Tres libros para entender el África de hoy

Etiopía, Kenia y la RD del Congo han sido noticia internacional en estos últimos meses. El pasado 3 de enero las autoridades etíopes anunciaron la liberación de los prisioneros políticos y el cierre del centro de detención de Maekelawi, uno de los más infames del país. En una nación célebre por el autoritarismo y la longevidad de sus gobiernos, las protestas ciudadanas se han multiplicado desde finales de 2015, y con ellas las encarcelaciones, las torturas y las muertes de opositores. A pesar de la vaguedad de los compromisos gubernamentales, la decisión ha esperanzado a muchos opositores.

En Kenia, mientras tanto, el país se esfuerza por encontrar la calma tras el terremoto político de las elecciones de las elecciones de agosto, las acusaciones de fraude, la repetición de octubre, el boicot del principal partido de oposición y los violentos enfrentamientos civiles que siguieron a todo ello. Nada hace pensar que el segundo gobierno de Uhuru Kenyatta vaya a ser mucho mejor que el primero.

Y en la RD Congo se repite la misma melodía, con una letra diferente. El Presidente Joseph Kabila –en el poder desde 2001 y cuyo mandato terminaba formalmente en diciembre de 2016- rompió su compromiso de convocar nuevas elecciones antes de final del pasado año y ahora anuncia diciembre de 2018 como fecha probable. Solo en las últimas semanas siete opositores han muerto en enfrentamientos con la policía, en una nación que mantiene abiertos conflictos de baja intensidad en varios puntos de su geografía.

Cada uno de estos países es un mundo en sí mismo, con particularidades históricas, geográficas y culturales que ayudan a explicar el punto en el que se encuentran. Pero en todos ellos existe un denominador común en el papel que jugaron durante los años de la Guerra Fría y en las cicatrices que el colonialismo directo o indirecto dejó en sus culturas políticas. No es en absoluto una excusa para el comportamiento de sus dirigentes, pero explica el contexto de unas realidades complejas.

Para ayudar a entenderlas, les recomiendo que lean a Michela Wrong. En palabras de John Le Carré, esta soberbia escritora británica consigue “entretener, informar y enfadar”. Sus tres ensayos periodísticos sobre África se leen como verdaderos thrillers, pero su contenido está lleno de datos y argumentos que ofrecen al lector una verdadera lección de historia:

• Tras los pasos del Sr. Kurtz cuenta la historia de Mobutu Sese-Seko, el arquetipo del dictador africano y el producto de un mundo bipolar. Sus treinta años de ascenso, monarquía absoluta y caída no solo son la historia del Congo moderno y la explicación de lo que hoy vive el país, sino de un universo en el que la diplomacia, la ayuda militar y la cooperación para el desarrollo fueron herramientas de intercambio permanente a costa de millones de víctimas.
• No lo hice por ti es el relato sobre dos naciones africanas, Eritrea y Etiopía, congeladas en un punto de su historia. El libro gira alrededor de sus dos hombres fuertes durante las guerras de liberación del último cuarto del siglo XX y de los regímenes que crearon y perpetuaron. Meles Zenawi (muerto en 2012 tras casi dos décadas al frente de Etiopía) e Isaías Afewerki (autócrata aún hoy de la Corea del Norte africana) constituyen dos símbolos de una época que aún hoy es noticia, como demuestra el éxodo de emigrantes eritreos hacia Europa.
• Es nuestro turno para comer: el ensayo más reciente de Wrong fue escrito en 2010, pero podría haber sido el relato de las últimas elecciones keniatas. A partir de la figura de John Githongo –uno de los más célebres activistas anticorrupción del continente- y de su particular experiencia, el libro describe las miserias de una democracia africana y la responsabilidad de los países donantes en ellas. Todo lo que ha ocurrido desde entonces se comprende mejor leyendo este libro maravilloso.

Toda la información sobre los libros está disponible en la web de su autora. Los tres fueron publicados en español por Oxfam Intermón, en una colección que desgraciadamente ha desaparecido, pero cuyos títulos aún se pueden adquirir en línea. No dejen de leerlos. Les aseguro que los van a disfrutar.