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Clos Lentiscus, salvaje en el corazón

Leandre escorsell

Las burbujas son la materia con la que se construyen columnas de placer, símbolo de vida, alegría y sabor antiguo.

LOS PAYESES de Can Ramon Viticultors (Sant Pere de Ribes, Barcelona) vienen de una tradición antigua: los pueblos escogían un árbol y lo convertían en sagrado al recogerse junto a él para contarse historias de padres a hijos. Propiciaban la memoria hablada y la creación de una cultura. Así hay que entender en la bodega al lentisco (de ahí el nombre de Clos Lentiscus), un arbusto con vocación de árbol, icono de mediterraneidad desde tiempos homéricos. Él preside el trabajo en la finca porque sus vinos transmiten respeto por los sabores del pasado. Su burbuja es símbolo de equilibrio y paciencia. La perfección es esférica. En ascensión permanente, en el paladar alienta murmullos de zumo de granada, de naranja sanguina y de bosque en el primer otoño. Humus y madroño. Vino alegre y estiloso, tiene matices y largura. Se sabe dueño de su destino. 

Ficha técnica. Clos Lentiscus, Sumoll Reserva Familia, Blanc de Noirs Brut  Nature 2013. Producto de España, 12%. En el Garraf (Barcelona), viejos viñedos de tinta sumoll se cultivan en biodiná­mica sobre arenas aluviales. La uva se prensa con suavidad para no teñir el mosto. Fermentación espontánea, barrica de roble y 30 meses en botella para la segunda fermentación, sin azúcares añadidos. Degollado en junio de 2017. Precio: 13 euros aproximadamente.

Sensaciones. Sandía en sazón. Es un vino que regala frescura y calidez, dulzor y acidez. Verde por fuera, rojo por dentro.

A través del cristal. Bandeja de latón de Habitat. Copa para cava de la serie Grape de Riedel.

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