
Tomar infusiones y otras seis cosas que es mejor evitar hacer en un avión
La OMS advierte sobre la calidad del agua en las aeronaves; otros estudios contabilizan la cantidad de microorganismos que puede encontrar en un reposabrazos


Además, la menor presión atmosférica reduce la saturación de oxígeno en sangre, limitando así la efectividad de los receptores de gusto y olfato: entre un 20% y un 30% menos en los matices salados y un de 15% a un 20% los dulces. Por último, el ruido de fondo constante de los motores hace que la experiencia gastronómica sea mucho menos gourmet de lo esperado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda en su tercera edición de la Guía de higiene y saneamiento de los transportes aéreos que “la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (USEPA), Health Canada y la Asociación de Autoridades de Sanidad Portuaria del Reino Unido (APHA) han realizado estudios que destacan la preocupación por la inocuidad del agua de las aeronaves”, en los que encontraron microorganismos que, aunque no son patógenos per se son un indicio de prácticas inadecuadas de saneamiento.
Eso sí, añade: “No hay informes conocidos de enfermedad asociada con el consumo de agua contaminada en aeronaves. Sin embargo, el potencial de enfermedad grave existe, particularmente para personas con compromiso de su salud (es decir, individuos con enfermedad crónica)”.




