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Coordinado por Lola Huete Machado
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‘Silas’: salvar a la madre naturaleza, salvar a la humanidad

Un documental retrata la vida del activista Silas Siakor y su lucha por la defensa de la tierra en Liberia

Imagen del documental 'Silas' programado en el Festival Human Right Watch.
Imagen del documental 'Silas' programado en el Festival Human Right Watch.

La crisis del ébola es a Liberia lo que el genocidio a Ruanda y Burundi. Precipicios donde la historia desamontona las letras y frena en seco. Una anestesia que coloca y edifica en silencio un dolor inasumible e inexplicable. Porque hay muertes. Y tantas de seguidas y dolorosas que provocan un ¡basta! para siempre mientras que el país en cuestión desaparece del radar de la actualidad con esa herida sin cicatrizar. Pero el problema suele ser el de olvidar que la vida sigue y que hay héroes y heroínas que a menudo pasan desapercibidos de los focos mediáticos.

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Es en estos intertítulos donde aparece Silas Siakor, un activista liberiano con una voz que el mundo necesita desesperadamente para construir una nueva narrativa que vuelva a los orígenes, a la naturaleza y a la defensa de ella. Y ahora, gracias al documental Silas (2017) de la directora canadiense Anjali Nayar (Gun Runners, 2015) y la cineasta keniana Hawa Essuman (Soul Boy, 2010) se pone en valor su compromiso de preservar de las corporaciones multinacionales el medioambiente y la vida cultural de una nación con poco más de 4,5 millones de personas. La de Siakor y su equipo es una lucha heroica contra la tala ilegal y la corrupción política. Un retrato bello sobre la humanidad y las ganas de cambiar el mundo desde el sur; sobre el verdadero poder de las personas para luchar contra el inmenso poder del dinero y la política.

El trabajo de documentación de la realizadora Nayar recoge los frutos de la metodología seguida en su película Gun Runners (2015) en la que mostraba la historia de dos kenianos que cambiaban los AK 47 por zapatillas de deporte para alcanzar la gloria en las carreras de fondo internacionales. Un esfuerzo fílmico que le llevó nada más y nada menos que ocho años. Esta vez, en Silas, han sido cinco los que ha necesitado para acercar de forma íntima al espectador al activista Siakor. Una logística que ha sido posible, en parte, gracias a la producción ejecutiva que ha corrido a cargo de Leonardo DiCaprio y Jonathan Stack.

La de Silas Siakor es una lucha heroica contra la tala ilegal y la corrupción política

Durante ese período, el protagonista abrió las puertas de su organización Sustainable Development Institute (SDI) un bálsamo de esperanza en el país que trabaja para transformar los procesos de toma de decisiones de la gestión de los recursos naturales para que los beneficios se compartan equitativamente. De pueblo en pueblo. De comunidad en comunidad. Esta lucha adaptada a los nuevos tiempos, con el uso de la tecnología móvil como herramienta de transformación social, representa actualmente un desafío ya que las lucrativas empresas madereras de propiedad mayoritariamente foránea se oponen a cualquier atisbo de crítica local.

Pero el giro del documental se agudiza cuando se menciona la elección de la presidenta Ellen Johnson Sirleaf, en 2006. Las realizadoras muestran a Sirleaf en una ola de popularidad y respaldo de la comunidad internacional por ser la primera mujer en dirigir un país africano. Se muestra a Sirleaf ganando el Premio Nobel de la Paz por su compromiso de limpiar la corrupción de Liberia, pero al mismo tiempo, la película la relaciona como responsable del declive del país. Desde que la guerra civil terminó en 2006, la nación ha experimentado un repunte en sectores como el maderero, la minería o el caucho. Pero las industrias extractivas y el pequeño sector manufacturero del país siguen dominados por intereses extranjeros. Por cierto, un reciente estudio publicado en febrero por la revista PLOS Medicine subrayaba que la epidemia de Ébola que dejó 4.800 víctimas en el país tuvo como principal culpable la desinversión y la privatización del sistema público de salud. Marca Sirleaf.

La realizadora canadiense Anjali Nayar ha trabajado cinco años  en esta película coproducida por Leonardo DiCaprio y Jonathan Stack.

Ya, en un artículo publicado en enero de 2012, días después de que Sirleaf revalidara su segundo mandato, Siakor publicaba en The New York Times que “entre 2006 y 2011, la presidenta otorgó más de un tercio de las tierras de Liberia a inversores privados para su uso en empresas madereras, mineras y agroindustriales. Hoy, más de siete millones de acres se han convertido en concesiones forestales y agrícolas. En 2009 y 2010, el gobierno de la Sra. Johnson Sirleaf otorgó más de 1.6 millones de acres para la producción de aceite de palma”.

El documental Silas ofrece pistas para seguir de cerca el devenir de esta nación que vive tiempos de cambios tras la elección del ex jugador de fútbol y único balón de oro africano, George Weah. Un trabajo fílmico, por la belleza de algunos de sus planos, pero también y sobre todo, periodístico. Una aproximación diferente a uno de los pulmones verdes de la costa oeste africana y a un personaje público que pretende postularse para las elecciones presidenciales de 2023.

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