Las cartas que nos da la naturaleza condicionan, pero no determinan. Así que si cree que su barriga no acaba de desaparecer por una cuestión genética, piénselo de nuevo.
Son muchas las personas que han desmontado este mito, como el septacampeón del mundo de triatlón, Javier Gómez Noya, que tiene una valvulopatía aórtica congénita. Por eso, muchos creyeron que jamás llegaría a nada en el deporte, incluso le retiraron la licencia federativa. sin embargo, el tesón, muchas horas de entrenamiento y cabeza consiguieron que demostrara al mundo que es posible superarse y conseguirlo. El esfuerzo es fundamental y lo vemos en otros ejemplos como el del modelo Gwilym Pugh, que cambió su dieta, empezó a hacer ejercicio y hoy gasta 45 kilos menos, tableta de abdominales y se codea con la gente guapa.
La revista International Journal of Sports Medicine publicaba un estudio donde 16 gemelos idénticos se sometían al mismo plan de entrenamiento. Los resultados revelaron que el daño muscular inducido por ejercicios excéntricos variaba entre los hermanos, desmontando así la idea del condicionamiento genético. ¿Quiere abdominales? Trabájelos.
"Todos tenemos abdominales. Para que salgan solo hay que eliminar la grasa que los recubre. Y eso implica comer mejor. Y no limitarse a un solo tipo de ejercicio. Hay que ampliar el arco de movimientos para movilizar, estabilizar, contraer y poner en funcionamiento toda la musculatura", explica Antonio López, director de Saludando. De genética nada. Sudor y plato. Y si no lo ha conseguido hasta ahora podría ser porque no está haciendo la variedad de ejercicios adecuados.