9 fotosEl asiento más seguro del avión y otros trucos para viajar como un verdadero profesionalEl trayecto hacia su destino no tiene por qué ser un mal necesario BuenaVida29 jul 2017 - 08:38CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlacePor fin se va de vacaciones. ¡Bien!...Aunque hay un tema que le fastidia, y mucho: llegar a su destino le llevará pasar largas horas dentro del avión, y eso le corta el rollo. Aún se acuerda del último transoceánico, menuda pesadilla: sin espacio para las rodillas, el pasajero de delante con el asiento reclinado, un niño pequeño que no paraba de llorar… imposible pegar ojo a pesar del cansancio que le embargaba y, encima, pasando un frío propio de coordenadas laponas y sufriendo mini ataques de terror a cada turbulencia. ¿De verdad no hay manera de hacerlo más llevadero? Pues sí, hay pequeños trucos que le pueden ayudar. El primero, relajarse y ser consciente de que viaja usted en el medio de transporte más seguro que existe. La probabilidad de tener un accidente mortal es una entre 9.737, según el Consejo Nacional de Prevención de Riesgos de Estados Unidos. La segunda, tratar de vivir esa experiencia como algo más que un fastidioso trámite. Haga que ese lapso de su vida tenga un valor por sí mismo, y despliegue todas las estratagemas conocidas para hacer de ese espacio vital transitorio el mejor nido posible. Le damos algunas ideas de cómo conseguirlo.Vístase de forma que pueda moverse con facilidad. Póngase una camiseta holgada y tenga un jersey confortable a mano. Obvie los jeans y cualquier prenda que pueda dificultar su circulación sanguínea y (a poder ser) lleve unos zapatos fáciles de poner y quitar y que no sean de tacón. Eso es especialmente importante para las personas con propensión a sufrir Trombosis Venosa Profunda (TVP), esos coágulos que se forman en las piernas y que puede desencadenar una embolia. Ah, y ponga en su bolsa de mano unos calcetines gruesos y una bufanda: las erráticas temperaturas dentro del avión pueden llegar a ser gélidas, así que vestirse por capas es la mejor solución.Muchos pasajeros prefieren las primeras filas porque suelen ser percibidas como mejores, al estar más cerca de la puerta de desembarque. También en la parte delantera están los asientos más caros — pero eso no quiere decir que sean los más seguros. Sin duda, que un asiento ofrezca más o menos protección en caso de accidente dependerá del tipo de percance que se sufra y, desafortunadamente, no hay muchos datos al respecto: de entrada son todos iguales. Sin embargo, un estudio de 2007 publicado en Popular Mechanics evidenció, contra todo pronóstico, que los asientos traseros tenían un índice de supervivencia del 69%, contra un 56% los de la parte del ala y aquellos situados delante de la misma. Los que puntuaron menos fueron las butacas de primera clase y business, con un índice del 49%.En una encuesta que EasyJet hizo a más de 10.000 pasajeros, el asiento predilecto resultó ser el 7F, situado junto a la ventana y ubicado en la parte derecha del avión. Otro estudio similar de Skyscanner dio como resultado el 6A, también al lado de la ventana y en la parte delantera. Un 60% de los pasajeros la eligen si pueden porque es mejor para reclinarse y dormir, para no ser molestado y para disfrutar de la vista. Pero los pilotos y viajeros experimentados aconsejan pasillo: es mejor para estirar las piernas y más práctico para levantarse a menudo.Sentarse completamente derecho incrementa el dolor en la parte inferior de la espalda, de acuerdo con la Asociación Quiropráctica Británica, que sugiere inclinarse ligeramente hacia atrás en un ángulo de 135 grados, ya que "es mejor para aliviar la presión en los discos intervertebrales". No solo en el avión, claro. El consejo es extrapolable a todas las personas que pasan largos ratos sentados en una silla, algo que la mayoría de personas, según esta organización, hacen más de 10 horas al día.Si se lo puede permitir páguese un viaje en business, afirma el doctor Richard Dawood, especializado en medicina de viajes y asesor de The Telegraph Travel. Ahí es dónde dormirá mejor de largo. "Desafortunadamente, las aerolíneas solo reconocen el derecho a dormir cómodamente mientras viajan a los pasajeros de alto standing", afirma en ese suplemento. En primera clase y en business los asientos se desdoblan quedando completamente planos —casi una obra de arte— por la que saben pueden cobrar suplementos. Para el común de los mortales, Dawood afirma que lo mejor es reclinar al máximo su asiento y mantenerse lo más estirado que se pueda. También hay otras cosas que puede hacer para sentirse más cómodo, como llevar su propia almohada y comer más bien poco.Todo indica que los asientos traseros son lugares más tranquilos que los delanteros, donde suelen acomodarse los padres con bebés y niños pequeños y trasiegan los asistentes de vuelo con los carritos de las bebidas. No vaya con demasiada carga a su butaca, todo el espacio que ocupe bajo el asiento redundará en unos valiosos centímetros menos para sus piernas. Lleve tapones para los oídos o esos auriculares con cancelación activa del ruido. Puede echar mano también de un antifaz si es muy sensible a la luz. Si dormita, mantenga su cinturón abrochado. Si no, en caso de turbulencia, la azafata (o azafato) le despertará para recordarle que lo haga. Por último, vaya con tiento con su sociabilidad: no se vea obligado a mantener una charla con su vecino de asiento. recuerde que tiene entre manos una misión —pasar un vuelo relajado y placentero— y eso es lo más importante.El aire acondicionado extremo que suele haber en los aviones causa que la humedad de la cabina sea, según informa Qantas, inferior al 25%, lo que provoca sequedad en la nariz, garganta y los ojos. Por ello es conveniente beber agua a lo largo del trayecto, y minimizar el consumo de alcohol. Según el doctor Clayton T. Cowl, Presidente de la División de Medicina Preventiva, Ocupacional y Aeroespacial de la Clínica Mayo, el alcohol causa deshidratación a nivel celular. Pero si el vaso de vino le tienta a más no poder, a continuación bébase un buen vaso de agua para compensar. También ayuda a mantener el nivel de humedad necesario aplicarse crema hidratante, bálsamo labial y gotas en los ojos si tiene tendencia a que se le resequen. Ah, y si lleva lentillas, guárdelas en su estuche y sustitúyalas por unas gafas.Si suele viajar en avión, tarde o temprano le tocará lidiar con niños que lloran, con personas que le patean el asiento desde detrás, con un vecino de asiento excesivamente sociable o con otro que no conoce sus límites en cuanto a la ocupación espacial que le corresponde. Para sobrellevar con garbo tamaña humanidad, el mindfulnes o atención plena puede serle de mucha utilidad. Así lo afirma María Pilar Casanovas, experta en esta técnica y en gestión de la reducción de estrés en Mindful Management, quien propone tres simples ejercicios. Uno, calme su mente: Manteniendo su respiración habitual, empiece a contar hacia atrás, desde 21 hasta cero, tras cada espiración. Dos: observe su respiración. Si le pueden los nervios centre su atención en el abdomen, sintiéndolo en cada respiración. Por último, hágase un “escaneo corporal”: ponga su atención en las sensaciones de su cuerpo. Puede empezar por el pie izquierdo, subir por la pierna hasta el glúteo, seguir por el pie y la pierna derecha y, luego, por el torso, espalda, brazos, cara y cabeza. Entre que lo aprende a hacer y lo pone en práctica, ya casi estará llegando.