Más de dos días al año en atascos

El tráfico también fue víctima de la crisis económica. Y ahora que los indicadores parecen remontar, la incipiente recuperación también empieza a notarse en las vías de acceso a Barcelona. El RACC presentó ayer un estudio que radiografía la congestión y que alerta de la falta de preparación de las infraestructuras para acoplarse a la nueva realidad.

El informe compara la situación de 2005 con la de 2015. Y si bien muestra una caída del 9% del tráfico —y un 51% menos de congestión— las cifras alertan que el año pasado la congestión se incrementó un 28% con respecto a 2014.

El análisis del tráfico en hora punta en los 392 kilómetros de red viaria de acceso a Barcelona arroja que 200.000 usuarios pierden más de 65 horas al año en las carreteras a causa de los atascos, el equivalente a ocho días jornadas de trabajo o 2,7 días naturales.

A esto se suma el aumento en las matriculaciones de coches tras años de descenso. Solo en Barcelona ciudad, de acuerdo con la estadística oficial, el año pasado se registraron 6.000 nuevos coches, encadenando tres años de incrementos. Entre 2008 y 2014 se habían perdido unos 44.000. Al Ayuntamiento le constan ahora 928.512 vehículos domiliciados.

El informe asegura que los corredores de las Rondas, Vallès Occidental y Baix Llobregat concentran cerca del 80% de los atascos. La congestión más severa —los tramos en los que la velocidad media de circulación es inferior a 40 kilómetros por hora— afecta al 2,8% de la red viaria, 6.5 puntos menos que en 2005.

Los puntos negros

Como puntos críticos, el informe hace diferencias entre la mañana y la tarde. En el primer caso, los problemas están en la conexión de la A-2 y la B-24; el Nus de la Trinitat, las Rondas de Dal y Litoral en sentido Llobregat, la conexión de la AP-2 y AP-7 y el Nudo del Llobregat. En la tarde, los problemas se concentran especialmente en el Nus de la Trinitat, las rondas de Dalt y Litoral en sentido Besòs y la conexión AP-7 C-58.

La crisis también ha hecho disminuir los periodos conocidos como hora punta. A comparación con los de 2005, las franjas son entre 30 minutos y una hora inferiores. Hace diez años, el RACC calculó que la congestión costaba unos 384 millones de euros al año. Esta cifra se ha reducido en un 64%.

“El repunte económico está generando incrementos de volumen de tráfico que pueden hacer regresar a medio plazo al escenario de fuerte congestión de los años previos a la crisis”, alertó ayer el presidente del RACC Josep Mateu. El club automovilístico reclama la puesta en marcha del Bus-VAO a la B-23 i la C-31 Maresme; la ampliación y mejora del acceso a los aparcamientos disuasorios y la consolidación de la línea ferroviaria transversal. El RACC también pide la creación de una vía específica para camiones de acceso al Puerto y a la ZAL y la gestión de los accesos a las rondas.

El Ayuntamiento, que asegura que ha detectado un aumento en el tráfico desde 2013, tras los años de letargo de la crisis, también ha asegurado que "comparte la conveniencia de aplicar mmedidad para favorecer el cambio modal de vehículos privados a otros tipos de transporte".