Frenar la congestión de tráfico es posible
San Francisco es una de las ciudades norteamericanas que ha implementado medidas para reducir la congestión de tráfico.
Desde hace varios años, académicos y expertos urbanos están alarmando de los grandes problemas que supone el uso masivo del automóvil en nuestras ciudades.
Distintos estudios estiman que en Estados Unidos se destinan tres plazas de aparcamiento para estacionar vehículos en zonas no-residenciales, lo que hace que haya un total de 800 millones de plazas de coche ocupando el espacio urbano, cubriendo aproximadamente unas 4360 millas cuadradas del territorio estadounidense. Otros informes aseguran que las ciudades de Los Ángeles y Orlando ya están conformadas por un tercio de aparcamiento.
Donald Shoup, investigador de planificación urbana de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), cree que el parquin muy barato o gratuito es el causante de la congestión de tráfico en las urbes. Tal y como señala Shoup en el artículo “Instead of Free Parking”: “El costo de todos los espacios de estacionamiento en Estados Unidos excede el valor de todos los automóviles y hasta podría llegar a exceder el valor de todas las carreteras”.
Desde 2011, la ciudad de San Francisco está llevando a cabo un experimento a gran escala para fijar los precios del estacionamiento y así, poder controlar el problema de la congestión. De este modo, se puso en práctica lo enunciado en el libro “The high cost of free parking” de Donald Shoup, realizando un inventario de los aparcamientos de la ciudad para poder saber con exactitud cuántas plazas se podrían eliminar y así, devolver parte del espacio urbano a los habitantes.
Durante el estudio se contó cada plaza de parquin accesible, terrenos, garajes, aparcamientos gratuitos y los que funcionaban con parquímetro. El resultado indicó que en San Francisco había un total de 444.541 espacios para aparcar, estando más de la mitad en la calle y libre de costo.
Parking meter rates going up in San Francisco for first time since '09 https://t.co/mI2163YD1T via @ctuan pic.twitter.com/xtBs1IUPZu
— Demian Bulwa (@demianbulwa) January 6, 2016
Con este inventario de aparcamientos, fue posible impulsar mejoras en el espacio público citadino; es decir, con el fin de conseguir un máximo nivel de ocupación para el estacionamiento medido, se incorporaron unos parquímetros inteligentes en las calles que cambiaban los precios según la ubicación, hora del día y día de la semana para poder mantener alrededor del 15 % de plazas libres en cualquier manzana; un sistema que establecía precios dinámicos para reducir la congestión de tráfico.
Este sistema funciona a través de unos pequeños sensores incrustados en el asfalto que, con la información recibida, es posible alertar a los conductores de las plazas libres –para reducir el tiempo buscando estacionamiento-, cambiar el precio del aparcamiento en función de la demanda, alertar a los agentes si el pago del parquímetro ha espirado, así como otras incidencias.
Además, se pudieron eliminar cierto número de plazas de estacionamiento para poder agregar carriles para bicicletas y pequeños espacios verdes, conocidos como pocket parks (parques de bolsillo).
Hank Willson, analista de la Agencia Municipal de Transporte de San Francisco (SFMTA) mencionó que: “En San Francisco podemos demostrar que la eliminación de 20 plazas de aparcamiento equivale a eliminar 0,1 % del total de las plazas que hay de corta distancia en la zona”.
Desde la implementación de este sistema, la congestión de tráfico en San Francisco ha disminuido un 40 %, aproximadamente. A pesar de que no hay ninguna información disponible sobre la eficacia para reducir el número de conductores en la ciudad, varios académicos demostraron que con el incremento del 10 % en el estacionamiento, es posible reducir la demanda entre un 3 % y un 10 %.
En Seres Urbanos ya hemos hablado de los remedios que están tomando las ciudades para reducir la congestión de tráfico ya sea con la implementación de las supermanzanas en Barcelona o la prohibición de los coches en los centros urbanos como en Oxford.
Según Donald Shoup, las ciudades –es decir, las administraciones públicas- no deben solo poner el foco en los ingresos provenientes del estacionamiento sino en priorizar su ocupación y disponibilidad; la combinación de los tres requisitos es la clave esencial para promover, según este experto, ciudades más saludables ya que, no solo gana la institución, sino que también gana la ciudadanía.
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