_
_
_
_

Carinyos 2015, confianza en la viña

leandre escorsell. estilismo de anna vallès

Agustí (ca la Maria del Federico) y Jordi (cal Conrado) son de El Molar, al suroeste del Priorat. El espíritu de la tierra vive en ellos y en su vino.

El aliento de un pueblo no surge de sus casas, aunque la gente nazca en ellas. Está en aquello que se cultiva para vivir. Cuando, además, la tierra se siente desde las entrañas, se da un paso definitivo: no se vive de ella sino con ella y para ella. Y no importa si da mucho o poco: cada añada trae lo que puede en función de lo que recibe. La bodega Los Comuns, Jordi y Agustí, vive con humildad y pasión el privilegio de esa llamada. Porque muchos están en el vino, pero pocos saben cómo conectar con sus cepas y convertir uvas en energía. Carinyos 2015 es humildad, libertad e inspiración. Raíces en el gesto cotidiano y en la copa. Barro y cal. Zarzamora. La sutileza como hilo conductor de una tierra dura pero agradecida. Alas de tomillo, pies de espliego, ojos de perdiz y vientre de flor de romero. Hay cerezas y hay currucas que las devoran.

Ficha técnica

Los Comuns, Carinyos 2015.
– La cariñena viene de El Molar y la garnacha de Marçà, suelos arcillocalcáreos sin apenas laboreo. Se vendimia en dos y hasta tres pasadas. Fermentan por separado en semicarbónica y se afinan ya juntas en tinaja de barro. Mosto en metamorfosis, sin más. Precio: 20 euros aproximadamente.
Sensaciones
– Los Comuns es también un monte hecho de apreturas, la catedral de los pobres que levantaron monumentos de sabor que todavía perduran.
A través del cristal
– Bandeja circular y portavelas en metal gris oscuro de IDdesign. Copas de la colección Sophie de Cristal de Sèvres.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_