a degradar a 130°, y el de girasol a 105°, y estas sartenes se pueden poner a 400°... y más. Por si no lo sabías, hay que tener mucho cuidado con comer aceite que se ha calentado demasiado.

Por otra parte, comerás más hierro, y el de la sartén pasa a tu organismo. "Y en mayores cantidades cuanto más ácido sea lo que estemos cocinando y durante más tiempo", asegura Andreu Farran-Codina, miembro del cuerpo de académicos de la Academia Española de Dietética y Nutrición.

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