Frescor de cántara

Arianna Occhipinti (viticultora) tiene el alma de su isla, Sicilia: una sonrisa acogedora; el don de la hospitalidad y el equilibrio de una tierra que es de fuego en un mar profundo y apaciguador. El nombre de su vino, SP68, es metáfora de ese mar: es una carretera y conecta pueblos y personas, da la vida y, a veces, la impide o la quita. El Mediterráneo siempre ha sido así: puente entre costas, ha facilitado la emigración y la nueva identidad. A veces la ha usurpado. SP68 2017 recoge las bondades de la isla y de sus uvas tintas más características, de su mar, sus vientos y sus viñedos a regazo del volcán que mira al cielo infinito. Se llena de norte y de frescura el vino, de ciruelas moradas y de aceitunas con naranja, ajos e hinojo. Calidez y levaduras, sol y un buen escabeche. Laurel y pimienta silvestre. Fragancia poderosa y mensaje sutil: con pocos gestos en campo y bodega, Occhipinti llega a mucho en la copa.