Indígenas en pie de guerra: la batalla por la Amazonia en Ecuador
En el interior inaccesible de la Amazonia ecuatoriana, un puñado de comunidades indígenas lucha con las armas y en los tribunales contra la explotación minera y petrolera por parte de empresas chinas, y contra la contaminación de los ríos que atraviesan su remoto territorio. Este es el retrato de un pueblo que se niega a perder su tierra, sus raíces y su futuro.
LA AMAZONIA ECUATORIANA está en peligro. Sus pobladores llevan años luchando contra las amenazas que se ciernen sobre las últimas nacionalidades indígenas de la región. La causa es el petróleo, el oro y el cobre que atesora en sus profundidades. El conflicto se originó cuando el Gobierno de Ecuador comenzó a repartir concesiones para actividades extractivas a compañías extranjeras. En 1964, la petrolera Texaco (hoy Chevron) desembarcó en Ecuador para obtener crudo en 1,5 millones de hectáreas de la selva. Entre 1972 y 1992 la empresa extrajo 1,5 millones de barriles de petróleo y vertió, según el abogado Pablo Fajardo, activista y representante de la Unión de Afectados por Texaco (UDAPT), 60.000 millones de litros de agua tóxica a los ríos de la Amazonia. Texaco, por su parte, alegó que no había nativos en la zona.
A finales de 2016, los militares desalojaron algunas comunidades indígenas para dar paso a las actividades extractivas. Hubo un intento de recuperación por parte de los indios (tres de los cuales perdieron la vida), terminando con la militarización de Morona Santiago, una de las provincias que comprende la selva amazónica.
En la provincia de Pastaza, al norte de la Amazonia, los últimos 573 sáparas resisten en sus territorios contra las petroleras y los militares. El pueblo kichwa logró en 2012 impedir la extracción en su territorio ancestral expulsando a la empresa argentina CGC (una subsidiaria de Chevron). Adujeron que nunca fueron consultados. Demandaron al Estado ecuatoriano y lograron un triunfo histórico. Sin embargo, los indígenas aún esperan el cumplimiento de esa sentencia.
El concepto de identidad del territorio, la preservación de la comunidad y sus tradiciones son el eje sobre el que se construye este diario visual que refleja la realidad de un pueblo que resiste ante el expolio de su tierra.
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